Como el pasado viernes dediqué el blog a los
Reyes Magos hoy se ocupará de su colega protestante, el gordinflón de barba
blanca que habita en el norte de Europa: de San Nicolás, Santa Klaus o Papá
Noel que por los tres nombres es conocido. Todos sabemos que este orondo
señor trae los regalos la noche del 25 de diciembre, pero quise dejarlo en
segundo lugar ya que para mí los Reyes Magos son los primeros, aunque lleguen a
nuestras casa más tarde, en la noche del 5 de enero.
Si
ya era un tanto absurdo que tres reyes se pusieran en camino montados en
dromedarios siguiendo una estrella que les guiaba hacia Belén, imaginaos a un
señor, vestido con un pijama rojo montado en un trineo tirado por ocho renos…
¡¡que vuelan!! Eso no se lo cree ni el niño más inocente ni el padre atiborrado
de anís del Mono.
Pero en fin,
respetuoso con tradiciones y cuentos chinos (frase políticamente incorrecta)
ahí va la historia de este buen hombre. Era ya un personaje que aparecía en
antiguos cuentos populares y mitos del solsticio de invierno del norte de
Europa. El cristianismo se apoderó de su figura para aprovechar el tirón
popular y lo reconvirtió en San Nicolás,
obispo cristiano que vivió allá por el siglo IV. Según cuentan las crónicas fue
un santo muy milagrero, razón por la que se le erigieron cientos de templos en
toda Europa, el primero de ellos en Roma en el año 550. Sus reliquias se
guardan en Bari, Italia, desde el
año 1087.
Pero lo que no
se imaginaba el obispo es que lo iban a obligar a repartir juguetes a los
niños… ¡de todo el planeta!
Para terminar disfrazándole con un
ridículo traje rojo ornado de armiño para que se lo viera mejor entre el blanco
de la nieve de sus dominios, allá por el Hemisferio Norte, por Laponia y
Groenlandia. Esta uniformidad de traje rojo y armiño blanco si bien se presentó
más o menos desde un principio, coincidía con otras representaciones que lo
presentaban vestido de blanco y, sobre todo, de verde.
La leyenda cuenta que San Nicolás,
el santo de verdad, regalaba juguetes a los niños pobres entrando por las chimeneas
de sus casas.
Una vez dentro los metía en los calcetines que se colgaban en las
chimeneas para secarlos (atención a la botella de coca-cola de la que
hablaremos más adelante).
Para evitar enojosos encuentros
con los Reyes Magos que podían acabar a baculazos, Papá Noël se adelanta y
reparte sus regalos, como hemos dicho, la noche del 24 al 25 de diciembre
dejando libre el camino a los Magos el 5 de enero.
Pero fue en 1883 cuando Papá Noel
adquirió la imagen que ha conservado hasta hoy. Y esta imagen del gordo barbudo
y bonachón vestido de llamativo color rojo fue obra del dibujante alemán Thomas Nast para el semanario
estadounidense Harper´s Weekly.
Y así se mantuvo hasta que en 1931 aparecieron los dibujos
de la publicidad de Coca-Cola que
impusieron, definitivamente, la imagen actual, de ahí que apareciera una
coca-cola en la chimenea del dibujo de más arriba. Y como la publicidad manda,
su influencia se esparció por todo el planeta.
El mito vivió una
resurrección a partir de la masiva y atosigante publicidad que Coca-Cola puso
en manos del dibujante estadounidense Norman
Rockwell. Esta publicidad navideña aparecería en las portadas de la
prestigiosa revista The Saturday Evening Post.
De Norman
Rockwell, el gran dibujante publicitario estadounidense, ya hablaremos más
despacio en otro blog, porque se lo merece.
Breverismos navideños 2
1233) REYES DE OCCIDENTE
Cada Navidad, en
su pueblo de Texas, el miembro del Ku Klux Klan ponía en su Belén los Reyes
Magos de Occidente: Melchor era alemán, Gaspar austriaco y Baltasar sueco… los
tres blancos, rubios y con los ojos azules.
1525) SIN REGALOS
Al no haberme
dejado ningún regalo llamé a los Reyes Magos y se excusaron diciendo que habían
perdido mi dirección, así que les dije:
-¡El año que viene escribiré a Papá Noel y no a vosotros, reyes de
mierda!... que me está bien empleado,
que soy republicano de toda la vida.
6151) VOLÁTILES
Los pastorcillos
que apacentaban sus rebaños en Belén, hartos de comer chuletas de cordero,
miraron a los ángeles que venían a anunciarles la Buena Nueva como aves
comestibles, mirando especialmente al más gordito de ellos que, además, tenía
cara de pavo.
Mañana
algo menos navideño, que ya está bien.
Anda, otro que no nos representa
ResponderEliminarUn beso
Isabel
Uno más que más da, mi querida y contenida Isabel.
EliminarOtro beso
Quino
Ay no me digas eso.Mira que como este año me quede contenida para siempre...Ni hablar, por mucho que Martín me llame superextraexcesiva, que ya me dolió ya....Muchos humanos contenidos van hundiendo la cabeza en el tronco y se quedan si cuello...para contenidos los de los libros insufribles de los colegios y los institutos....
ResponderEliminarMecachis... (acto de contención) Luego, si puedo te escribo más en el de hoy.
Otro beso ya sabes
Isabel