miércoles, 9 de abril de 2014

BREVERISMOS. MIÉRCOLES 9 DE ABRIL DE 2014

Con la francesa Camille Claudel (1864-1943) se cometió la gran injusticia de darle un lugar en la Historia del Arte como discípula y amante de Auguste Rodin, en lugar de como la gran escultora que fue.
Hermana del poeta Paul Claudel fue una mujer rebelde, siempre a contracorriente de las estrictas normas de una sociedad mojigata que no veía la escultura como forma de expresión de la mujer. Se consideraba que tenía la posibilidad de expresarse con actividades más femeninas, como la poesía, la literatura, el bordado o todo tipo de actividades sociales bien vistas.

      

       Desde niña sintió inclinación hacia la escultura, a pesar de la oposición familiar, siendo su hermano el único que la apoyó. A los 19 años logró ser admitida en la academia Colarussi, que preparaba a los futuros estudiantes de la Academia de Bellas Artes, el centro en el que todos deseaban ingresar.


       Foto de Camille en el estudio de Rodin en 1899

Pero en 1883 Rodin se cruza en su camino, y Camille abandona la academia para trabajar en el estudio del escultor, por entonces ya un genio reconocido y admirado. Así, Camille entra en el mundo soñado en el que aprende los rudimentos del oficio, convirtiéndose no solo en ayudante aventajada del escultor sino también en su modelo. 

 

En el estudio, a su vez, Camille modela el busto del maestro, y de su mano recorre los ambientes artísticos de París a los que, de otra manera, no hubiera podido acceder. Y empieza a elaborar su propia obra.

 

Con el cuerpo humano siempre como modelo –al estilo de la época- crea una obra basada en gran parte en la atracción hombre-mujer. Obra primero ejecutada en arcilla para después fundirla en bronce o esculpirla en mármol. 

 

Pronto se convierte en la ayudante insustituible en el taller del escultor que trabaja a gran escala, dirigiendo a los demás ayudantes, pero siguiendo adelante con su propia obra que, lentamente, encuentra un camino personal y sensible. 

 

La ayudante pasa a ser considerada musa para, finalmente, convertirse en amante del escultor. 

    

Se llegó a comentar en los círculos artísticos de París que el maestro tenía celos de la sensibilidad artística de la alumna, de su maestría, de su juventud, al ver que su arte iba a más a gran velocidad. Pese a todo los rumores el clima de unión entre ambos fue total en lo personal y lo artístico.

   Cabeza en yeso, recién salida del molde, antes de quitarle las rebabas.

Pero la relación entre dos personalidades tan potentes y apasionadas no podía mantenerse sin que surgieran fricciones, como pronto surgirían. A pesar de la mutua admiración y la pasión de su relación, las continuas peleas y rupturas fueron quebrando el frágil equilibrio de Camille.
Rodin estaba unido sentimentalmente a otra mujer, Rose Beuret, a quien no tenía intención de abandonar por Camille. Esta situación insostenible fuerza a la escultora a abandonar a Rodin. 

 

Y como final de la relación ejecuta la escultura La Edad Madura, en la que ella, suplicante, de rodillas, ve como el hombre que lo fue todo en su vida se aleja arrastrado por otra mujer… a pesar de que la obra quiera aparentar el simbolismo del título: la joven que ve cómo el hombre maduro se aleja en brazos del ángel del Tiempo, representado por otra mujer.
  
 

Rota su relación con Rodin tiene una relación con el músico Claude Debussy, pero el músico también está unido a otra mujer y se repite la historia. Decepcionada y víctima de una profunda crisis emocional, se encierra en su taller para trabajar hasta el agotamiento, dando lo mejor de su obra. Y en diciembre de 1905 celebra su última exposición. 

 

Abandonada por su familia, que la considera una rebelde de escandalosa vida privada, pronto las crisis nerviosas se acentuarán hasta hacer imposible su actividad en el estudio en el que, intenta, además, destruir sus obras. En 1923, a los 49 años, es internada en el manicomio de Montdevergues donde permanecerá 30 años entre crisis nerviosas y periodos de lucidez… pero sin volver a esculpir, ni siquiera a dibujar.

 

       Foto de Camille Claudel en 1929, ya en el manicomio.
      
Camille Claudel falleció en 1943, a los 79 años. Fue enterrada en una tumba sin nombre, solamente con un número, en el cementerio de la propia institución mental. Cuando años después, los descendientes directos de sus familiares quisieron darle una tumba digna los responsables del manicomio argumentaron que el enterramiento 1943-nº342 se había perdido en las obras de ampliación del manicomio.
Y a partir de ahí quedó solamente el recuerdo y su legado artístico. 

 

En dos ocasiones se ha llevado su vida al cine. Yo no he visto ninguna de las dos películas, pero ahí están. La primera se estrenó en 1988 con Isabelle Adjani como protagonista y Gerarde Depardieu como Rodin, con el título de Camille Claudel. 

 

Esta otra es más reciente ya que ahora mismo está en cartel. Se titula Camille Claudel 1913, y fue estrenada en 2013, con la deliciosa Juliete Binoche en el papel de Camille.

Breverismos artísticos


177)  VANGUARDIA
La vanguardia de la vanguardia del arte avanzaba tan deprisa que  pronto se convirtió en la retaguardia de la vanguardia anterior.

876)  SAN LUCAS Y EL PINTOR
Al famoso pintor abstracto se le apareció San Lucas, su patrón… y de la conversión resultante pintó bodegones realistas el resto de sus días.

1241)  OTRA COSA
El pintor que se creía ultramoderno, aseguró:
-Cuando pinto tengo la profunda sensación de que lo que hago no
es pintura, que es otra cosa.
Y, en efecto: no era pintura… era otra cosa.


Mañana, jueves, será otro día.

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