BREVERISMOS. JUEVES 27 DE JUNIO DE 2013

 Esta noche he soñado que Michelle Pfeiffer me despertaba para decirme que me habían tocado los 52 millones de euros de la Primitiva y que Andrea Palladio me llamaba por teléfono.

        -¿Sí? -pregunté, aún entre medio dormido y sorprendido.

        -Espabila Favila que ya puedes comprar Villa La Rotonda, que no se te adelante un tal Bárcenas que me ha hecho una buena oferta.

Ante la premura y la amenaza de tener que lidiar con tan potente competidor Michelle y yo cogimos el primer avión a Vicenza y aquí estamos, en esta ciudad de la región del Véneto cercana a Venecia.

Esta es la vista de mi casa desde el avión, ya que le dije al piloto que bajara un poco para verla bien desde arriba.

Y esta es la entrada principal, aunque esta villa tiene la característica de las cuatro fachadas iguales, con sus cuatro escalinatas de acceso al pórtico jónico de entrada con un frontón decorado con esculturas.

          Andrea Palladio fue un arquitecto que vivió entre 1508 y 1580 y que, al contrario de otros arquitectos de la época que solamente trabajaron para la potente y prepotente Iglesia italiana, edifico villas, residencias particulares para potentados campesinos, para grandes terratenientes que las edificaban en medio de sus posesiones. Por supuesto también proyectó y edificó iglesias, edificios oficiales y palacios en Venecia, pero ha pasado a la Historia de la Arquitectura sobre todo por las peculiares villas que, 500 años después, se conservan admirablemente.

          24 de estas villas construidas por Palladio -todas en la región del Véneto- están incluidas en la lista de Patrimonio de la Humanidad de la Unesco... incluida la mía. 

Esta es Villa Vamarana, edificada en 1563. Palladio estaba obsesionado por la simetría, presente en todas sus villas. Y por los frontones y el adorno de esculturas en el tejado, sobre la fachada principal. A su alrededor se construían los almacenes  y cuadras que daban servicio a la finca, pero dejando siempre exento el edificio principal para que fuera admirado.  

Esta es Villa Barbaro de 1560, que se aleja un poco del estilo de Palladio al estar más "desparramada" al dar más importancia al jardín de acceso a la villa... pero manteniendo siempre la característica simetría en la edificación.

Esta es Villa Cornaro, de 1553, con un característico doble pórtico y doble columnata cerrando el porche y la terraza. Las logias eran el lugar elegido por los propietarios para pasar al fresco las calurosas tardes veraniegas del Véneto.

Y por último aquí tenéis a Villa Piovene, levantada en 1540. Ya le he dicho a mi vecino que tale esos arbolitos absurdos que le quitan presencia a la bellísima fachada principal, también de doble pórtico y, como todas, simetrica hasta la exageración.

          La arquitectura de las villas de Palladio influyó en la arquitectura posterior de toda Europa, sobre todo en Inglaterra. Durante los siglos XVII y XVIII se construyeron villas llamadas palladianas cuya influencia pasó después a Estados Unidos. Las grandes mansiones de los algodoneros del sur reflejan la influencia de los diseños de Palladio.

Breverismos arquitectónicos

1151)  TORRE DE PISA

-Y sobre todo, cuidado con los cimientos, que este terreno es muy blando y a ver si vamos a tener problemas… -dijo Bonanno Pisano, el arquitecto de la Torre de Pisa, allá por el año 1173.

3837)  ASESORES

-Tiene un valor incalculable –dijo El Asesor Artístico del Ayuntamiento de Madrid, ante el Palacio Real.

-Ya lo creo… sólo lo que vale el solar –añadió el Asesor Urbanístico.

5532)  CIMIENTOS

El arquitecto joven y revolucionario aseguraba que removería la arquitectura desde sus cimientos. Y así fue: se le cayó el edificio encima.

Palladio fue también el autor de Los cuatro libros de la Arquitectura, un tratado publicado en Venecia en 1560 lleno de esquemas, planos y dibujos arquitectónicos... ya que en aquella época en la que no había televisión el tiempo cundía mucho.

         En España tenemos una buena edición de la editorial Akal, publicada en 2008.

Espero que os haya gustado el blog arquitectónico de hoy. Y comprendo vuestra malsana envidia ante la villa que me he comprado. Pero así es la vida: un día te rompes tú una pierna, al otro me toca a mí la primitiva...