viernes, 10 de enero de 2014

BREVERISMOS. VIERNES 10 DE ENERO DE 2014

Cuando en Europa estábamos en pleno periodo de arte  gótico en un país situado en África occidental, en la zona del Golfo de Guinea, se creaba un arte original y distinto que, por su calidad, sería admirado en los museos… de Europa y América. 
        Ese país, llamado Nigeria y en concreto en el reino de Benín, situado en el sureste del país, contaba con avanzados sistemas de organización social y política en los siglos XV, XVI y XVII. El arte, de una calidad extraordinaria, se centraba, sobre todo, en la escultura en bronce y marfil y ya desde el siglo XIII adquirió un desarrollo comparable al de la antigua Grecia o el Renacimiento por la perfección de su ejecución y las depuradas técnicas de elaboración, talla y fundición, destacando sus representaciones naturalistas en bronce, madera y marfil. Su Edad de Oro abarcó el siglo XV, marcando el estilo posterior.
       Pero todo terminó en los siglos XVII y XVIII cuando los europeos establecieron puertos en la costa de Nigeria con la intención de “civilizar” a sus habitantes, cuando lo que hicieron fue capturarlos para enviarlos como esclavos a las colonias americanas.


       Si bien los misioneros, obsesionados con cristianizar a quienes no deseaban ni necesitaban ser cristianizados, despreciaron el arte de aquel avanzado pueblo, fueron los militares ingleses los primeros en valorarlo… para comenzar la rapiña con destino a sus museos. Oficiales cultos se dieron cuenta de que aquel era un tesoro que había que enseñar al mundo, y con tal pretexto lo robaron... que es lo que han hecho todos los países colonialistas a lo largo de la Historia.


       Así, los ingleses, tras incursiones de castigo en la región de Benín en 1897, robaron la mayoría de los llamados Bronces de Benín para sus museos, y para venderlos a museos como el Louvre o el Museo Etnológico de Berlín. También los alemanes -ladrones disfrazados de arqueólogos- se sumaron a la rapiña a partir de 1910 (para qué pagar por algo que podían robar directamente).


       En su hipocresía -tan british- el Museo Británico de Londres se defendió de las críticas argumentando que así se conocería mejor el arte africano y la cultura tribal de aquel lejano país… pero vendieron una parte importante de su colección a Estados Unidos (criticamos a los estadounidenses, pero son los únicos que han comprado todo lo que exhiben en sus museos, mientras que franceses, ingleses y alemanes lo han robado).


Los expertos ingleses explicaban, además, que “parecía imposible que personas tan primitivas y salvajes hubieran podido crear un  arte tan perfecto y desarrollado”. 


       El robo alcanzó tal magnitud que apenas si quedan 50  de estas piezas en Nigeria, mientras que en los museos europeos y americanos y en colecciones privadas hay alrededor de 2.500. Inglaterra, con 1037 piezas, es el país que más conserva. Desde la independencia del país, en 1960, los distintos gobiernos nigerianos han reclamado constantemente la devolución de su patrimonio artístico. Antes, en 1950, el Museo Británico, en un rasgo típico de pirata que quiere quedar bien ante el mundo, vendió a Nigeria 30 piezas. Es decir, les vendió lo que era suyo.


       Los Bronces de Benín no solo son cabezas, sino también animales, copas, bajorrelieves, campanas, vasijas, fragmentos de altares y objetos domésticos ricamente elaborados, si bien destacan las cabezas y los bustos. Las representaciones humanas se exponían en altares y en edificios comunales, así como profusamente en los palacios de sus reyes.


Cuando un rey o un personaje importante moría se modelaba su cabeza para reproducirla en bronce por el procedimiento de la cera perdida, ya que la mayoría de las piezas son ejemplar único. Aunque no eran retratos individuales sino, como en el arte egipcio, modelos que respondían a un patrón estilístico que iba variando con el tiempo.


       También se conservan cabezas de marfil, aunque en menor número.

       Escultura de marfil del siglo XVI, expuesta en el Museo Metropolitano de Nueva York.
          En fin, no quiero alargar más este blog, así que espero que, aunque breve, os haya interesado el tema elegido hoy.

Breverismos esculturales


329)  EL DISCÓBOLO
La señora de la limpieza del Museo de Arte Antiguo limpiaba con tanta pasión el Discóbolo de Mirón, que consiguió que tuviera la erección más espectacular de su vida de estatua.

2231)  EL MÁS MODERNO
De tanto estudiar a los antiguos se convirtió en el escultor más moderno.

2250)  ESCULTURA
Un imbécil, cuyo nombre no recuerdo, dijo: La escultura es eso con lo que tropiezas en un museo cuando retrocedes para contemplar un cuadro. Pero lo que no dijo es que aquella misma noche se le apareció Fidias… y le partió la cara en tantos trozos como están rotas sus esculturas del frontón del Partenón.


El lunes otro tema distinto, que para eso estamos.

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