Todos los primeros de año, en concreto el día uno a las once treinta de la mañana, repito una costumbre desde hace al menos veinte que me sumerge en la contradicción (la primera del año): asistir al Concierto de Año Nuevo de Viena. Sí, el concierto que se celebra en la No-sé-qué-chapelle, sala de conciertos de la capital austriaca.
Y la contradicción estriba en que los sentimientos entran en colisión dado que, por un lado, los valses de la familia Strauss me horrorizan ya que los veo como símbolo de una época decadente y apolillada. Pero por otro lado esa música me relaja mientras los medio veo-escucho haciendo sudokus, pasatiempos o leyendo el periódico.
Esos brillos, flores, sedas, gasas, joyas, alfombras, lámparas, columnas, esculturas, bronces y molduras doradas que no dejan un centímetro libre de descanso a la mirada me repele y me atrae a partes casi iguales. Y, aunque me resista a confesarlo, espero impaciente la llegada de la palmeada Marcha Radetzky que cierra el concierto.
La Marcha Radetzky es una composición con aire de música militar –para mayor desconcierto- escrita en 1848 por Johann Strauss padre en honor del mariscal Joseph Wenzel Radetzky, que mantuvo el poderío militar austriaco a costa de cañonazos y bayonetazos allá por mediados del movido siglo XIX. Así, la marcha se convirtió en el himno del nacionalismo (uno más) austriaco, país que envalentonado se dedicó a guerrear con sus vecinos para terminar encantado de estar anexionado al Reich nazi en la primera mitad del siglo siguiente.
En cada concierto el esperado por anualmente repetido ritual es… que el director se vuelve al público para dirigir las palmas con que llevan el compás de la Marcha, que para eso les ha costado una pasta.
Este año ha dirigido a la Filarmónica de Viena uno de mis directores favoritos: el judío-argentino Daniel Barenboim, director y genial pianista de carácter alegre y cercano, muy alejado de los endiosamientos propios del ramo. Tuve la suerte de ver un concierto espectacular suyo, en compañía de una muy querida amiga mía, en el que actuó solo como pianista, y tocó… ¡¡un tango!! como inesperada y maravillosa propina.
En fin, así empezamos el año 2014, qué le vamos a hacer. Así que, por supuesto, aquí está la famosa Marcha Radetzky (podéis llevar el compás con las palmas o no, pero a solas en casa quedaría un tanto ridículo.
He seleccionado para vosotros la Marcha Radetzky del año 2009 por considerar que era la más expresiva por parte del director, de mi querido Barenboim.
Breverismos musicales
550) PIANISTA MANCO
El pianista manco tenía la mitad de posibilidades de éxito, pero el doble de mérito.
4891) ODIOS FILARMÓNICOS
El Segundo Violín de la Filarmónica de Viena odiaba al Primer Violín. Y en cuanto podía -en pleno concierto y disimulando- le clavaba el arco del violín en los riñones… sin poder imaginar que el agredido, masoquista declarado, sonreía malévolo y tocaba mejor que nunca.
4897) CONCIERTO DE AÑO NUEVO
El Director de la Filarmónica de Viena, como cada año, levantó la batuta dispuesto a dirigir la esperada perla del Concierto de Año Nuevo: la Marcha Radeztsky. Pero ese año, a diferencia de años anteriores, increpó al expectante público:
-Vamos a ver: este año no quiero oír ni una puta palmada, eh, ni una, que ya estoy harto del jueguecito. ¿Entendido?
Y se dio media vuelta para dirigir y disfrutar, por primera vez en muchos años, la música de Johann Strauss sin la absurda colaboración del público que, llegado de todo el mundo, paga un dineral con el único objeto de seguir el ritmo de la Marcha dando palmadas, como imbéciles.
Mañana… a ver que se me ocurre.
Buenos días.
ResponderEliminarComo hoy es musical la cosa, os ofrezco un nuevo descubrimiento un poco más underground
http://gimenezehijos.bandcamp.com/, de la mismísima Valencia, como las naranjas buenas.
¿Has encontrado a Selma?
Un beso
Isabel
Buon giorno e Buon Anno, cara Isabela. A Selma la guardia cercando la mia libreria. Moltti abbracci e baci e tutti tuoi amico Quino (perdona pero hoy me he despertado medio italiano ya que he soñado con Isabela Rosellinni, y claro pues eso. El traductor de Google también ayuda en las dudas).
EliminarSiempre la primera -en este caso, además, la primera del año, querida Isabel. Y por cierto: Selma está al caer. Y no he podido entrar en la dirección de gimenez e hijos ya que YoyTube no los reconoce.
Dime como puedo localizarlos de otra forma.
Abrazos añonueveros
Quino
https://www.facebook.com/pages/GIM%C3%89NEZ-E-HIJOS/122462924505056
Eliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=FFt3lSbwrBA
Mira a ver, aunque yo si los veo en You Tube.
Por cierto ya que bajas, dile a Enrique que te enseñe, si no conoces, algo de Jimmy Liao. Vas a ver qué pasada.
Qué curioso, yo hoy me he despertado negra años 20.
Empezamos bien, pero bien. Y esto se anima
Un beso
Isabel
Buen comienzo de año, maestro, que ya veo que no has dejado atrás tu ingenio ni tu cáustica crítica, que es la que hace falta en estos tiempos de mudanza y torrezno y prohibiciones y recortes y tantas cosas grises y grasientas más.
ResponderEliminarUn abrazo en este Año Nuevo que nos espera, que al menos esperaremos tu blog cada mañana, que algo es algo y además reconfortante.
Alex
¡Enfermera cúrame que estoy malito! Aquí están tus enfermeras favoritas, las que te miman y cuidan virtualmente a falta de podrerlo hacer en directo, qu mas quisieramos.
ResponderEliminarEstamos de breves vacaciones en Valencia y te garantizamos que te seguimos casi a diario y hoy dando palmas con la Marcha Radezky.
Un abrazo naranjero antes de volver a la húmeda (en el mal sentido de la palabra) Glasgow que ya sabes que desde allí te leemos y apreciamos.
Concha y Alicia
¡Mis queridas enfermeras! Estoy deseando ir por Glasgow -o en este caso por Valencia- para inventarme cualquier mal que precise masajes variados.
EliminarGracias por ser tan fieles lectoras, que espero que sigáis así este año.
Y gracias también Alex. Intentaré quitarle algo de grisácea grisura al permanente gris que nos rodea, que cuanto más gris más agresivo, como bien sabes.
En fin, gracias a los tres por vuestra dedicación y respuesta que espero seguir teniendo este año que empieza lluvioso... al menos en Madrid.
Quino