jueves, 10 de octubre de 2013

BREVERISMOS. JUEVES 10 DE OCTUBRE DE 2013


Tenía dos amigos tumbados, y tengo que decir tumbados porque siempre estaban en tan cómoda posición por decisión propia, que para eso eran escritores y se puede escribir muy bien en la cama. Ellos eran el uruguayo Juan Carlos Onetti y el estadounidense Paul Bowles.
     Con el primero tuve más trato, digamos que por proximidad, que no por carácter, pues era áspero hasta cuando estaba contento. Onetti vivió en Madrid desde ya no recuerdo cuando hasta su fallecimiento, en 1994. Considerado un escritor existencialista y moderno, él se reía de ambos adjetivos y me decía: Quinito Quinito, yo lo que soy en realidad es un amante del whisky y un adorador de Faulkner. Así que déjame en paz,  m´hijito, que voy a echar un sueñecito.


Yo, para no molestar, que Onetti era muy suyo, me quedaba a los pies de la cama releyendo El astillero o Juntacadáveres, mis dos libros preferidos de tampoco tantos, que lo que es escribir tampoco escribió mucho. Pero sí lo suficiente como para que lo galardonaran con premios varios, entre ellos el Cervantes en 1980 y sus lectores lo consideraran tan importante como para ellos era.



Decían de él que era original, coherente y, como he dicho, hasta existencialista… pero pesimista hasta la médula de sus huesos, y es cierto, como también en gran parte es pesimista su obra. Y esa ha sido, probablemente, la causa de que no haya llegado a tantos lectores como otros colegas suyos del mismo continente, que todos conocemos. Pero a él le importaba un pepino la gloria de los demás… y hasta la suya. Y cuando le decíamos que a tal o a cual escritor amigo o conocido suyo le habían dado tal o cual premio, contestaba: Pues que bien. Y se daba media vuelta en la cama y volvía a dormir.


Paul Bowles (1910-1999) ya era otra cosa, tan suave por fuera que se diría todo algodón que no lleva huesos, como Platero (perdón por el símil). Amable, sonriente, educado… pero más raro que un perro verde, Paul Bowles llegó a Marruecos y en concreto a Tánger… y se acostó. Y nunca más volvió a levantarse. Incluso cuando era más joven se levantaba solamente de vez en cuando, pero volvía a casa cuanto antes para tumbarse de nuevo. Y de hecho en muchas de las fotos que se conservan está casi siempre tumbado o cómodamente reclinado, que para el caso...

    




   Residió en París unos cuantos años siguiendo la moda y estela de sus colegas los escritores estadounidenses, que podían hacerlo ya que a pesar de presumir de bohemios metían la mano en el bolsillo y sacaban dólares. De vuelta en Nueva York estudió composición musical en los años treinta. Compuso música para ballets, películas y obras de teatro y se casó en 1938 con la autora teatral Jane Auer, lesbiana militante, formando una peculiar pareja. Fue ella la que le animó a que escribiera. Y empezó publicando relatos y haciendo crítica teatral en el Herald Tribune entre 1942 y 1947. La pareja, tras un viaje por Marruecos, se instaló en Tánger en 1947. 

  

En 1949 publicó su novela más conocida: El cielo protector. Cuando empezó a ser conocido por su obra (por sus obras los conoceréis) su casa se convirtió en lugar de peregrinaje de escritores famoso y no tan famosos que iban a ver a ese escritor tan raro que está siempre tumbado.

     Se relacionó especialmente con la llamada Gay Society, con Truman CapoteLuchino ViscontiCecil BeatonGore Vidal y Tenesse Williams, entre otros, y también con miembros la Generación Beat, con Allen GinsbergWilliam Burroughs y Jack Kerouac.
     Todos acudían a Tánger para ver y hablar con el escritor tumbado que, de vez en cuando, se levantaba para fumar hachis con sus visitas.



 En fin, que os recomiendo especialmente la película del mismo título que la novela, El cielo protector, dirigida por Bernardo Bertolucci en 1991. El éxito de la película supuso un renacimiento de la obra de Bowles y una inyección de capital a sus menguadas arcas. Sus libros se revalorizaron y reeditaron, pero a pesar del éxito inesperado ya en el tramo final de su vida, siguió acostado y sin inmutarse. Es más se le escuchó decir: que se levanten ellos… refiriéndose, imagino, al resto de los humanos.


Breverismos


95)  OBRAS COMPLETAS 
Empezó a escribir tan tarde que empezó por sus Obras Completas.


396)  MEMORIA   
El eminente autor de “Memoria de Nuestros Antepasados” perdió la memoria de tanto rebuscar en la memoria de los demás.

 542)  LINGÜISTA
 -Deja de hablar con rebuscadas metáforas y explícate con claridad.
-Muy bien: Eres imbécil. No te soporto ni un día más. Me voy.
¿Está claro? –le espetó a su marido la lexicóloga experta en circunvalaciones lingüísticas y famosa por cincelar cada palabra que decía.

Mañana más.


     

2 comentarios:

  1. A mí también me gusta más Paul Bowles que Onetti. Dos que entendieron el Derecho a la pereza de Paul Lafargue que comentaste el otro día. Y muy buena la recomendación de volver a ver la peli El cielo protector, peliculón de Bertolucci.

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  2. Pues mira, a mí cómo reciba cada uno en su casa me parece muy respetable. Bien, cada uno es muy libre. No conozco ninguna escritora chica que lo haga así, que las tiendas de lencería femenina se pondrían contentísimas y las visitas a las casas particulares de la cultura se incrementarían bastante.
    Escribir acostado ya me parece más complicado, que si las gafas, que si la tinta, que si no me he traído el sacapuntas....pero vale también.
    Ahora bien, no sé cómo procesar y cómo notificar a mi entorno la recomendación de hoy, habida cuenta de nuestra situación geográfica y ambiental, de ver la película "El cielo protector", que sí que es una gran peli, pero anda,a ver como se lo digo a Lucifer.
    Besos
    Isabel

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