¡VIAJA, CHAVAL!
Así se titulaba, más o menos -porque recuerdo la esencia del contenido pero no estoy tan seguro del título- el artículo que leí no recuerdo donde, probablemente en un periódico o revista de los que no compro habitualmente.
El artículo titulado ¡VIAJA, CHAVAL! -dejémoslo en que se titulaba así- estaba firmado por Arturo Pérez-Reverte.
Sí, ya sé, ya sé... los que me conocéis estaréis pensando, pero qué hacía Quino leyendo un escrito de semejante personaje... pero os pido paciencia y os ruego que sigáis leyendo.
A mi juicio -y como tal puede ser para muchos equivocado o acertado- el señor Pérez-Reverte es un personaje con el que no me gustaría subir solo en un ascensor. No hay más que leer sus artículos -en esta opinión no entra su obra literaria- para que se le vea el plumero, que se dice.
Es un ególatra insoportable, hosco y agresivo con quien no piensa como él, contundente en sus opiniones como solo suelen ser los instalados en un pedestal conseguido a base de puñetazos y zancadillas, de los que se tiran a la yugular del oponente dialéctico en cuanto lo ve más débil; es petulante, soberbio, chulo, vanidoso disfrazado de sencillo y cercano, de los que disparan contra la derecha, la izquierda y el centro para camuflar realmente como es, que eso todos lo sabemos... en pocas palabras: es de ese tipo de personas horribles que se creen en posesión del tarro de las esencias de la Verdad, así, con mayúsculas... y que padece tortícolis crónica de tanto mirar al resto del mundo por encima del hombro.
Pero -siempre hay un pero- un día cayó en mis manos su artículo titulado -dejémoslo que se titulaba así- ¡VIAJA, CHAVAL! en el que hablaba de los nacionalismos histéricos -que los hay- y de los chavales de la llamada Kale Barroka. Y estuve de acuerdo con lo que decía.
Se dirigía a los adolescentes y veinteañeros vascos para decirles que el mundo es enorme, mucho más grande que el terruño en el que han nacido y, lo que es peor, del que nunca han salido. Que no hay que viajar a otro continente, ni a otro país, ni siquiera a otra provincia... que simplemente en el pueblo de al lado a lo mejor son más listos y más guapos que tú, y que el pan y el chorizo son más ricos que los de tu pueblo, y que son más simpáticos o más fuertes o más de todo lo que tú te crees que eres. Se dirigía a los chavales que se contentan con creer lo que no vieron, como los católicos ultras, o a recordar constantemente el pasado, como sus amargados abuelos.
Así que -y esto lo digo yo- ¡VIAJA, CHAVAL!
Ya verás cómo se te abre la mente y te darás cuenta que la libertad no tiene fronteras y que la inteligencia vuela sobre las barreras... si tú quieres que vuele. Está muy bien que guardes las tradiciones de tu tierra, pero que las tradiciones no te guarden a ti porque entonces te convertirías en un tradicionalista... palabra horrible donde la haya. Viajando te darás cuenta que las cosas no son como te las contaron, como con ellas te intoxicaron.
Otra cosa es que te encierres en tus cuatro calles, que te niegues a salir de tus cuatro pueblos y de un idioma que solo hablan un puñado de personas de los miles de millones que habitan el patio de vecinos que se llama Tierra.
Veraneo desde hace unos años en una aldea gallega de 90 vecinos... que están convencidos que viven en la Arcadia. Reconozco que es un paraíso de paz, tranquilidad y concordia, y me han acogido como a uno de los suyos, con cariño y respeto, pero... se creen que lo suyo es lo mejor.
¡Coma de este chorizo, Quino, que de esto no hay en Madrid! ¡Beba este vino, que es el mejor de España! ¡Qué le parece nuestro pan, seguro que no ha probado uno tan bueno en su vida!
Y yo pienso -y no lo digo por no herir el cariño con que me lo dicen- pues mire, señora, en Alemania, en Francia, en Noruega, en Canáda y hasta en Logroño o Soria... es más y hasta en Lugo, que está aquí al lado, hay pan, chorizo y vino iguales y hasta mejores que estos. En una palabra: están tan encerrados en sí mismos que están convencidos de que lo suyo es lo mejor.
En fin, así es la rosa, que decía el poeta. Así que ahora mismo me voy a hacer la mochila para viajar donde sea, que estoy convencido de que tengo la cabeza tan libre por haber viajado tanto... pero siempre quedará un hueco para llenarla con un poquito más de libertad.
Breverismos
592) EN LA LUNA
El primer turista llegó a la Luna … y vio que no había nada que ver.
2840) PARÍS
Me vas a hablar a mí de París, que he visto un montón de postales.
6363) BEDUINO VIAJERO
El beduino escribió un Libro de Viajes… monótono, pero interesante.
El lunes más y más breve, que hoy se me ha ido la tecla.
Buenísimo hoy. Qué claro es el asunto cuando se quiere ver claro.
ResponderEliminarEl otro existe, los otros existen, el mundo es grande y rico y mirarse el ombligo, o peor, desplegar esa complacencia solo por lo nuestro...yo creo que sobre todo daña por lo que nos perdemos más que nada.
Yo también veraneo en un pueblo gallego y nunca me entero de cuándo ni dónde celebran las ferias esas tan ricas, porque anunciarlo lo anuncian pero...siempre en gallego. Y yo me quedo a dos velas. Con lo ricas que están las vieiras.
En fin, que lo mío será bueno, pero lo tuyo también y si compartimos mejor aún.
Un beso.
Ehhhhhhhhh!!!!!! También sé resumir.
Un beso
Isabel
Pues yo he aprendido a hablar y sobre todo a entender esa dulce y envolvente lengua gallega... pero dejando bien claro que también se puede hablar en castellano, catalán, euskera, francés, alemán, sueco, inglés, y hasta nepalés... que cuantos más idiomas hables mejor podrás comunicarte y, sobre todo, mejor entender a los demás.
ResponderEliminarQue sí, que tienes que querer a tu terruño, pero que el mundo es enorme y bellísimo.
Y, como tú dices, mi querida Isabel, lo mio es estupendo... pero lo de los demás también, y no tienes más que dar un paso para comprenderlo.
Besos de tu amigo Quino.
Claro, contundente, valiente, magnífico el blog de hoy con las verdades del barquero, esas que a veces no nos atrevemos a soltar por temor al qué dirán. Muy bien, Quino, lo has explicado clarísimo.
ResponderEliminarCarla
Opino lo mismo que Carla, la comentarista que está encima de mí, en el buen sentido de la palabra. Blog impecable, contundente, real y claro, que así se lo explicaré a mis alumnos el lunes, que de vez en cuando me sale alguno que se cree que su pueblo es el mejor del mundo y de que Madrid es la capital del mundo.
ResponderEliminarPedro
Por rematar de cabeza :
ResponderEliminar" El nacionalismo es una enfermedad que se cura viajando" ( Miguel de Unamuno )
Por cierto la frase del cerebro y el paracaídas dice la "red" que es de don Alberto Einsten
Por cierto Carla algún día cuéntanos algo desde otro punto de vista de ObamaCare y del Tea Party
ResponderEliminarSantiago, no sabía que la frase del otro día, la pintada en la pared, fuera de Einstein, pero te ofrezco otra de don Albert que no tiene desperdicio:
ResponderEliminar"Hay dos cosas infinitas: el Universo y la estupidez humana. Y del Universo no estoy tan seguro".
Y es verdad, un día de estos tendremos que hablar de los modernos del Tea Party.
Quino
Soy Tychoi Brahe, astrónomo danés del siglo XVII y te sigo atentamente desde mi casa de Copenhaguen. A ver si hablas un poco más de estrellas y menos de política porque dónde vas a comparar. Pero tengo que reconocer que el blog de hoy te ha salido bordado en encaje de bolillos.
ResponderEliminarAbrazos holandeses
Tycho