lunes, 18 de noviembre de 2013

BREVERISMOS. LUNES 18 DE NOVIEMBRE DE 2013

Hace unos días vi en un periódico un artículo sobre una casa construida en Praga, en el año 1930, por el arquitecto alemán Mies van der Rohe. La casa era Villa Tugendhat y el artículo se titulaba "83 años y tan moderna".
          Pero no voy a hablar de esta villa sino de una construcción más cercana, puesto que está en Barcelona. Y, por supuesto, igual de moderna, o más, que la de Praga. Me refiero al Pabellón de Alemania que Mies van der Rohe construyó para la Exposición Internacional que se celebró en Barcelona en 1929. 


El Pabellón alemán, al contrario que el resto de los olvidados y olvidables restantes pabellones de otros países, se concibió como un edificio de modestas dimensiones pero de refinados materiales,   donde los vacíos cobraban protagonismo. Era una construcción tan moderna, tan adelantada a su tiempo que, como era de esperar, fue incomprendida. Que no hay más que ver el cartel editado por el ayuntamiento de Barcelona para comprender como chirriaba el pabellón al lado del espíritu, barroco y anticuado, de la expo.
          El pabellón se concibió como lugar para la recepción oficial al rey Alfonso XIII por las autoridades alemanas.


Vidrio, acero y cuatro clases de mármol construyeron este espacio en el que no aparecía ni una sola línea curva, al contrario del abigarrado estilo de la época. Edificio abierto, como prueba de la bondad del clima mediterráneo.


84 años después de construido el pabellón sigue mostrando la modernidad de sus líneas y la elegancia de sus formas, siguiendo la norma del "menos es más", clave constructiva del arquitecto.


Así como tras la Exposición Internacional de París de 1889 su símbolo más importante, la Torre Eiffel, que servía de arco de entrada al recinto, quedó como recuerdo del evento, convirtiéndose en el símbolo más representativo de la ciudad, en Barcelona, finalizada la exposición de desmontó el pabellón.


Posteriormente, pero muy posteriormente, debido a las presiones y protestas que desde 1930 se fueron sucediendo por parte de arquitectos de todo el mundo, el pabellón se reconstruyó en 1986, partiendo de los planos originales y utilizando los mismos materiales. 


Esta es una vista desde el interior sobre el patio cerrado, con su estanque y una escultura de Georg Kolbe que representa el Alba.


Sobre planta rectangular se eleva el edificio, abierto al exterior a través de amplios ventanales, sin límites con el paisaje, como reflejo del espíritu de modernidad y libertad que reinaba en Alemania... y que terminó con la llegada de los nazis al poder, en 1933. La obra consta de tres partes claramente diferenciadas: el patio de recepción, con su gran estanque con fondo de cantos rodados, el núcleo edificado y el patio cerrado, también con estanque y escultura.



Además del acero y el vidrio, los cuatro mármoles utilizados son: el mármol travertino romano para los suelos, el alpino verde y el antiguo verde de Grecia para paredes interiores y exteriores, y el ónice dorado de las montañas del Atlas, en África, para el gran paño exento que separa dos espacios, seña de identidad del pabellón. Diseño minimalista puro, concebido décadas antes de que fuera acuñado el término.


Este es el muro de ónice dorado con los muebles, los asientos,  también diseño del arquitecto. La pieza más representativa es el famoso Sillón Barcelona, un icono del diseño, construido en acero inoxidable y tapizado con cuero blanco. Aún hoy se sigue editando y comercializando.
          El Pabellón está considerado como uno de los hitos de la arquitectura moderna. Actualmente se puede visitar todos los días y se dedica a eventos y exposiciones temporales. Si vivís en Barcelona imagino que ya lo conoceréis, así que recomiendo a los que pasen por la ciudad que no dejen de visitarlo, para que os sorprendáis con un edificio por el que ha pasado el tiempo... pero hacia adelante, hacia el futuro, moderno como pocos. Y mucho más actual que los que ahora mismo nos rodean. Construcción que ha sido escuela y ejemplo de generaciones de arquitectos.

Breverismos arquitectónicos


3839)  MENOS ES MÁS
-Menos es más –dijo el arquitecto Mies van der Rohe.
-Que te crees tú eso -añadió un ayudante suyo, que no tenía nada... y le clavó un compás en la espalda.


4550)   MENOS ES MÁS
-¡Menos es más! –exclamó el arquitecto Mies van der Rohe, mientras tiraba todos los muebles de su casa por la ventana, seguro de que creaba un innovador concepto y una famosa frase para la Historia de la Arquitectura y el Diseño. A las dos horas reconocía que la situación era revolucionaria, pero incomodísima… y transigió colocando una silla en medio de la habitación vacía.  


5543)  MENOS ES MÁS
Los alumnos del arquitecto Mies van der Rohe estuvieron de acuerdo en lo de que menos es más, al ver que la bailarina de estriptis se quitaba la última prenda de ropa.


Mañana más es más, que algo tendré que escribir, digo yo.


3 comentarios:

  1. Recomiendo el corto titulado "El pabellón alemán" escrito y dirigido por Juan Millares en 2010 y varias veces premiado.

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    1. Pongo el enlace al corto que menciona nuestra nueva amiga

      http://vimeo.com/28424496

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    2. Leontina, gracias por tu recomendación, que veré inmediatamente, como Miesvanderroheriano (vaya palabrita) que soy. ¿Eres nueva en este blog? Espero que te guste y que me sigas. Y gracias Santiago por tu añadido, ¡que bien tener tan eficaces seguidores!
      Un abrazo para los dos.
      Quino

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