BREVERISMOS. VIERNES 15 DE NOVIEMBRE DE 2013

Me he tomado tres tazas de tila y un Valium 10 disuelto en un gin-tonic, gracias a lo cual he conseguido calmar la furia que me había atacado por culpa de la avería de mi ruter. Así que más calmado, pero tampoco tanto, me encuentro con una noticia que me vuelve a poner atacao, que se dice. Y antes de entrar en detalles me limitaré a decir: Se necesita ser imbécil. Esta es una frase popular y coloquial, pero clarísima para referirse a ciertas personas, como es el caso que nos ocupa hoy.

Así que, lo dicho: se necesita ser imbécil para ser, actuar y decir cosas como las que dice Karl Lagerfield, el famoso modisto.

       El alemán Karl Lagerfield tiene 80 años… pero se resiste a envejecer. Hasta ahí la cosa no es extraña pues les pasa a muchos, a mí entre ellos. Pero una cosa es que te cabrees al ver los estragos del Tiempo sobre tu cuerpo –antaño pinturero y juncal- y otra muy distinta rebelarte contra lo inexorable con la cirugía estética, el botox, el bisturí y todo lo que la farmacopea ofrece como engañosos aliados.

Con la piel de la cara tersa hasta límites de no poder parpadear, Lagerfield oculta su cuello de iguana detrás de altos y almidonados cuellos de camisas, ya que la última vez que acudió a su cirujano éste le dijo: ríndase, tiene usted 80 años y yo no puedo hacer más, así que lleve el cuello a un taller de chapa y pintura. Y lo mismo pasa con sus manos: al no poder ocultar las manchas propias de la vejez, las oculta bajo guantes, que siempre lleva puestos.

          Además nunca se despoja de sus gafas negras que utiliza para ocultar las patas de gallo y los párpados que lleva sujetos con esparadrapos.

   En fin, al turrón: si he empezado el blog con la frase se necesita ser imbécil ha sido, sobre todo, por las polémicas palabras del señor Lagerfield en la prensa. Convencido de ser el arbitro de la elegancia     menosprecia y hasta insulta a todas aquellas mujeres que no se adapten a los exigentes cánones impuestos por él y las pasarelas de moda. Según su discutible juicio las mujeres tienen que ser más que delgadas delgadísimas, como lo son las modelos que lucen  trapos en las pasarelas.

 Y su influencia en el mundo de la moda es tal que el sueño de su imaginación produce monstruos como este.

 Pra el señor Lagerfield esta modelo está gordísima.

Incluso esta pobre.

 Pues bien, la GGSLA, asociación francesa que lleva el nombre de Guapa, Gorda, Sexy y Lo Acepto, dedicada a combatir la discriminación contra las mujeres con sobrepeso, ha reaccionado ante las reiteradas declaraciones del modisto y lo ha denunciado ante la justicia francesa "por sus declaraciones difamatorias y discriminatorias contra la comunidad de mujeres gordas".

¡¡Ya está bien de sacrificios!!, han gritado, y con razón. Las mujeres gordas tienen tanta belleza como las delgadas y en muchos casos mucha más, y sobre todo más alegría y ganas de vivir.

 Y claro, dónde vas a comparar.

          Mujeres sanas, alegres y poderosas

 Que no hay más que contemplarlas para exclamar cogiendo al señor lagerfield por las solapas: Se necesita ser imbecil.

"Nadie quiere ver mujeres gordas en las pasarelas, ademas las personas gordas ahogan económicamente a la Seguridad Social por la cantidad de enfermedades que contraen. Los gordos son inaceptables en el mundo de la elegancia", dijo el patético modisto en prensa y TV... siendo abucheado por Francia entera.

 Y se atrevio a reirse de la cantante inglesa Adele, en público diciendo que le sobraba voz y le sobraban kilos.

 

Adele, que a los 25 años está considerada como una de las grandes, cantautora y cantante de  música soul, jazz y pop, autora de música para el cine e instrumentista de piano, guitarra y teclados, premiada con varios Premios Grammy y MTV reaccionó como se esperaba de una mujer inteligente y elegante, diciendo: Se necesita ser imbécil.

Así que aquí os pogo una canción de Adele, que os gustará por la voz de contralto, potente y segura, que irradia toda la fuerza que posee.

Así que con mi querida Adele doy por zanjado mi desprecio hacia el modisto del que no volveré a escribir ni siquiera su nombre.

Breverismos

 

239)  EL OBESO Y LAS HORMIGAS

El peso de todas las hormigas del mundo es mayor que el peso de todos los humanos -leyó el humano obeso. 

Y lo leyó seis veces para convencerse de que era cierto lo que leía… justo el día en que había decidido, irrevocablemente, ponerse a estricta dieta. Así que, dando por anulada su decisión atacó un enorme trozo de tarta  de nata y chocolate y pensó: 

-No seré yo el responsable de que todo esto se hunda.

Y como punto final, sentenció: ¡Que adelgacen ellas…!

967)  ZAPATOS

El obeso se sorprendió de que su médico no considerara ejercicio físico el atarse los cordones de los zapatos… incluso varias veces al día.

1260)  ANTIMATERIA

 El famoso físico experto en Antimateria pesaba 140 kilos.

Mañana algo más de otro tema.