BREVERISMOS. MIÉRCOLES 13 DE NOVIEMBRE DE 2013

Aún bajo los efectos de la resaca de la celebración del Primer Aniversario de este blog, me siento ante el ordenador para cumplir con la tarea impuesta hace ya 366 días, que parece que fue ayer, que se dice.

          Ayer olvidé decir que, como habréis podido comprobar en el contador de entradas, este blog ha tenido 36.622 visitas en su año de vida, de ya no me acuerdo cuantos países. En fin, que como decían las folclóricas empiezo a escribir en este Segundo Año Triunfal para mi público: que tanto me quiere y a quien tanto debo. Pero la resaca me ha empujado a quedarme dormido encima del teclado.

          En su momento y en otro blog hablé del Derecho a la Pereza, del que hablaba mi amigo Paul Lafargue y del que yo hago constante proclama. ¡Ya está bien! ¡Que trabajen ellos!, como decía Unamuno... o quien fuera. Sí señor: que trabajen los banqueros, los grandes empresarios, los diputados, los senadores, los políticos todos, los miembros de la Iglesia, los sindicalistas, los asesores y liberados, y... y... o sea: que trabajen todos, que a lo mejor resulta que así se empezaban a arreglar las cosas.

Mientras tanto, para los que trabajan de verdad y para los que ya han trabajado el cupo de un montón de años que les correspondía exijo El Derecho a la Pereza.

          Se supone que deberíamos utilizar los avances tecnológicos y las nuevas tecnologías para hacer nuestras tareas con mayor eficacia y tener más tiempo libre... y así poder tumbarnos en la hierba a contemplar las nubes, espectáculo maravilloso y gratuito. Pues no, resulta que cuantos más avances conseguimos más trabajamos: a ver quién me explica eso.

          Lo ideal sería trabajar menos horas para que pudiéramos trabajar todos... y trabajar menos para vivir mejor.

Creo importantísimo para nuestro equilibrio físico, mental e intelectual liberar del ajetreo diario parte de nuestro tiempo para dedicarlo a no hacer nada... pero nada de nada. En contra de la teoría de los neoliberales que dicen, imbéciles ellos, que el descanso es de vagos y el dormir es de perdedores.

          La Religión, aliada del Capital, no lo olvidemos nunca, nos dice que El Ocio es el padre de todos los Vicios. Cuando, precisamente, el ocio, está demostrado, provoca felicidad, creatividad, bienestar emocional, conocimiento de ti mismo y favorece el pensamiento propio y libre... que es precisamente lo que no interesa al Capital ni mucho menos a la Religión. 

          El periodo de sueño (y hasta el de la ensoñación) y el no hacer nada de nada son terrenos que deberíamos defender con uñas y dientes, porque son de lo poco que nos pertenece plenamente. Son campos que deberíamos resistirnos a que fueran invadidos por los que nos atosigan constantemente creándonos necesidades artificiales y, por lo tanto, innecesarias.

          Mirad qué contentos están después de haber trabajado todo el día para comprar un montón de cosas innecesarias que, cuando lleguen a casa y abran los paquetes, dirán: ¿Pero para qué me he comprado yo todo esto? ¿Por qué tengo que trabajar tanto para tener cosas que luego, por falta de tiempo, no puedo disfrutar de ellas? Ah, pero el Capitalismo es así, mis queridos lectores: puros cantos de sirena que hoy día no engañan ni a Ulises (ni al de Joyce ni al otro). 

En fin, consejo del Desgarramantas: a trabajar menos y a disfrutar más de la vida... y sobre todo recordad: ¡Que trabajen ellos!

Breverismos

813)  DEPRESIÓN

El Trabajador Toxicodependiente del Trabajo Continuo, deprimido y agotado, dudó entre suicidarse o tomarse una tortilla de Prozac. Al final, optó por visitar un museo, ver una película de Woody Allen, cenar con sus amigos, tomar un par de gin-tonic en compañía de una bella señorita y acostarse temprano después de leer un par de capítulos del Quijote. 

          Aquella noche, por primera vez en muchos meses, durmió ocho horas seguidas. Y a la mañana siguiente se levantó con un humor espléndido.

2252)  THOMAS HOBBES 1

           QUÉ COSAS.

Thomas Hobbes, en su Leviatán nos dice, en un alarde de imaginación: “los sueños son imaginaciones de los hombres dormidos”. Qué cosas tienen los filósofos, ¿verdad?

3091)  PARA QUÉ

Le pidió al genio de la lámpara tener más tiempo libre, además de ser joven, rico y guapo, por ese orden. Y el genio preguntó: ¿Y no quieres ser más inteligente. Y el filósofo viejo, pobre y feo contestó: ¿Para qué?

Mañana otro poco de otra cosa.