Hay libros que se leen una vez y se quedan
contigo para siempre. Así como hay libros que abandonas antes de llegar a la
página 30, porque te preguntas: ¿Y qué hago yo leyendo esto? Pero también hay
libros, al menos para mí, que, tras ser leídos, merecen ser releídos pasado un
tiempo, para llevarte la sorpresa de que te siguen interesando y emocionando.
Esos son los libros que te acompañarán
siempre.
Eso
me pasó y me pasa con libros de Borges,
Joseph Conrad, Javier Marías, Roberto
Bolaño, el primer Paul Auster, Pierre Michon, Joseph Brodsky, Julio
Cortazar… Pero hay un autor al que siempre vuelvo con placer, porque cada
vez que lo leo vuelve a impresionarme, y me siento como si lo hiciera por primera vez. Me refiero a mi
amigo, pues así lo considero, W.G.Sebald.
Con Julio Cortazar me
pasó –y digo pasó- algo parecido.
Leí su Rayuela
tres veces (hace tanto tiempo que no quiero acordarme), tal como él
recomendaba: como un libro normal, es decir, empezando por la primera página y
terminando por la última; una segunda vez siguiendo la tabla de numeración salteada
de capítulos que él proponía; y una tercera vez empezando desde atrás hacia
delante, pues de las tres maneras podía leerse.
Rayuela
cumple este año cincuenta años, ya que apareció allá por 1964. Y por el buen
recuerdo que tengo de este libro lo cito… y lo recuerdo con cariño, acompañante de una época
incierta y feliz.
Pero
es el alemán W.G.Sebald, mi autor
repetitivo… porque siempre repito con él. Lo descubrí hace apenas tres o cuatro
años y ya no lo he abandonado.
Leí
hace tiempo su Austerlitz -ya
recomendado en este blog- y lo releí hace unos meses para sumergirme en él con
el mismo entusiasmo que la primera vez… sintiendo una envidia negra y espesa
ante una obra escrita con una perfección absoluta. ¿Cómo se puede escribir
tan bien?... me preguntaba y me pregunto. ¿Cómo se pueden hilar las palabras
con tal cadencia, con tanta aparente sencillez para hacerte entrar en la
historia que relata, para llevarte de la mano desde el principio hasta el fin?
Pues
lo mismo me está pasando ahora con Los emigrados, que estoy por segunda vez. Cinco historias de emigrados forzosos, no para
ir hacia un mundo más próspero, sino para salvar la vida. Cinco relatos que nos
habla del desarraigo, la memoria, la insatisfacción intelectual, la familia
como piña, la injusticia, el amor, la búsqueda de raíces, el exilio y la muerte.
Lo recomiendo con todo
mi cariño... advirtiendo que no son obras de lectura fácil, pero sí gratificante
hasta niveles inimaginables.
Breverismos
1383) SAN JUAN DE LA CRUZ
Desde de comer
aquellos misteriosos hongos que crecían en el rincón más apartado del huerto de
su convento de Úbeda, la obra literaria de San Juan de la Cruz fue otra cosa.
1612) MEMORIAS
FANTÁSTICAS
Sus Memorias fueron la novela más fantástica que escribió.
1648) DIFERENTE
-Habrá que
aceptar que es diferente –le dijo el famoso futbolista a su mujer, anonadados ambos al sorprender a su
hijo leyendo El Quijote.
Mañana
otro tema.
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