BREVERISMOS. DOMINGO 28 DE ABRIL DE 2013

Hoy iba a hablar un poco del Rey de España, pero la voz de mi conciencia me ha dicho: Déjalo, pobrecillo, que bastante tiene con lo suyo y lo mismo se enfada.

  

-¿Y qué es lo suyo? –pregunté.

-Pero bueno, ¿es que no lees periódicos antimonárquicos de derechas como El Mundo y La Gaceta ni ves televisiones golpistas-dale-que-dale de extrema derecha como Intereconomía y 13 TV?

-Pues mira no, pero no es por nada, es porque me gusta hacer la digestión tranquilamente, que ya no está uno para que se le haga vinagre la comida en el estómago.

-Pues deja al rey tranquilo.

-¿Y de quién puedo hablar, así, sin que se me moleste? –le pregunté.

-Pues de la infanta y Urdangarín.

-Mujer…

-No, si ya ni se enfadan. Han llegado ya al estado de aceptación de la metedura de pata y mantienen la falsa apariencia de negarlo todo, a ver si cuela.

-Ah, pues si es así, vamos allá.

Qué tiempos aquellos.

Qué tiempos aquellos en los que reinaba la armonía palaciega. Pero de aquellos polvos…

...vinieron estos lodos… que dice el refrán.

Y como el refrán nos recuerda, todos los actos, incluso los más pequeños, pueden acarrear consecuencias no siempre deseables.

Otra explicación del refrán es la que ofrece el Centro Virtual del Instituto Cervantes que, sin referirse directamente a Urdangarín, nos dice: La mayor parte de los males que se padecen son la consecuencia de descuidos, errores o desórdenes previos, incluso de hechos aparentemente poco importantes.

Breverismos no muy honrados, precisamente

169)  EL HONRADO DELINCUENTE     

-Proclive a la delincuencia -diagnosticó el psicólogo.

Y él diagnosticado, hombre honrado que nunca había delinquido, pensó:

-Si lo dice el psicólogo, que es el experto… -y atracó, con éxito, su primer banco.

3550)  DEBILIDADES

-Para atrapar a un ladrón hay que conocer sus debilidades –declaró el jefe de policía, sin saber que el ladrón consiguió escapar al conocer las debilidades de la policía.

4571)  FALSAS RESPUESTAS

Las respuestas falsas del importante ladrón interrogado eran tan lógicas y convincentes, que el juez prefirió creerlas para quitarse problemas de encima.

Mañana, a otra cosa.