lunes, 29 de abril de 2013

BREVERISMOS. LUNES 29 DE ABRIL DE 2013


El Ayuntamiento de Madrid, como no tiene otra cosa que hacer –podría pagar las muchas deudas que tiene, por ejemplo- pues se dedica a perder el tiempo cambiando estatuas de sitio. El otro día me dejó perplejo la noticia de que el ayuntamiento iba a quitar de la Plaza de la Villa la estatua a don Álvaro de Bazán.
  


 Y es una pena porque tiene entrañables recuerdos para mí. Hace no tantos años, allá por el pleistoceno, tenía una profesora de latín que me daba clases de refuerzo. Y vivía cerca de esa plaza puesto que quedaba con ella al pie de la estatua. Ay, mi querido don Álvaro, la de esperas que habrás visto. Tantas, que me aprendí de memoria y aún recuerdo, los versos que, grabados en la base de tu estatua, glosaban tus hazañas.

El fiero turco en Lepanto
En la tercera el francés
Y en todo el mar el inglés
Tuvieron al verme espanto.
Rey servido y Patria honrada
Dirán mejor quien he sido
Por la cruz de mi apellido
Y con la cruz de mi espada.



Os presento a doña Dolores, mi profesora de latín, más que nada para que me digáis si merecía la pena la espera al pie de la estatua. Era más buena… Y muy cariñosa. Además tenía mucha paciencia conmigo porque, distraído con otras cosas que veía, me costaba centrarme en las declinaciones. Yo, por razones que a la vista están, no la llamaba doña Dolores, sino Rosa, Rosae…
     Pues bien, como iba diciendo, ahora resulta que el ayuntamiento de Madrid quiere trasladar mi estatua al Cuartel general del Ejército, y poner en su lugar la del adusto don Felipe II.



La estatua de don Felipe estaba al lado del Palacio Real, en la plaza de la Almudena que no sé si será iglesia o catedral, porque yo de iglesias no entiendo pero de verdad me gusta esa que te estás poniendo. Y ahora irá a parar a la Plaza de la Villa.
     Así que, si quiero volver a recordar mis esperas bajo la estatua de don Álvaro de Bazán, tendré que ir al cuartel de Cibeles, aunque no sé yo, que a mí los militares…

Breverismos estatuarios

 2709)  ESPERA
El escultor estuvo esperando la inspiración hasta que, harto, se levantó y se puso a dar martillazos a una piedra que era, precisamente, lo que más trabajo costaba.

5058)  EL PENSADOR
Qué decepción cuando Rodin me dijo que el modelo de El Pensador sólo pensaba tonterías.

6300)  VENTAJA
La ventaja del escultor ciego es que tomaba las medidas de sus modelos femeninas al tacto.


Recomendación de hoy

Como la cosa va de esculturas voy a recomendar una película de Ken Rusell titulada El Mesías Salvaje


 Estrenada en 1972 cuenta la historia real del escultor francés Henri Gaudier-Brzeska. Nacido como Henri Gaudier conoció a Sophie Brzeska, una mujer polaca residente en París, bohemia con inquietudes artísticas a la que se unió, con gran escándalo de la mojigata sociedad francesa de la época ya que ella era veinte años mayor que él. Pero fue tal la pasión que sentía por ella que adoptó su apellido, uniéndolo al suyo, firmando sus obras a partir de entonces como Henri Gaudier-Brzeska.




 Llamado a filas en la Primera Guerra Mundial murió en el frente del Paso de Calais a la edad de 23 años. Sophie, inmersa en la locura desde su muerte, falleció dos años después internada en un manicomio. Henri dejó una interesante obra que puede contemplarse en el Museo de Arte Moderno de París, en el de Orleans –de donde era natural- en La Tate Gallery de Londres y en los museos de Arte Moderno de Nueva York, Chicago y Ottawa.


 Epigramas epigrameros

Le dio a un mendigo Bartolo
un pantalón destrozado,
diciendo: -Puede que lo haya llevado
un par de veces tan solo.
-¿Dos veces? –dijo el pobrete.
Y dijo Bartolo: -Sí, -y contó con ambas manos
La primera… unos seis años…
y la otra lo menos siete.




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