Hoy sábado 20 de abril toca Blogdiario cortito,
que ya sabéis que avisé que como los sábados y los domingos baja la asistencia
a clase, pues eso… Aunque también he observado que lunes y martes sube porque
lo leen los rezagados del fin de semana.
Ayer
me telefoneó desde Barcelona mi amigo Enrique
Vila-Matas para solidarizarse conmigo tras leer la bronca que me echó mi
amigo el intelectual profundo.
Y me dijo: -No te preocupes, amigo. No hay término medio: solamente una persona brillante o rematadamente lerda puede escribir blogs como los tuyos.
Y, claro, conociendo a Enrique como le conozco, me quedé con la mosca detrás de la oreja (por cierto: es incomodísimo). Y colgó. Después de decirme eso, de fingir ruidos electrónicos con la voz y de decir No se oye nada, cortó la comunicación.
De todas formas aquí tenéis mi última foto de
carné para que vosotros elijáis cualquiera de las dos opciones que insinúa
Enrique es la más acertada. Aunque yo creo que…
Pero mi charla con Enrique me recordó el día, hace ya unos cuantos años, que conocimos en Barcelona a Augusto Monterroso, el escritor de enormes textos breves.
Empujados por nuestra admiración le invitamos
a unas copas y él a nosotros y nosotros a él… y podéis imaginar cómo acabamos. Por
eso el Blogdiario de hoy dedica sus textos breves al escritor grande por breve,
que no es poco. Y como homenaje total hablaremos de dinosaurios… y a buen
entendedor…
Breverismos dinosáuricos
406) EL
DINOSAURIO
Ante la inminente
llegada del hombre, el dinosaurio se extinguió de miedo.
5505) DINOSAURIO HERBÍVORO
-No tengas miedo, es herbívoro –dijo, al ver
acercarse al dinosaurio… y es lo último que dijo.
1070) EL DINOSAURIO DE MONTERROSO
Cuando despertó,
el dinosaurio todavía estaba allí… leyendo un cuento de Augusto Monterroso que
decía que cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.
Recomendación de hoy
Hoy, como no podía ser menos, recomiendo especialmente la obra del escritor guatemalteco nacionalizado mexicano y amigo de España, país que le otorgó el Premio Príncipe de Asturias de las Letras en el año 2002. Y recomiendo toda su obra en general y dos libros suyos en particular: Obras completas (y otros cuentos) publicado en 1959 y su novela Lo demás es silencio, escrita en 1978. Editados ambos por Anagrama.
Y termino pidiéndole perdón por publicar su
cuento cien millones de veces publicado, el cuento breve que todo el mundo
conoce: El Dinosaurio, cuando tiene otro montón de cuentos brevísimos igual de buenos o mejores. Pero, en fin... que le
vamos a hacer, Augusto, que así son las cosas y tú sabes que te quería y te
quiero (de todas maneras no te preocupes, Vila-Matas se vengará por ti).
Mañana más… y no me refiero a dinosaurios, sino
a más cosas, que ya sabéis que soy el “royo” que no cesa (mensaje no tan
subliminal).
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