viernes, 4 de octubre de 2013

BREVERISMOS. VIERNES 4 DE OCTUBRE DE 2013

Antes de que se llamara caer por fuego amigo los soldados caían por culpa de las balas de sus propios compañeros. Siempre ha pasado y siempre pasará, que los humanos somos tan brutos que nos empeñamos en repetir todo lo malo. Y mira que ahí está la Historia para advertirnos... pues nada.
     Ahora resulta que Francia, la culta, civilizada y pomposa Francia, pide perdón no a sus soldados que cayeron por fuego amigo, sino a aquellos soldados franceses que fusilaron por motivos varios durante la Primera Guerra Mundial, una carnicería que se llevó por delante a 19 millones de humanos, entre civiles y militares.



     Por cierto, a la Primera Guerra Mundial se la empezó a conocer así para distinguirla de la Segunda, ya que hasta que ésta llegó se la conocía como la Gran Guerra. Pero al llegar la Segunda los militares se dieron cuenta de que deberían numerarlas... ¿a la espera de la Tercera, quizás? Qué cosas...



Con el agravante de que, además, trataban de hacerte sentir culpable y hasta traidor si no te presentabas voluntario para ir directamente al matadero, como demuestra la publicidad bélica de la época. Y hasta esta inocente niñita le pregunta a su padre qué hizo en la Gran Guerra. ¿Será posible? Péguele una patada a la niña y váyase a tomar una copa con los amigos.


Y es que la publicidad bélica es tan agresiva como la normal (si es que hay publicidad normal) que este es el cartel estadounidense en el que ese adusto militar me dice que mi país me necesita. Pues no, señor, le necesita a usted, que se supone que es el profesional del cotarro que, generalmente, empiezan ustedes mismos.

     Todo esto viene a cuento de la noticia aparecida ayer en la prensa de que Francia honrará y pedirá disculpas... 100 años después (la guerra empezó el 1914) a cerca de un millar de soldados franceses que, durante la Primera Guerra Mundial, fusiló por causas varias. Se condenó a soldados por negarse a obedecer órdenes absurdas y contradictorias de oficiales ineptos que también les habría llevado a la muerte. Y a todos aquellos que se rebelaron contra injusticias y flagrantes crímenes en nombre del honor o la Patria... o denunciaron la torpeza o crueldad de sus generales... o sufrieron despistes en el fragor de las batallas y se perdieron de sus unidades siendo acusados de desertores... o que, aterrados (jóvenes casi niños) se quedaron llorando en el fondo de las trincheras.
     En total 740 soldados franceses fueron ejecutados para "dar ejemplo". 

Quiero recomendar dos películas alusivas al tema hoy tratado. 
La primera es el clásico antibelicista por excelencia, la película Senderos de gloria, de Stanley Kubrick, rodada en 1957 e interpretada por un perfecto Kirk Douglas. Un peliculón que  recomiendo con todas mis fuerzas. 


La segunda película que recomiendo es la titulada Largo domingo de noviazgo, dirigida en 2004 por Jean-Pierre Jeunet (el director de la deliciosa Amelie) e interpretada por su actriz fetiche, la igualmente dulce Audrey Tautou. Si no la habéis visto, ahora es la ocasión de ver una buena película sobre la Primera Guerra Mundial.



Breverismos

Hoy solo publicaré un Breverismo, pero dibujado (no sé si os dije que también los tengo dibujados y firmados con alguno de mis múltiples seudónimos), así que ahí va...



  Y ya sabéis: a las guerras que vayan quienes las provocan, es decir, políticos y militares... y a los civilizados civiles que nos dejen en paz.

El lunes más... y sí, que sí, que os pondré el Strawerry fields forever de John Lennon (otro pacifista muerto por un loco) que tenéis que reconocer que precisamente hoy no era muy adecuado

4 comentarios:

  1. Ay, Quinito Quinito, que se te ve el plumero. Pero eso está muy bien, que lo malo es esconderlo o no atreverse a mostrarlo.
    Abrazos.

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  2. En ocasiones tocas unos temas tan aparentes que a mí me provoca. Y como es fin de semana me provoca frivolizar.
    Que digo yo que lo del fuego amigo es según como se mire y se me ocurre mirarlo de dos maneras:
    Manera 1: Si te encuentras un amigo con fuego amigo pues vas y te dejas, que hay mucha horchata en sangre y le dejas que te queme un poquito y cuando te quema mucho o espabilas o le espabilas (que quemar también tiene dos acepciones, esto para otro día)
    Aquí en el infierno hay muchísimo fuego amigo y la verdad mola mucho, no sé a qué esperáis para venir.
    Manera 2: Con perdón, esa frase de “caer por fuego amigo”, me da la sensación de que se la podría haber inventado un gilipollas al que le daba pudor llamar a las cosas por su nombre, que hubiera sido mejor decir, “te mato porque tengo pistola y tú no y ya de paso te jodes que soy malo desde que nací y no se lo había dicho a nadie. Y además ¡buuuuuu! Mira qué miedo doy, verás cómo así nadie me tose”
    Voy a ponerme las gafas de detectar “fuego amigo” para no ir por la vida como una topa. Uy!!! Qué distorsión, esto lo explica todo.
    Ahora me pondré la de ver plumeros. Uy!!!! Estas tampoco me valen, no detecto ninguno. Ahora ya se explica todo aún mejor.
    Ay!!!! Diana y tus consejos sobre gafas……
    Un beso
    Isabel

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    Respuestas
    1. ¡La gallina! como dice Quino. Pero bueno, Isabel, qué te ha pasado hoy, no he entendido nada. Reconoce que has estado abstracta con tanto fuego amigo por aquí y fuego amigo por allá, con lo claro que está todo explicado en el blog y vas tú y te lias, debe ser cosa del calor del infierno. Pon el aire acondicionado y vuelve con tus agudos juicios concretos, y deja lo abstracto para los pintores idem.
      Besos concretos
      Martín

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    2. Hola Martín ¡Qué alegría! Lo siento, va a ser cosa del calentón. Chico es que aquí con tanto calor se le derriten a una las meninges (esto es tuyo, ¿te acuerdas?). O a lo mejor es este chupito endemoniado con el que me agasaja el mismísimo Lucifer, que se ha enamorado de mí, el muy tonto.
      O más fácil, será la edad que lo vuelve todo más incomprensible y más farragoso.
      Ya me lo dice mi bisabuelo, que también anda por aquí: Chica no hay dios que te entienda.
      Mil Besos Martín, que me alegra mucho leerte.
      Isabel

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