miércoles, 6 de noviembre de 2013

BREVERISMOS. MIÉRCOLES 6 DE NOVIEMBRE DE 2013

¡Aaaaaaaaaah, el gin-tonic, qué gran invento!
          Fue inventado allá por el siglo XVIII por los ingleses en India, cuando este inmenso país formaba parte del Imperio Colonial de su Graciosa Majestad Británica, que de graciosa, precisamente, no tenía nada, porque aquellos que entran en un país por las buenas para quedarse doscientos años no deben de ser muy graciosos que digamos.



          Existen varias versiones y hasta leyendas acerca de como nació tan importante invento para la humanidad. La más extendida es que a los ingleses, que como todo el mundo sabe están medio crudos, les atacaba el calor y enfermedades varias, sobre todo malaria, al incorporarse a sus regimientos en la Colonia.
            En 1783 un tal Johann Jacob Schweppe, alemán residente en Suiza y en concreto en Ginebra (¡Vaya premonición!) inventó un método para introducir burbujas de dióxido de carbono  en el agua envasada en botellas. Así surgió la compañía que llevaría su nombre, Schweppes, que se establecería en Londres.



 Pero no fue hasta 1870 y en vista del auge de la moda de los jarabes medicinales de agradable sabor, cuando la empresa incluyó quinina en la soda carbonatada de naranja, comercializando el producto como agua tónica. Así, no solo era un refresco sino que su pequeña dosis de quinina podría combatir o al menos prevenir el paludismo y la malaria.


           En cuanto a la aparición de la ginebra como acompañante de la tónica hay varias versiones. Una dice que fue cuando los oficiales le añadieron ginebra a la tónica para celebrar las victorias en sus batallas con algo más contundente. Otra versión es que añadieron ginebra a la tónica con el pretexto de que el alcohol reforzaría la quinina, haciéndola más eficaz, dadas sus propiedades medicinales   (y debe ser verdad porque mi tía Hortensia, para sus desarreglos intestinales, problemas de la menstruación, cólicos y diversos males, aseguraba que lo mejor era una copita de ginebra… y se pegaba unos lingotazos tremendos aprovechando el pretexto). También se dice que empezaron a hacer la mezcla para mejorar su sabor... o que se escogió la ginebra como homenaje al lugar de residencia inicial del señor Schweppe, lo cual tiene su gracia.



            Aparte de su agradable sabor se considera al gin-tonic un magnífico digestivo que acelera las digestiones pesadas. No se recomienda añadirle zumo de limón pues el ácido cítrico hace que la mezcla pierda burbujas y, por lo tanto, su fuerza. La mejor compañía es una piel de limón o lima o, como mucho, una rodajita de limón.
            Una copa de gin-tonic tiene 33 calorías, lo cual tampoco es para tanto, señoras y señores que cuidáis vuestra línea.

Ginebras hay muchas, quizás demasiadas, pero yo en esta cuestión soy un clásico y sigo fiel a la Beefeater desde que tomé mi primer gin-tonic el día de mi Primera Comunión. 
El gin-tonic perfecto es el preparado en copa balón o vaso ancho previamente enfriado. Se pone hielo hasta el borde del vaso sobre el que se echan los ingredientes que se prefieran para aumentar el perfume, a saber: bayas de enebro, frutos rojos, especias como canela o pimienta, o cardomomo, albahaca o romero para aumentar su frescor. Pero todo esto es optativo. Después se escancia la ginebra, tras lo cual se añade la tónica. Y no se agita con cucharilla para que no pierda fuerza. 
Pero lo cierto es que la mezcla tradicional es perfecta y, a mi juicio, no necesita complementos o, como mucho, unas bayas de enebro. Y a beber, a beber y a brindar, queridos seguidores y lectores.


Breverismos


2113)  AGUA
Dos tercios de la superficie terrestre están cubiertos de agua –leyó en el periódico. Y exclamó -¡Qué horror!... y se sirvió otro gin-tonic.

3147)  VER DOBLE
Al noveno gin-tonic empezó a ver doble, así que decidió irse a casa. Vio dos puertas de salida del bar… y optó por salir por la que no era, con las imaginables consecuencias.

5019) GIN TÓNIC CURATIVO
Los gin-tonic le dañaron el hígado pero le curaron las heridas del alma. Y la verdad, puestos a elegir…

Recomendación de hoy
Recomiendo un libro que le viene muy bien al tema, como es Bajo el volcán, de Malcolm Lowry (1909-1957). Publicado en 1947 dio pie a la película del mismo nombre dirigida por John Huston en 1984.



Películas de copas y bebedores hay muchas. En un principio pensé en recomendaros Días de vino y rosas, dirigida en 1962 por Blake Edwards, o Leaving Las Vegas, película de Mike Figgis en 1994 con el insoportable y gesticulante Nicolas Cage como exagerado alcohólico protagonista. Pero ambas son excesivamente dramáticas. Así que, ya que en otro blog os recomendé Entre copas, y como prefiero que lo paséis bien, he decidido recomendaros Choose me (Elígeme) una buen película ambientada en un estupendo bar de copas. Dirigida por Alan Rudolph en 1984 nos muestra a un grupo de personas que buscan desesperadamente el amor consultando a la doctora Love y su consultorio radiofónico. Estupenda. Os gustará... o regustará, si ya la habéis visto, como imagino.



Información complementaria
La ginebra inglesa toma su nombre de los famosos Beefeaters, que son los guardianes ceremoniales de la Torre de Londres y los que cuidan de los cuervos que anidan en ella desde el año 1475. Su cometido inicial era vigilar a los prisioneros encerrados en la torre y guardar las joyas de la Corona Británica, si bien hoy son solamente una atracción turística. Son miembros retirados del ejército británico.



        Y aquí me tenéis en la época en que fui Beefeaters, más que nada por mimetismo con la ginebra. El término Beefeater procede del inglés Beef Eaters (comedores de carne) que se debería al hecho de que eran retribuidos con carne de vaca, o un término peyorativo hacia aquellos que estaban muy bien alimentados en comparación con la mayor parte de la población de Londres de épocas pasadas.

Cancionaza
Nada mejor que mi amiga Diana Krall para acompañarnos mientras tomamos un buen gin-tonic, entre otras cosas porque a ella le encantan. Tres minutos de puro jazz a toda orquesta, con una sección de trompetas impresionante. Os entusiasmará


 Comentario: El otro día me enteré que el 19 de octubre es el Día Internacional del Gin-tonic. Este año he llegado tarde, pero el año que viene estaré bien atento y os avisaré. Y también me dijeron que España es el primer consumidor per capita de ginebra de Europa y el tercero a nivel mundial.
            Por cierto, conocí en Nueva York a un diplomático que, gin-tonic en mano, me decía: Quinito Quinito, los militares dan la vida por la Patria, pero los diplomáticos damos el hígado.

Mañana algo más corto, que se me ha vuelto a ir la tecla. Y a ser posible, más sobrio… ¡hipp!






5 comentarios:

  1. Ebria me ha dejado el despliegue de hoy. Como muy bien sugería mi queridísimo Martín,parece que de esto sabes bastante. Así que he pensado que del departamento de Suprema- extrema-alegría etílica eres, sin ningún género de dudas, superextremoviceministro vitalicio.
    No hay competencia. (Yo me buscaré mi sección, o mejor ya que estás dentro hazme un hueco tú)
    Propongo que el 19 de octubre del próximo año tomemos todos juntos un gin tonic en el hall del ministerio.
    Ufff, qué mareo. Un café por favor.
    Muchos besos
    Isabel

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  2. Pues, ejem, un amigo común -y admirado pintor-, experto también en brebajes, suele comentar que él usa la Beefeater para limpiar los pinceles. Yo no quito ni pongo ministro que, como ya veis por mi avatar, soy un tierno infante y no he probado el alcohol todavía

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  3. ¡Qué desperdicio! Usar la Beefeater como limpiapinceles habiendo aguarrás y Fairy. Y el año que viene puedo prometer y prometo, querida Isabel, querido Juanma, que tomaremos el famoso gin-tonic, bebida de dioses y de corazones desolados.
    Quino

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    Respuestas
    1. Vaya, me pido Diosa, donde va a parar.
      Isabel

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  4. Gracias por esta nueva breve historia de la tónica y la ginebra, y por la recomendación de la peli Elígeme, que tengo que ver.

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