jueves, 11 de julio de 2013

BREVERISMOS. JUEVES 11 DE JULIO DE 2013

Julio Llamazares es un escritor a quien admiro. Y por esa razón lo traigo del brazo a este blog. Llamazares es un escritor, poeta y periodista que nació en el pueblo, hoy desaparecido, de Vegamián, en la provincia de León. Su padre fue maestro en este pueblo antes de que desapareciera bajo las aguas del embalse del Porma.




 Hace ya muchos años mi amigo Jesús Toboso me recomendó el libro de un escritor joven desconocido para mí y, sobre todo, una novela suya. El escritor era, por supuesto, Julio Llamazares y la novela La lluvia amarilla. Ya os la había recomendado en el blog del día 2 de abril, pero ahora, ante la aparición de una nueva novela del autor, vuelvo a la carga, que ya sabéis que cuando admiro algo o a alguien me pongo vehementemente plasta.
         La lluvia amarilla la publicó la editorial Seix Barral en el año 1988, y fue finalista al Premio Nacional de Literatura en la modalidad de narrativa al año siguiente.
        Y la verdad es que el no ganar fue una digna derrota puesto que tuvo que competir nada menos que con Obabakoak, la novela de Bernardo Atxaga que se presentaba al premio que ganó con el añadido de estar escrita en euskera. En mi opinión, el premio debería de haber sido compartido, pero al menos el tiempo ha puesto las cosas en su sitio y veinticinco años después La lluvia amarilla sigue editándose y admirando a todo aquel que la lee.



Siempre le agradeceré a mi amigo Jesús el haberme recomendado esta increíble novela. Llamazares nos presenta, con una prosa poética, sencilla y precisa, un pueblo del Pirineo aragonés en decadencia. Lentamente, con la lentitud que solo se aprecia en el campo, el pueblo va despoblándose a causa de la marcha de los jóvenes y la muerte de los ancianos.
Es de esas historias en las que aparentemente no pasa nada cuando en realidad está narrando magistralmente la lentitud del paso el tiempo, la vida calmada del campo, las estaciones sucediéndose como único y espléndido espectáculo, la vida…
          Antes de esta novela Llamazares había escrito Luna de Lobos, que narra las peripecias y la lucha por sobrevivir de un grupo de maquis, de guerrilleros antifranquistas en los años de posguerra. 


Luna de lobos fue adaptada al cine en 1987  dirigida por Julio Sánchez Valdés. Nos presenta en imágenes las peripecias de un grupo de combatientes republicanos que en la inmediata posguerra, en lugar de huir de España se quedan en los montes de León para combatir a los vencedores en la contienda. Así, los hombres, acosados como lobos, se defenderán y su instinto de supervivencia los empujara a actuar como tales.
          Al igual que la novela, la película presenta la acción con sencillez y sobriedad, como si el mismo Llamazares la hubiera dirigido. 


Ahora, después de publicar un buen puñado de novelas, libros de viajes y de poesía Llamazares se descuelga con otra buena novela, según la crítica literaria, titulada Las lágrimas de San Lorenzo.
          Publicada por la editorial Alfaguara este año nos cuenta la vuelta a la realidad de un profesor después de haber estado dando vueltas por Europa. Y lo hace en compañía de su hijo en la isla de Ibiza y en la Noche de San Lorenzo, buscando en las estrellas fugaces que recorren el cielo la respuesta a todas las preguntas que ahora, en una noche, se acumulan buscando las respuestas no encontradas.
         Todavía no la he leído, pero ya se la compré a Enrique -mi librero y sin embargo amigo- y la tengo preparada encima de la mesa. Leer el nombre de Llamazares sobre el cielo estrellado de Van Gogh ya es garantía suficiente.

Breverismos literarios

704)  SUEÑO IMBÉCIL        
El escritor mediocre soñó que era un genio con tanta intensidad que al despertar no sabía si era un escritor mediocre que había soñado que era un genio, o viceversa. Sus amigos le ayudaron a eliminar el viceversa.

1052)  CÓMO ESCRIBIR…         
 El autor de Cómo escribir un best-seller nunca consiguió escribir un best-seller… es más, ni siquiera Cómo escribir un best-seller fue un best-seller.

1152)  SUSPIROS
-¿Adónde irán los suspiros de los enamorados? –preguntó el poeta.
-Pues al aire, a incrementar el calentamiento global –contestó el científico, enamorado frustrado y visiblemente borracho.

Comentario: Por cierto, monseñor Rouco Varela: un día de estos tendremos que hablar de los tejemanejes vaticanos con maletitas de billetes de 500 euros, digo yo… que no todo va a ser hablar de libros y cine.







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