viernes, 5 de julio de 2013

BREVERISMOS. VIERNES 5 DE JULIO DE 2013

Ambrose Bierce fue un periodista y, sobre todo, peculiar escritor estadounidense que nació en 1842 en Ohio y desapareció en México en diciembre del año 1913.



          Mientras que muchos de sus contemporáneos han sido barridos por la escoba del olvido la obra de Bierce sigue conservando la frescura, entre lúcida, cáustica y siempre vehemente que le hizo ser popular y temido en vida.
          Su obra es una mezcla de ironía, humor negro, crítica política y social y relatos de terror, siendo su texto más conocido Diccionario del Diablo, editado en España por Alianza Editorial. También son famosos sus cuentos sobre la Guerra de Secesión. Según mi opinión, a pesar de lo geniales que eran las portadas del diseñador gráfico Daniel Gil para esta editorial, la de este libro no es acertada. 



 Su desaparición en el México revolucionario fue sin duda el colofón a su extravagante y agitada vida. En el mes de diciembre del año 1913, con setenta y un años, viajó a México, según él, como observador de la guerra civil que asolaba el país. Para quienes lo conocían bien, la palabra “observador” fue poco menos que cómica, convencidos de que el interés real de Bierce era meterse de lleno en la revolución mexicana. Confesó a sus amigos más cercanos que esperaba encontrar sentido a su vida en el tramo final de la misma, a pesar del peligro de muerte de meterte de lleno en una revolución, sangrienta y caótica, como fue la mexicana.
          En Ciudad Juárez se unió al ejército de Emiliano Zapata avanzando con él hasta la ciudad de Chihuahua… y en esta ciudad desapareció. Esta desaparición dio pie a distintas teorías, pero lo cierto es que nunca volvió a aparecer y ni siquiera sus amigos, que indagaron posteriormente intentando encontrar su paradero, consiguieron encontrar una sola pista. O al menos solo una: que todo el mundo había visto al Gringo Viejo… pero nadie sabía qué había sido de él. Y desde entonces el misterio ahí está, alimentando teorías a cual más extravagantes.
            Pero lo cierto es que sí existen pruebas de que pudo haber desaparecido en batalla o fusilado posteriormente.


Tiene su punto de gracia que hasta la lápida de su supuesto enterramiento sea digna del carácter del "supuesto enterrado", al escribir que "testigos muy confiables suponen que aquí yacen los restos de..." 
          Bierce escribió a sus amigos desde Washington, donde residía, reconociendo sentirse viejo y cansado, unos días antes de partir hacia el sur: Adios, si te llega la noticia de que he sido puesto contra un muro y fusilado, por favor, comprende que yo pienso que esa es una manera estupenda de salir de esta vida. Supera a la ancianidad y a la enfermedad, o a la caída por las escaleras de la bodega. Ser gringo en México… ¡Ah, eso sí que es eutanasia!

            Se supuso que había muerto en el sitio de Ojinaga en enero de 1914 ya que un documento en su ayuntamiento consigna la muerte de “un gringo viejo”. También la tradición oral y los corridos populares mexicanos hablaban de que un gringo viejo, valiente y bravucón, había sido fusilado en el pueblo de Sierra Mojada, en las tapias del cementerio.


En 1989 se estrenó la película Gringo Viejo, dirigida por Luis Puenzo según la novela de Carlos Fuentes. Gregory Peck interpretaba al gringo viejo, acompañado de Jane Fonda y Jimmy Smits. Tres vidas muy distintas que se cruzan en plena vorágine revolucionaria: el anciano escritor que se niega a morir enfermo en una cama de hospital. la mujer en busca de emociones que pongan color a su vida gris y el general mexicano para el que la revolución es su forma de vida.
Un magnífico retrato de la revolución mexicana que os recomiendo.



La película se basa en la novela del escritor mexicano Carlos Fuentes titulada Gringo viejo, publicada en 1985 España por la editorial Alfaguara. Cuenta la historia de un periodista estadounidense que lo deja todo para unirse a la revolución del país vecino... claramente Ambrose Bierce. Una entretenida novela que se convirtió en el primer best-seller de un escritor mexicano en Nueva York.

Breverismos ancianiles

257)  ESPEJOS OCULTOS
El proceso fue tan lento que cuando quiso darse cuenta era tan viejo que no reconoció su propia imagen. Y para combatir la representación que le deprimía no rompió los espejos –como pensó en un primer momento- sino que los guardó en el sótano de su casa a la espera de que el Hada Madrina existiera y se le apareciera con la clásica propuesta: -Pide un deseo.

258)  TRES DESEOS
El Hada Madrina le dijo al anciano:
-Vamos, piensa los otros dos deseos, que el primero ya me lo
imagino…

1109)  JUGUETE ANTIGUO
Se sintió de repente un anciano al ver en el escaparate de un anticuario los juguetes  con los que él jugaba de niño. 

Ay, ándele, pues a ver ahorita qué se me ocurre el lunes no más para entretenerles a ustedes unos minutitos ...


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