Al fin ha llegado el último día de un año a
olvidar cuanto antes, digo yo. Así que esta noche, cuando la Noche Vieja exhale su último
suspiro miremos fijamente el reloj para alegrarnos de que las manecillas sigan
adelante hacia el Nuevo Año. Y roguemos para que, al menos, que me quede como
estoy.
Pero
en fin, al turrón, que luego siempre sale algún seguidor o lector que me
espeta:
-Pero este blog, ¿de
qué va?
Y mira que la respuesta
es bien sencilla a la par que grosera (que uno ya olvida hasta los buenos
modales con quienes no los tienen conmigo):
-Pues mire usted, de lo
que a mí me da la gana.
-Es que este blog es un
cajón de sastre.
-Pues sí, ya que aquí
cabe todo menos el fascismo, la Iglesia y la estupidez.
-Oiga. Eso es toda una
declaración de intenciones.
-Pues sí. Así que ya
saben, señores fascistas públicos o agazapados, beatos declarados y estúpidos
congénitos: blogs hay muchos y para todos, así que elijan el más adecuado a sus
gustos y entendimiento. Los demás -que son casi todos los que me leen-
bienvenidos, como siempre, ya que se os estima y quiere, incluso a los
componentes del apartado No tengo
tiempo, no tengo tiempo, pues eso: que me lean al menos cuando sus
múltiples ocupaciones los dejen libres.
Así que tomemos nuestras uvas…
pero con un poco de información. Resulta que la tradición nace de una operación
comercial que nosotros adoptamos. Y si no nosotros sí nuestros abuelos o
bisabuelos. Dicen que allá por los años finales del siglo XIX hubo un excedente
en la producción de uvas en Alicante y Murcia, y que los agricultores, para dar
salida a la cosecha, se inventaron que tomando doce uvas la suerte te acompañaría
todo el año. Y claro, nos creímos tal superstición.
La segunda parte es que la medida
fue adoptada de inmediato por la burguesía y las clases acomodadas, que ya
desde 1882, despedían el año tomando las doce uvas y brindando con champán.
Unido a que ese mismo año, el
alcalde de Madrid, don José Abascal, impuso multa de 5 pesetas a todo el que
armara jaleo navideño en las calles de Madrid. El pueblo llano, indignado ante
la medida -adelantándose 130 años a mis queridos Indignados- salió a la calle en masa para inaugurar la costumbre de
tomar las uvas en la Puerta del Sol, al compás de las campanadas del
reloj.
Y hasta aquí hemos llegado. La
costumbre se propagó y en muchas otras ciudades sus ciudadanos se reunieron
también en plazas para tomar las uvas en alegre camaradería. Así que, lo dicho:
que las toméis felices y contentos brindando por un año nuevo que esperemos sea
mejor, que si lo deseamos con energía seguro que mejor será. Así que… ¡Ánimo,
que el pasado se queda atrás empujado por el futuro que empieza con el primer
minuto del año!
Breverismos temporales
978) FUTURO CERCANO
Lo dejaba todo
para el futuro sin saber que el futuro era mañana.
4841) MIRADA ATRÁS
A pesar de ser
demasiado joven como para tener pasado, miraba continuamente hacia atrás, por
si acaso.
6070) FUTURO
Tenía tantas
ganas de conocer su futuro que adelantó su reloj tres horas.
Ayer mi querida
seguidora Isabel me regaló una
dirección de YouTube en la que encontré una encantadora sorpresa: que la
canción que servía de fondo era nada menos que Les Passants, de mi querida Zaz,
una cantante francesa como la copa de un pino, fresca, guapa, joven… en fin,
deseable, para qué nos vamos a engañar. Además, le tengo que agradecer a Santiago, seguidor y sin embargo amigo,
que me presentara a Zaz, ya que él la conoció primero.
Este es el vídeo que
me regaló Isabel
Y esta es Zaz –gata
callejera de las que arañan- actuando en la calle que tanto le gusta y cantando esa delicia que
se titula Les Passants. Este vídeo ya lo había puesto hace muchos blogs, pero
lo repito encantado, ya que viene muy a cuento.
Y, ¡¡Por fin!!... Aquí está el tiesto para Isabel (espero que le gusten las margaritas) junto a mis mejores deseos para el año que empieza.
Y para terminar, ahí
va la felicitación de Navidad que me han enviado los ministros de Economía y Hacienda, que no sé si serán ellos,
aunque parecerse, se parecen…
Mañana como es fiesta ya
sabéis que no habrá blog, pero sí pasado mañana, dos de enero… si no me he atragantado
con una uva o se me ha ido la mano con el champán.