Quizá no sepáis quién es Alan Turing (1912-1954), como yo no lo sabía hasta que mi amigo Antonio Pérez, matemático de convicción
y profesión, me habló de él.
Hace
unos días la prensa informaba del fallecimiento del ruso Mijaíl Kaláshnikov, el inventor del fusil de asalto más famoso del
mundo, el Kalashnikov también conocido como AK-47. Es el arma que más seres
humanos ha matado, con una media calculada desde su aparición de 250.000
personas al año, en diferentes guerras y países, que así de salvajes somos.
Pues bien, demostrando
que hay polos opuestos a tal disparate brilla la figura del matemático inglés
Alan Turing. Se calcula que gracias a él salvaron su vida millones de personas
ya que su ingenio e inteligencia fueron las armas que provocaron que la Segunda Guerra
Mundial durara, como mínimo, dos años menos. Y claro, dónde vais a comparar…
Durante la Segunda Guerra Mundial los alemanes utilizaban una maquina que, con el nombre de Enigma, se utilizaba para encriptar mensajes cuyas claves los Aliados no conseguían descifrar. A través de esta máquina los nazis transmitían órdenes y comunicaciones mediante mensajes cifrados, especialmente a sus navíos de guerra y submarinos. Como reacción para tratar de resolver el problema se reunió a un equipo de científicos, sobre todo matemáticos, en un lugar secreto llamado Bletchley Park, una mansión victoriana situada a 80 kilómetros al
norte de Londres. En aquel lugar, Turing y su equipo de matemáticos lograron descifrar las
claves encriptadas de la maquina Enigma.
En esta mansión campestre,
reconvertida en instalación militar, trabajaron contra reloj un grupo de
elegidos matemáticos a las órdenes de Turing,
en busca de la solución a un problema que parecía irresoluble… hasta que lo resolvieron.
Con las Matemáticas como única arma los ingleses consiguieron
desencriptar las claves nazis producidas por la máquina, adelantándose así a
ataques devastadores con tiempo suficiente para neutralizarlos, sobre todo en
el mar.
Esta en la máquina Enigma utilizada por el ejército alemán y que traía en jaque a los Aliados. Se utilizaba como una máquina de escribir normal pero los textos salían en complicadas claves indescifrables.
Os recomiendo que
pinchéis en el enlace que aparece bajo estas líneas, puesto que toda la
historia acerca de Alan Turing, con literatura de por medio, aparece en uno de
las seis biografías noveladas que escribimos mi amigo Antonio Pérez y yo hace ya
unos cuantos años. Siempre ha estado entre mis sitios recomendados de este blog, pero a muchos os habrá pasado desapercibido.
Para acceder directamente pincha aquí
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Y
si hablo de Turing precisamente hoy es por la indignación que me causa la
hipocresía de su Graciosa Majestad Británica Isabel II. Ahora, con motivo del centenario del nacimiento del
matemático y sesenta años después de haber sido denigrado, humillado y empujado
a la muerte, la reina declara que le otorga el perdón a título póstumo (¡¡Y tan
póstumo: 60 años después de su muerte!!). Aunque la inteligencia, la admiración
y el respeto se adelantaron a la decisión real y le erigieron años antes esta
escultura… sin pedirle permiso a la reina, por supuesto.
Turing,
considerada la mente más brillante de la Historia de la Ciencia inglesa, a la par con Newton, fue
condenado por homosexualidad en 1954. Reconocido y condecorado por su
importantísima contribución a la victoria aliada, fue juzgado por homosexual, ya
que la homosexualidad estaba prohibida en la puritana Inglaterra de entonces.
Con el vergonzante agravante de que solamente 8 años después el país, con The Beatles y The Rolling Stones de por medio, se convertiría en el país más
libre y permisivo de Europa.
Lo
cierto es que se cree que todo fue una maniobra de los servicios secretos
ingleses ya que Turing era “el hombre que sabía demasiado”, algo muy peligroso
en plena Guerra Fría. Y consideraban que un homosexual era alguien
“excesivamente vulnerable”.
Le dieron la opción de
elegir entre la cárcel o la humillante castración química. Eligió la segunda
opción y murió dos años después en circunstancias misteriosas. Lo encontraron muerto
por envenenamiento con cianuro. Y en su mesilla de noche había una manzana a la
que el matemático había dado un solo bocado… descubriéndose que habían
inyectado la dosis suficiente del citado veneno en la manzana como para
provocar su muerte. Se informó que se había suicidado, pero siempre quedaron
dudas al respecto, dudas que con el paso de los años se convirtieron en
fundadas sospechas de que había sido asesinado.
Se dice que Steve Jobs era un gran admirador de
Turing y que al fundar Apple, no
dudó en poner como logotipo de su empresa una manzana mordida, como homenaje al
matemático.
Es más, dado que el
logo entre 1976 y 1998 era la manzana
mordida con los colores del arco iris, logo internacional de los colectivos
homosexuales, el homenaje fue doble: al matemático y a su condición sexual.
Recomiendo la película
Enigma, estrenada en 2003, con una Kate Winslet reconvertida en feucha pero eficaz matemática. Y también
informo que está en proceso de preparación el rodaje de la película The imitation game, con Leonardo di Caprio en el papel de Alan
Turing.
Dado que quien quiera
más información puede leerla pinchando
en el enlace que os he ofrecido, no quiero seguir hablando de mi amigo Turing
puesto que, dada mi admiración hacia su persona y su obra, el blog se
extendería un montón de páginas.
Breverismos matemáticos
2162) RECTAS
Las rectas
perpendiculares se pusieron muy contentas al coincidir en el punto de
encuentro.
2318) CÍRCULO VICIOSO
4
El Círculo
Vicioso no pudo convencer a la Circunferencia de que iba con buenas intenciones.
4951) BANCO CONCRETO
El matemático,
acostumbrado a pensar en términos abstractos, no entendía lo que le advertía el
director de su banco acerca del lamentable estado de su cuenta corriente… en
términos concretos.
El lunes más de otro
tema.
¿Qué se puede esperar de los ingleses? ¡¡Gibraltar español!!
ResponderEliminarLa ignorancia habita en la mayoría, pues hasta las cabezas coronadas lo demuestran.Menos mal que mientras la obra de los científicos permanezca estaremos salvados.
ResponderEliminarUn abrazo de tu seguidor, que te sigue de cerca en tu magnífico e ilusionador trabajo
Antón
Contundente blog el de hoy, sí señor. Aún víctima de la resaca navideña me ha emocionado ya que no sabía nada de Alan Turing.
ResponderEliminarY muy bien el cuento escrito a duo con tu amigo el matemático. Que suerte saber matemáticas, que lo que es yo.
Un saludo navideño
Martín