martes, 3 de diciembre de 2013

BREVERISMOS. MARTES 3 DE DICIEMBRE DE 2013

Esta noche he soñado que entraba en mi dormitorio un tal Pier Francesco Orsini para sentarse a los pies de mi cama y decirme:
            -Hola, buenas noches. Soy Pier Francesco Orsini.
            Y yo, pensando que era un futbolista italiano ya me iba a dar media vuelta para seguir durmiendo, cuando el aparecido, insistió.
            -Quinito Quinito, no me des la espalda. He venido desde Bomarzo para decirte que a ver cuando hablas de mí y de mi jardín en tu blog.
            Entonces es cuando pegué un respingo en la cama porque lo de Bomarzo sí que me sonaba.



Esta es una vista de la villa de Bomarzo, con el palacio del duque Orsini en primer término.
        Así que tranquilicé al duque diciendo que hablaría de su disparatado jardín. Y tras escucharme, se evaporó, que es lo que les pasa a las apariciones, que en cuanto les das la razón, desaparecen.
Si alguna vez vais o volvéis a Italia no dejéis de acercaros hasta Bomarzo. Es una villa situada al norte de Roma, en la provincia de Viterbo, en el Lazzio italiano. En este feudo histórico de la importante y noble familia Orsini nació el citado Pier Francesco, conocido como Perico Paco por sus amigos españoles. A la muerte de su padre heredó el ducado y su correspondiente título de duque, dedicándose a guerrear y a cazar, que era lo que hacían los nobles para matar sus muchos ratos libres. Pero Orsini hijo pasaría a la Historia de Italia a la muerte de su esposa, Julia Farnese, a la que adoraba. El duque, abatido por su pérdida, comenzó en el año 1447 la construcción de un disparatado jardín en su honor, dentro de los terrenos de su propiedad y aprovechando una ladera en forma de anfiteatro. Y se rodeo en su palacio de artistas, literatos y hombres de ciencia, alejándose de la religión.

 

El duque Orsini era contrahecho, especulador, frío de trato, intrigante político y hasta cínico en el sentido no filosófico de la palabra… o eso dice Manuel Mujica Láinez, que noveló en 1962 la vida del duque en su novela titulada, precisamente, Bomarzo. Pero también fue un poderoso mecenas que protegió las artes y las letras, como noble cultivado del Renacimiento que era.



Os aconsejo esta novela que, después de tantos años, sigue reeditándose y leyéndose con el mismo interés. Un auténtico best-seller cuando aún no existía ese estúpido término que tantos estragos literarios causa.
Mujica Láinez, a través de su historia, dio un nuevo impulso a los jardines del duque Orsini, conocidos como Il Sacro Bosco, El Bosque Sagrado, pero sobre todo como Il Parco dei Monstri, El Parque de los Monstruos.
El Parque de los Monstruos se extiende dentro de un espeso bosque, entre árboles centenarios y todo tipo de plantas autóctonas y exóticas. Pero lo espectacular del parque es que está lleno de disparatadas –en tema y tamaño- esculturas, extrañas, misteriosas, inquietantes y dicen que esotéricas, pues el duque no solo era raro sino también medio nigromante.



En esta imagen podemos ver un elefante de los que acompañaron en sus campañas a Anibal, aprisionando con su trompa a un soldado romano, junto a la Gruta de la Calavera, de la que hablaremos más adelante, y la sirena de doble cola, más siniestra y maligna que las que intentaron llevarse a Ulises a lo más profundo del mar.

La construcción del parque y sus esculturas, edificios y ornamentos le fue encargado a los arquitectos Pirro Ligorio y Jacopo Vignola, así como a escultores y canteros. Orsini hizo hincapié en que el lugar tendría que alejarse de los cánones de la armonía y belleza del arte renacentista de la época, para ser un lugar que reflejara el inmenso dolor y desconsuelo que sentía su corazón por la muerte de su esposa. Entre todos dieron forma al lugar, siempre dirigidos por el extravagante duque que era quien diseñaba esculturas y edificios.


Así, fueron apareciendo las gigantescas figuras, míticas y fantásticas, como el dios Neptuno, que dieron carácter al parque, del que los supersticiosos vecinos del cercano pueblo decían que estaba embrujado.

O este dragón que hace compañía a Cerbero, el can que guarda el infierno.
Y no es de extrañar que lo pensaran en una época en que el arte renacentista reinaba en todo su esplendor, arte naturalista por todos comprendido y admirado: la perfección del arte clásico vuelto a renacer, que de ahí su nombre. Así que no es difícil imaginar la sorpresa y el temor de los visitantes al parque ante esta colección de gigantescos monstruos esculpidos en rocas del lugar, aprovechando sus dimensiones.
Pero no todos son gigantes apacibles al estar dormidos.



También están representados gigantescos luchadores al modo de los antiguos gladiadores, o Hércules a descuartizando a Caco, escultura de la imagen de encima de este texto. Y con una señora al lado para que os hagáis idea de la escala.




Y también seres fantásticos como  la mujer de los jarrones que contenían la vida y la muerte de los humanos, o la tortuga que asemejaba con su lento caminar la marcha de los hombres a través de su época. 

El edificio inclinado en uno de las peculiares construcciones del parque. Su inclinación, como la de la torre de pisa, produce a quien se mete en la casa la sensación de mareo. Al perder la lógica horizontalidad a la que estamos acostumbrados, cuando accedes a su interior ves que te falla la lógica perspectiva y que el esfuerzo por mantenerte vertical te descoloca. Y no es que se fuera inclinando por un fallo en los cimientos, como en la Torre de Pisa, sino que fue construida así. Os aconsejo que entréis y subáis al piso superior, como extraña experiencia, una más de las que ofrece el parque.

Como final, también os aconsejo que entréis el la Gruta de la Calavera. Ahuecando una gran roca, Orsini se construyó un refugio donde meditar sobra la brevedad de la vida. Se accede a través de la boca de la calavera, abierta para tragar a los visitantes. Los ojos y los agujeros de la nariz son ventanas para iluminar el pequeño interior. En ese espacio de unos veinte metros cuadrados, con asiento corrido de piedra, fresco hasta en el más caluroso verano, el silencio te envuelve y el tiempo parece detenerse.



Publico una foto también con una señora en la puerta, para que os hagáis idea de su tamaño, de el de la gruta, no el de la señora. Gruta misteriosa y seguro que terrorífica para los supersticiosos habitantes del pueblo de aquella época, pues hasta hoy impresiona entrar.

En fin, este es el paseo al que hoy os he invitado. Espero que hayáis disfrutado de él, ahora que no creemos en monstruos ni en misterios –creo yo- y solamente vemos el parque como la maravillosa locura que dejó para la posteridad un loco ilustrado. Espero que el espectro del duque Orsini haya quedado contento, que lo mismo vuelve esta noche. Ya veremos.

Breverismos

1151)  TORRE DE PISA
-Y sobre todo, cuidado con los cimientos, que este terreno es muy blando y a ver si vamos a tener problemas… -dijo Bonanno Pisano, el arquitecto de la Torre de Pisa, allá por el año 1173.

3582)  TORRE DE PISA
Consiguieron enderezar la Torre de Pisa. Lo que no consiguieron enderezar fue el turismo, pues desde entonces ya nadie fue a verla.

5891)  TESOROS
La bella iglesia románica era considerada el tesoro del pueblo. Pero cuando corrió el rumor de que en sus cimientos había enterrado un gran tesoro los vecinos acudieron con picos y palas y redujeron la iglesia a escombros.
Es que hay tesoros y tesoros… –se justificó el alcalde.


Mañana atacaremos otro tema, que seguro que el de hoy os ha gustado.

  

4 comentarios:

  1. Imágenes para complementar las palabras.

    http://www.parcodeimostri.com/entra.php?lang=it

    https://www.youtube.com/watch?v=4QbqNzOUS10

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    1. Gracias Santiago: ya sabía yo que te iba a interesar el tema. Por cierto en mi viaje a la Toscana de hace 4 años visité el Jardín de los Monstruos, que es como el Congreso de Diputados pero en bonito, exótico y agradable.
      Un abrazo.
      Quino

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    2. Impresionante recorrido. Me había quedado traspuesta en Oriente y ahora en Occidente siento unos escalofríos…..
      Fíjate que cuanto más avanzabas, contrariamente a tu creencia, más creía yo en misterios y monstruos…
      En fin, habría que visitar el lugar con un brazo amigo para agarrarse por si Orsini decide saludarnos in situ.
      Muchas gracias. Y a Santiago con retraso por la disertación del otro día.
      Un beso
      Isabel

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  2. Me ha convencido tu magnífico blog, mañana mismo me compro Bomarzo, no el parque, sino el libro.

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