lunes, 9 de diciembre de 2013

BREVERISMOS. LUNES 9 DE DICIEMBRE DE 2013

Estaba tan tranquilo escribiendo este blog cuando de pronto sentí un aliento en mi nuca, y me volví despavorido… para encontrarme con Pessoa.
            -Caramba, señor Pessoa, me ha dado un susto de muerte.
     -Quinito Quinito es que he decidido aparecerme para recomendarte que hables de una vez de mi librería.
            -¿Qué librería?
            -Lo ves como eres un desgarramantas iletrado.
            -Hombre, déme algún dato… ¡Ah, ya caigo!
            -Pues venga, levántate y al turrón, como tú dices.
            Y se desvaneció, se esfumó en el aire arropado por un fado de Amalia Rodrigues, que tuve que bajar el volumen de la despedida para poder concentrarme.


            Mi querido Pessoa se refería, naturalmente a la librería Lello e Irmao, la librería de Oporto considerada la más bella del mundo. Toda librería, por lo general, es un espacio que invita a la meditación y al reposo y, por supuesto, hay librerías en todo el mundo entrañables, antiguas, gigantescas, acogedoras, lugares todos que invitan al visitante a recorrer tranquilamente espacios entre expositores y estantes (“perdiendo el tiempo”, como dicen los que lo pierden viendo Tele 5).


            Pero es en Lello e Irmao donde el tiempo se detiene para hacer más grato el recorrido del visitante-cliente-lector, esa "rara avis" en vías de extinción.


            En realidad la empresa se fundó el 1869 como “Librería Internacional de Ernesto Chardrón”, conocida como Librería Chardrón, en la Rua dos Clérigos. A la muerte de su fundador pasó a manos de otra compañía que a su vez la vendió en 1894 a José Lello, que se asoció con su hermano cambiándole el nombre a “Livraria Lello e Irmao”. El edificio actual fue construido por el ingeniero Francisco Xavier Esteves e inaugurado en 1906. Situada en pleno centro de Oporto es una librería cuya fachada e interior es mezcla estilos  neogótico y modernista que la hacen especialmente exótica y atractiva.
Y allí sigue esta librería, perfecta, mimada y conservada por sus sucesivos dueños como lo que es: una joya continente del más preciado contenido.


            Las estanterías repletas de libros ocupan todas las paredes del suelo al techo, iluminadas por la luz que entra, tamizada, a través de la vidriera del techo. Y mi amigo Enrique Vila-Matas se pelea con quien se atreva a criticar el mínimo detalle de este reino absoluto del libro, “de mi librería -grita congestionado Enrique- de la librería más bella del universo mundo”.


Después de tan acalorada defensa, se sienta en un peldaño de su aparatosa escalera –perdón, Enrique, he querido decir de su espectacular escalera- y descansa contemplando esta joya del interiorismo barroco, abigarrado e inteligente.


            La escalera que da acceso a la planta superior, de las dos que tiene el local, es una obra maestra, un elemento que ya por si sola merece la visita al establecimiento donde reina la madera tallada y encerada.


            Esta escalera, de diseño extraño que se retuerce sobre sí misma, no es sino la solución inteligente y meditada para dotar al local de un acceso al piso superior que ocupara el menor espacio posible, y que situada en el centro del local se erigiera en su seña de identidad. La librería no sería la misma sin esta bellísima y extraña escalera que tiene algo de ser vivo y que impone la admiración y el respeto que desprenden las obras bien hechas. 


            Dicen que en esta librería se rodaron escenas de una de las películas de Harry Potter, que no sé si será cierto. Lo que sí es cierto es que J.K. Rowling vivió en Portugal al estar casa da con un portugués, y que conocía bien la librería       


        Mires hacia donde mires te sorprenderán hasta sus más pequeños detalles, puesto que su creador, preso de "horror vacui", no deja centímetro de espacio sin trabajar, tallando y pintando como un poseso hasta el último rincón


            Sea como fuere, ahí está Lello e Irmao para que la visitemos cada vez que nos acerquemos a Oporto, una bella ciudad que no se merece lo abandonada que está. Os lo aseguro, será como si aterrizarais en el misterioso planeta de los libros.
            Por cierto, no os digo la dirección porque no hace falta: en cualquier lugar de Oporto que preguntéis por ella, os cogerán de la mano y os llevarán hasta la misma puerta.

Breverismos libreros


35)  SUEÑOS TRANQUILOS         
Al demostrar que la realidad no existía el poeta pudo dormir tranquilo.

886)  AQUÍ ESTOY
Su mundo de ilusiones del poeta soñador se desintegró cuando la Realidad le dijo al oído: -Aquí estoy, te vas a enterar.

910)  SOLEDAD ABSOLUTA
Le condenaron a 100 años de soledad por no haber leído el libro.

Mañana más de otro tema

           


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