Ayer me llamó mi tía Hortensia, muy excitada, y me dijo:
-¡Qué gracioso es el rey! ¡Ay, qué
graciosooooo!
-Mujer, gracioso, lo que se dice
gracioso…
-Que sí, Quinito Quinito, que es muy
gracioso.
Así que, ante su insistencia, voy a
contar la anécdota del rey Juan Carlos que tanta gracia le ha hecho. Y nada de
elefantes ni Corinas ni otras zarandajas que dejo para los programas de
cotilleos. Solamente contaré anécdotas serias. Como la que mi tía leyó en la
prensa, que a mí, al leerla, me dejó con las cejas en acento circunflejo y la
boca en forma de interrogación interrogantemente interrogativa, al preguntarme:
¿Será posible?
Pues sí, sí es posible, ya que nuestro
Borbón, con ese desparpajo y esa gracia natural tan de familia, el otro día, les tomó el pelo a los médicos (¡Ay, que
graciosooooo!) fingiendo que se había dado un porrazo, uno más en su dilatada
carrera.
Esta foto no es la de la broma, está es
real, de uno de sus múltiples porrazos.
Los médicos no se extrañaron, dado que el
rey dicen que es flojo de remos, como demuestran las fotos de sus caídas, de
las cuales publico solamente una por no hurgar en la herida, ya que suele
doler.
Y aunque dicen que del árbol caído todos hacen leña, pues no, el rey se levantó diciendo: qué caída más tonta.
La broma que tanto le gustó a mi tía la
contó el doctor Miguel Cabanela, el médico gallego residente en Estados Unidos
y en concreto en Rochester, Minnesota -donde trabajó en la prestigiosa Clinica
Mayo- que fue el encargado de sustituir la prótesis temporal de cadera colocada
en septiembre por otra definitiva.
Dice el doctor que como demostración
del buen ánimo del real paciente, no se le ocurrió otro disparate que el
siguiente:
-El día anterior a la operación, me
dijo, muerto de risa: ¡Mira lo que les he hecho a estos! -refiriéndose a los
médicos de la Zarzuela. Se
manchó la frente con Betadine, se puso una tirita el la nariz y se vendó una
muñeca… y se presentó ante los médicos diciendo que se había caído.
Los médicos, aterrados, se quedaron de piedra pómez, porque su real paciente estaba tan desfigurado que parecía otro…
hasta que el rey se echó a reír al contemplar sus semblantes, explicando que todo
era una inocente broma. ¡Ay, que graciosoooo!
Así se quedó el médico nº 1
Así el médico nº 2
Y así el médico nº 3
Creo que los médicos han pedido tres
mes de baja y otro más de asuntos propios para recuperarse del susto, hartos de
tomar Valium para calmarse de situaciones parecidas. Y que han huido a Suiza a
intentar calmarse en un frenopático de Zürich. Solamente se ha quedado a su lado una
enfermera muy profesional (y a mí que esa cara me suena de algo).
Y es que, la verdad, don Juan Carlos
tiene el cuerpo más que cosido, zurcido y hasta bordado a vainica ciega, que no
hay más que ver el mapa de lesiones que triza su real envergadura.
Como despedida el doctor Cabanela dijo
que se habían malinterpretado sus palabras, cuando le preguntaron cuando
volvería el rey a trabajar y contestó “yo no sé exactamente lo que hace un rey”.
Preguntados quienes estaban a su alrededor, la reina incluida, si sabían lo que
hacía el rey, así, normalmente, no supieron qué contestar… es más cambiaron
inmediata y diplomáticamente de conversación.
Por su parte, el sindicato de elefantes, demostrando que a pesar de todo no le guardan rencor, le han enviado este chistecillo para alegrarle su convalecencia.
Breverismos reales
1859) TRONO
TAMBALEANTE
El rey ya se
veía en el exilio al ver que su trono se tambaleaba… pero se tranquilizó al
comprobar que era por efecto de un ligero movimiento telúrico.
5184) REY PRESIDENTE
El rey soñó que
lo echaban, pero le nombraban presidente de la República. Y a pesar de ello,
se levantó con un mal cuerpo…
6885) ¿POR QUÉ?
El pueblo amaba
al rey… hasta que se preguntó por qué.
Mañana otro tema algo menos monárquico, digo
yo.
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