Quizá el nombre de Beatrix Potter no os diga nada, así de primeras, pero seguro que
conoceréis sus cuentos, y sobre todo los deliciosos dibujos con que los
ilustraba.
Si
en un principio sus aspiraciones eran convertirse en poeta, finalmente encontró
su camino escribiendo e ilustrando cuentos con los que ha pasado a la
posteridad que la poesía le negó… afortunadamente para los niños de unas
cuantas generaciones.
Beatrix Potter
nació en 1886 en Londres, en un entorno rígido y burgués. Creció educada por
niñeras e institutrices, dentro de unos rígidos convecionalismos sociales que
determinaron su vida, como la de tantas jóvenes y mujeres de la segunda mitad
del siglo XIX. Una señorita de lo que se llamaba buena familia no podía
estudiar ni mucho menos trabajar, y la misión que se le encomendaba era la de
prepararse adecuadamente para encontrar marido, casarse y tener hijos, todo
dentro de la moralidad al uso de la época.
De vacaciones en la casa familiar
de verano situada en Escocia se interesó por los animales más pequeños que
encontraba en el jardín y también en los bosques próximos… mientras intentaba escribir
poesía.
Interesada también por la botánica
fue la primera persona en sugerir que los líquenes eran una simbiosis entre los
hongos y las algas, convirtiéndose en una autora conocida y respetada… hasta
cierto punto, ya que nadie quiso publicar su trabajo. Fue un tío suyo quien
presentó dicho trabajo en la Sociedad
Científica de Londres, ya que no admitían mujeres (en 1997 la Sociedad
Linneana de Londres lo editó como homenaje póstumo… ¡Qué
cosas!).
Su tío, al ver su interés por la Naturaleza intentó que
estudiara en los Reales Jardines Botánicos de Kew, pero fue rechazada por ser
mujer. Así, se limitó a aprender por su cuenta y a intentar escribir poesía,
actividad considerada acorde a su condición femenina.
Entonces fue
cuando, retirada y desengañada en su casa de campo, empezó a dibujar acuarelas
de los animales que se acercaban a su jardín. Así, surgió el más conocido
protagonista de sus cuentos: el conejo Peter
Rabbit.
Esquivando las
zancadillas que continuamente le ponían consiguió finalmente que le editaran su
primer cuento, titulado El Cuento de
Peter Rabbit, que, para sorpresa del mundo de hombres que la rodeaba fue un
arrollador éxito de ventas.
A los conejos
se unieron toda clase de animales, pero solamente los que ella dibujada del
natural, sobre todo ratones, otros de sus personajes preferidos.
Ratones
vestidos a la moda de la época colocados en entrañables situaciones hogareñas.
Beatrix mantuvo una
relación secreta con su editor ya que sus padres se negaban a que se casara con
alguien que tenía que ganarse la vida trabajando, algo inaceptable en una
familia que siempre había vivido de las rentas.
Publicó 23
libros de cuentos, por primera vez editados en pequeño formato por consejo de
la autora, para que fueran más manejables para los niños a quienes iban dirigidos.
A los 47 años
se casó con su abogado y dedicó sus últimos años a una granja de ovejas, a cultivar
su granja y a vivir de los cuantiosos derechos de autor de sus cuentos, los más
populares en Inglaterra y en el resto de Europa… hasta el punto de que aún
siguen editándose.
Os aconsejo
que estas navidades, si tenéis que hacer un regalo a un niño optéis por
cualquiera de lo cuentos de Betrix Potter, o bien por su cuidada edición de Cuentos Completos… que a lo mejor os
gusta tanto que os lo quedáis para vosotros.
Hoy no publico
Breverismos, para no hacer más largo este blog, pero a cambio os ofrezco un
cuento mío que tiene como protagonista a Beatrix Potter, avisando que es un
cuento para niños grandes, así que el que se haya convertido en excesivamente
adulto que se abstenga de leerlo (espero que sepa publicarlo tal y como me ha
enseñado mi amigo Santiago).
Pinchar en
esta dirección y saldrá el cuento titulado El mundo animal de Beatrix Potter. Si al pinchar no sale, copiar el enlace y ponerlo en el buscador. Me gustaría que me dijerais si lo habéis podido abrir, que
con esto del ciberespacio nunca se sabe.
Y la canción
navideña de hoy es… The Little drummer
boy, o lo que es lo mismo: El
Tamborilero, pero no cantada por Rafael,
no os preocupéis, sino en su versión original por el coro Harry Simeone Chorale grabada en 1958, son 3 minutillos navideños.
Mañana no tengo ni idea
de lo que voy a publicar, ya veremos qué se me ocurre… y más corto, pera evitar
el inevitable No tengo tiempo, no tengo tiempo…
Hace unos años, la editorial Debate editó EL MUNDO EN MINIATURA DE PERICO EL CONEJO TRAVIESO, de Beatrix Potter.
ResponderEliminarSon 12 cuentos en miniatura preciosamente ilustrados, que venían contenidos en una cajita de cartón adornada con los dibujos de la autora.
Yo la compré, la usé y luego me la quedé para mí.
Llevar esa caja a la clase era una invitación a la lectura, a la belleza y al disfrute que no fallaba nunca. Imposible sustraerse.
Y ahora, le dedicaré un rato, o quizá mañana, que se me ha echado el tiempo encima, a leer tu cuento, por el que obviamente te doy las gracias.
¿Y mi tiesto?
Un beso
Isabel
Almas gemelas o mellizas o colegas somos, que aquellos que aman a Beatrix Potter son gente de fiar. Y como te gusta esta señora seguro que el cuento te gustará, Torpe de mí no supe colgarlo y tuve que pedir ayuda al cerebrito-cerebrazo de mi amigo Santiago, que desde el coche y con una tableta -no de chocolate, precisamente- me lo puso en marcha. Qué cosas: unos tanto y otros tan poco...
EliminarBesos navideños, querida seguidora
Quino
Bueno, pues esto va a parecer un pasteleo pero es que me ha encantado el cuento.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho el lenguaje que usas, muy poético. Yo no estoy suficientemente leída como para juzgar depende qué cosas, pero fíjate, humanizas a la autora. Me parece que sería una estupenda y didáctica forma de ayudar con la literatura en los colegios o en los institutos. Que parece que los autores no hacen pis, y como te los aprendes de memoria pues…. pasa lo que pasa….cada día más ignorantes. (Culpa de los grandes no del descerebro de los descerebrados adolescentes)
Me ha gustado mucho… un cuento de la cuentista. Creo que escribes bonito, con mensajes claros, lenguaje sencillo y muy poético (que no hace falta retorcerse para trasmitir emociones y emocionar al otro). Yo creo que tocas fibra, al menos la mía. Mucha emoción, y descripciones estupendas.
No sé hacer crítica, me sale muy de superficie, de piel. Me gusta o no y ya.
En fin, a mí me gustan estos regalos que nos haces. Y me pareces un cuentista, que no está mal para ser algo en la vida.
Te voy a hacer un regalo Quino. Quizá lo conozcas, si no es así, quítate las zapatillas, cálzate las calzas, abrígate, que hace mucho frío y bájate ahora mismo, ahora, ya, a la librería más cercana, y compra SELMA, de Jutta Bauer.
Si ya lo tienes cógelo otra vez y mira qué fáciles son a veces las cosas.
Un beso grande
Isabel
¿Y mi tiesto?
El lunes correré a mi librería de guardia a comprar SELMA, que seguro que Enrique lo encuentra rápidamente. Gracias por tus elogios que, para que vamos a engañarnos, me encantan. Odio la falsa modestia y hasta la modestia, por eso he dicho que me encantan tus comentarios al cuento, que no hay nada más siniestro para un artista o un escritor que el silencio.
ResponderEliminarEl lunes te regalaré tu tiesto virtual que es una pena que aún no tengas tu impresora 3D para poder sacarlo y ponerlo encima de la mesa (¿habrá que regar un tiesto virtual?).
Gracias y besos, iguales en número y en tamaño.
Quino