Hoy dedicaré el blog a un buen amigo mío,
estadounidense de origen lituano, que se llamaba Ben Shahn (1898-1969). No conocí personalmente a Ben Shahn, pero si
he dicho que era y sigue siendo amigo mío es porque así lo considero, ya que
soy de la opinión de que la obra de algunos artistas me llega tan adentro que
hubiera deseado haberlos conocido más allá de sus obras.
En Estados Unidos,
país al que llegó en 1906, está considerado como un gran exponente del llamado
realismo social, estilo más europeo que americano dado que toda imagen o
protesta social sigue siendo sospechosa para los estadounidenses, conservadores
de los que creen que el suyo es el mejor sistema político y social del mundo…
lo que los lleva a ignorar –por ignorantes- los sistemas del resto del universo
mundo. Y es que los yanquis son muy suyos… y además está orgullosos de ello,
los pobres.
Estudió
biología antes de encontrar su destino como pintor, muralista, litógrafo y fotógrafo.
La obra de Ben Shahn se divide claramente en tres partes: los cuadros y
dibujos, las fotografías y la obra
gráfica para carteles de contenido social. Hoy dedicaré el blog solamente a la
pintura, dejando para otros dos blogs los otros campos citados… porque lo
merecen.
Su
obra más conocida es la que giró alrededor de la injusticia cometida con los
anarquistas de origen italiano Sacco y
Vanzetti, tema al que dedicó dos grandes paneles y 23 cuadros pintados al
temple, técnica presente en toda su obra pictórica. Esta serie fue expuesta en
1932, obteniendo un gran éxito de crítica a la vez que lo ponía en el
punto de mira de los conservadores más cerriles (antes de que saliera a la luz
el Tea Parthy ya existían) y del inmovilismo de los políticos que veían y ven
brujas por todos los lados. A Sacco y Vanzetti dediqué, si recordáis, un blog
hace poco. El pintor trabajaba generalmente a partir de fotos que él mismo
tomaba, y también de otros fotógrafos.
Sus
temas preferidos fueron los que consideraba denuncia contra las injusticias de
una sociedad que se creía más justa de lo que era… como casi todas. Así, a través
de un realismo de colores planos y línea dura, pintó un mensaje político en el
que los pobres, los obreros (antes de que ridículamente empezara a llamárseles
trabajadores) y los inmigrantes eran los protagonistas absolutos... aunque
también los retratos de políticos conservadores, como contraste patente, como
denuncia de las diferencias.
Desarrolló
una pintura de estilo muy personal, alejado de los cánones artísticos del
momento. Una pintura de denuncia y apoyo a los marginados, lo que convertiría
al pintor en sospechoso de atentar contra el Estado autocomplaciente que reposaba
satisfecho, mirándose el ombligo y ofreciendo panem et circenses al pueblo (o bread
and games, como dirían ellos, no muy duchos en latín últimamente).
Durante
los años 30 fue el gran retratista de la Depresión , de la ruina económica de Estados
Unidos, siempre desde el punto de vista de los verdaderamente arruinados:
granjeros y obreros industriales.
Los
grandes bancos como provocadores de dicha ruina -¿os suena?- obligando a los
granjeros a abandonar sus posesiones, el crack bursátil, la Mafia , los políticos y la
policía corrupta, La Ley Seca ,
los sindicatos, temas para que Ben Shahn los denunciara a través de sus
pinturas, dibujos y fotografías.
Viajó
a París para conocer en directo la obra de Matisse
y Picasso, pero su influencia mayor
la recibiría del muralista mexicano Diego
Ribera, al que ayudó en la ejecución del gran mural del Rockefeller Center,
obra controvertida de la que hablaremos otro día.
Como
complemento a la obra de Ben Shahn recomiendo una película que ya habréis
visto, que refleja en imágenes todo lo que él ofreció en sus cuadros.
Se
trata de un clásico: Las uvas de la ira,
la película de John Ford, estrenada
en 1940, con guión sobre la novela de John
Steinbeck. Es un buen momento para la revisión de este drama social en la Gran depresión americana… y
para pensar: que me quede como estoy.
Breverismos
4930) ECONOMÍA SUMERGIDA
El INEM daba
clases de buceo a los trabajadores de economía sumergida.
5527) LABRAR
El labrador se
dedicó a labrarse una buena reputación en lugar de labrar sus campos, con lo
cual se arruinó.
7152) TRABAJO
La entrevista en
el INEM fue un desastre: me dieron el trabajo.
Mañana
viernes, blog breve como despedida de semana.
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