Recordad que el blog de hoy es la continuación
del de ayer, dedicado a tres escaleras especiales y complicadas y, por
supuesto, espectaculares, imaginativas y maravillosas. Sin olvidar, además, lo
más importante que a veces olvidan arquitectos y constructores: construidas
ante todo para el fin por el que han sido inventadas, en este caso para acceder
de un nivel a otro más elevado… pero con tanta imaginación como eficacia.
¿De
qué me sirve una silla de superdiseño carísimo si es incómoda? Esta es la
clave: el diseño tiene que estar al servicio del fin para el que ha sido
inventado el producto a diseñar… algo que a veces los diseñadores olvidan,
creando artefactos muy bellos, pero incómodos.
No es este el caso de
la escalera de doble hélice diseñada y construida por el pintor y arquitecto
italiano Donato d´Angelo Bramante
(1444-1514) en el Vaticano.
Al
no disponer de espacio suficiente para una escalera convencional que tuviera
una dignidad acorde al lugar, Bramante ideó esta imaginativa solución: una
escalera helicoidal de doble rampa, con un tiro para subir y otro para bajar.
De esta manera, los
que suben y los que bajan se cruzan sin estorbarse. La escalera, contemplada
desde arriba y desde abajo produce un extraño efecto óptico, ya que parece que
la altura es mucho mayor de lo que es en realidad.
Esta escalera de
caracol tiene los peldaños de muy poca altura, produciendo el efecto de que
subes o bajas por una cómoda rampa más que por una escalera. Actualmente se
utiliza como sorprendente salida de los Museos Vaticanos... y a veces también cortan una de las rampas utilizándola solo de bajada.
En noviembre de 1503
Bramante fue nombrado arquitecto pontificio para construir el llamado Palacio
de los Papas y el Nuevo Vaticano, el proyecto arquitectónico europeo más grande
del siglo XVI. Pero tan solo llegó a proyectarlo y a comenzar las obras, que
serían continuadas nada menos que por Rafael,
Sangallo y Miguel Ángel, para
ser terminadas ya en el siglo XVII por Maderno.
Cuando visitéis el
Vaticano, o volváis a hacerlo, por supuesto que recomiendo la visita obligatoria a la Capilla Sixtina para ver las
pinturas de Miguel Ángel (si soportáis una larguísima cola disuasoria) … pero no os olvidéis de salir del recinto a través de
la escalera de Bramante.
Así como la podréis
contemplar en toda su magnitud desde arriba, antes de empezar el cómodo
descenso, os recomiendo que os detengáis a medio camino para contemplar las vueltas en paralelo de los dos
tramos de escalera.
Lo mismo que, cuando
lleguéis abajo, no dejéis de mirar hacia arriba para ver como la linterna
inunda de luz natural todo el hueco de escalera con luz suficiente, un acierto
más.
En fin, con esto
termino nuestro recorrido a través de tres escaleras peculiares, sencillas y
aparatosas, elaboradas con materiales ricos o sencillos, pero siempre
espectaculares y sorprendentes.
La obra de tres
inteligentes y prácticos diseñadores que no olvidaron el principio básico del
Diseño: en el objeto a diseñar tiene que
primar el fin para el que ha sido inventado.
Breverismos
108) DISEÑO ITALIANO
El famoso
diseñador italiano se enfrentó airadamente a las críticas de su cliente
argumentando:
-¡Qué
vulgaridad!... querer una silla para sentarse.
727) DISEÑO
INTELIGENTE
El Diseño Inteligente, además de inteligente era soberbio... y despreciaba a
quien no lo entendía.
1283) SILLA DE DISEÑO
-¡Cuidado! No te
sientes.
-¿Está rota?
-¡No fastidies!
Es una silla de diseño. Me ha costado un dineral.
-¿Y no es para
sentarse?
-¡Pues claro que
no, ignorante! Es una obra de arte.
-Ah, perdón –se
disculpó. Y tuvo que sentarse en el suelo… pero
fuera de la alfombra, que
también era de diseño.
Mañana otro tema, que
para eso estamos.
Hay tantas cosas que uno ( el que suscribe ) no sabe, que de nuevo sigo sorprendiéndome.
ResponderEliminarDos "blogazos" magníficos.
La QUINOPEDIA sigue avanzando.
Gracias Quino
No puedo estar más de acuerdo con Santiago. Es tanto lo que uno no sabe y tanto lo que uno aprende, que podría pasarme la vida sorprendida, para mi regocijo, claro.
ResponderEliminarPreciosos los dos últimos.
Muchísimas gracias, como siempre.
Lo del diseño y los fines ...quizá ahí también valdría dar valor a lo inútil, a lo bello inútil, mientras no te esclavice...Y el fin, ¿tiene que haber un fin práctico siempre? ¿Y crear por el placer de crear? ¿Y la imaginación cuando conduce al absurdo, cuando te divierte pero no llegas a nada útil o práctico...?
Claro, le daré vueltas a lo de los fines.
No he bebido nada, pero a veces me emborrachan las disquisiciones a las que me lleva esta Quinopedia.
Un beso
Isabel
Gracias a los dos por los comentarios, que tanto se agradecen. Y tiene su gracia eso de la Quinopedia. En cuanto a la utilidad del diseño soy de la opinión de que debe de ser util siempre que tenga lo que usar hasta un húsar (que chiste más malo).
Eliminar¡Que bonita es la silla de patas de goma, me voy a sentar! ¡¡Zas!! Hostión.
Si quieres hacer una silla bellísima de patas de goma no le llames silla, llámale escultura con patas de goma. Y que conste que no he bebido ningún gin-tonic.
En fin, a ver que se me ocurre para el blog de mañana, porque según vosotros he puesto el listón muy alto... en lo alto de la escalera (otro chiste malo).
Besos para los dos de vuestro amigo Quino