lunes, 12 de mayo de 2014

BREVERISMOS. LUNES 12 DE MAYO DE 2014

Hoy la cosa va de escaleras, pero de de escaleras normales, sino de escaleras especiales. Y ya que escaleras especiales hay unas cuantas, dedicaré el blog de hoy y el de mañana solamente a destacar tres escaleras, por dos de las cuales subí y bajé no hace tanto tiempo.
       La primera, por cercana y bella, es la escalera triple helicoidal del Monasterio de Santo Domingo de Bonaval, situado en pleno centro de mi querida ciudad de Santiago de Compostela.


       La escalera fue construida por Domingo de Andrade en el siglo XVIII y es un prodigio de solución práctica, equilibrio y belleza, dado el poco hueco de que disponía.


        La escalera es de una gran audacia constructiva ya que tiene tres rampas distintas por las que acceder a distintas estancias en tres pisos distintos.


       Pero solamente uno de los tramos te llevará hasta el final. Así que los usuarios tenían que aprenderse muy bien cual era el tramo que tenían que tomar para subir a su destino, si no querían estar subiendo y bajando todo el día.

 

       Incluso tomar fotografías es bastante complicado dado el exiguo espacio… que Andrade resolvió con maestría. El monasterio se construyó entre 1685 y 1715, rematando la obra con esta peculiar obra de arte.
       Os recomiendo que cuando visitéis Santiago no dejéis de admirar esta maravilla que está justo en una esquina de la Quintana das Mortos, la plaza de detrás de la catedral.

       La segunda escalera de hoy es la de la Capilla de Loreto, en Santa Fe, Mexico. Esta escalera de caracol es más sencilla, pero no por eso menos bella y complicada en cuanto a su construcción. Y en ella se mezclan la Historia, la leyenda, la superstición y la religión (buen cóctel).


       La capilla, a imitación, en su modestia, de la Saint Chapelle de París, se construyó el 1878. Pero, una vez terminadas las obras, las monjitas se encontraron con que no se había construido escalera alguna para subir al coro, dado el poco espacio del que se disponía. Y los constructores recomendaron a las hermanas de Loreto (que era una señora que tenía muchas hermanas) que subieran y bajaran mediante un humillante escalera de mano.

 

       Las monjas no se dieron por vencidas. Y recordando que San José era carpintero se encomendaron a él, rogándole que hiciera tan práctico milagro. Al poco tiempo, apareció por el convento un carpintero pidiendo trabajo y contestó que sí, que les construiría una escalera para acceder al coro.

 

       Y en unos cuantos meses la construyó. Allí estaba, para pasmo de las monjitas y de quienes la vieron y la ven hoy. La escalera tiene 7 metros de altura, gira 360º sobre sí misma dos veces y… lo más sorprendente, que hace de ella un caso insólito de inexplicable equilibrio: ¡No tiene soporte central!, es decir, toda la estructura está en el aire, apoyada solamente en el suelo y en su llegada al coro.


            Por supuesto que actualmente hay escaleras así, pero con nuevos materiales más resistentes y con alturas más pequeñas, como la que mostramos arriba. Además la escalera de Loreto tiene 33 escalones, lo que llevó a relacionarla por parte de las monjitas con la edad de Cristo. Terminada la obra el carpintero desapareció sin despedirse… y sin cobrar por la escalera, doble alegría para las monjitas (a ver si viene a mi casa que tengo pensada una librería que…).

       Aquí tenéis, en versión mexicana de 8 minutos, la curiosa historia de la construcción de la famosa escalera. Os recomiendo que la veáis pues tiene su punto. Espero que os haya gustado el paseo y que no esteis agotados de tanto subir y bajar.
       Y recordad que mañana hablaré de la tercera escalera prodigiosa: la construida por el arquitecto Bramante en el Vaticano.


Breverismos constructivos 

134)  LA CATEDRAL
La Catedral Metropolitana diseñada por el Arquitecto Más Moderno del Mundo era tan impresionante que los fieles, impresionados, no podían rezar.

5532)  CIMIENTOS
El arquitecto joven y revolucionario aseguraba que removería la arquitectura desde sus cimientos. Y así fue: los removió tanto que se le cayó el edificio encima.

5961)  REGLAS
El arquitecto moderno decía que no tenía reglas. Quizás por eso le salía las fachadas torcidas.

Por cierto, he recordado un cuento corto de mi querido Julio Cortazar: Instrucciones para subir una escalera, un disparate delicioso que os ofrezco como despedida.


Instrucciones para subir una escalera
[Instrucciones. Texto completo.]
Julio Cortázar
Nadie habrá dejado de observar que con frecuencia el suelo se pliega de manera tal que una parte sube en ángulo recto con el plano del suelo, y luego la parte siguiente se coloca paralela a este plano, para dar paso a una nueva perpendicular, conducta que se repite en espiral o en línea quebrada hasta alturas sumamente variables. Agachándose y poniendo la mano izquierda en una de las partes verticales, y la derecha en la horizontal correspondiente, se está en posesión momentánea de un peldaño o escalón. Cada uno de estos peldaños, formados como se ve por dos elementos, se sitúa un tanto más arriba y adelante que el anterior, principio que da sentido a la escalera, ya que cualquiera otra combinación producirá formas quizá más bellas o pintorescas, pero incapaces de trasladar de una planta baja a un primer piso.
Las escaleras se suben de frente, pues hacia atrás o de costado resultan particularmente incómodas. La actitud natural consiste en mantenerse de pie, los brazos colgando sin esfuerzo, la cabeza erguida aunque no tanto que los ojos dejen de ver los peldaños inmediatamente superiores al que se pisa, y respirando lenta y regularmente. Para subir una escalera se comienza por levantar esa parte del cuerpo situada a la derecha abajo, envuelta casi siempre en cuero o gamuza, y que salvo excepciones cabe exactamente en el escalón. Puesta en el primer peldaño dicha parte, que para abreviar llamaremos pie, se recoge la parte equivalente de la izquierda (también llamada pie, pero que no ha de confundirse con el pie antes citado), y llevándola a la altura del pie, se le hace seguir hasta colocarla en el segundo peldaño, con lo cual en éste descansará el pie, y en el primero descansará el pie. (Los primeros peldaños son siempre los más difíciles, hasta adquirir la coordinación necesaria. La coincidencia de nombre entre el pie y el pie hace difícil la explicación. Cuídese especialmente de no levantar al mismo tiempo el pie y el pie).
Llegado en esta forma al segundo peldaño, basta repetir alternadamente los movimientos hasta encontrarse con el final de la escalera. Se sale de ella fácilmente, con un ligero golpe de talón que la fija en su sitio, del que no se moverá hasta el momento del descenso.
FIN



Mañana os ofreceré la escalera más espectacular de todas.

1 comentario:

  1. La forma de una escalera de caracol es una curva en el espacio que tiene nombre: se llama hélice. Y la del Monasterio de Santo Domingo de Bonaval es la única en el mundo formada por un triple hélice... No son suyos los gallegos...

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