lunes, 26 de mayo de 2014

BREVERISMOS. LUNES 26 DE MAYO DE 2014

En estados Unidos vive y trabaja un ilustrador famoso y respetado. Y habita en la que ya todos llaman ciudad de la manzana sin saber la gran mayoría de ellos que ese nombre se lo puso, precisamente, Milton Glaser.


       Glaser, como Woody Allen, es el prototipo del neoyorquino culto e imaginativo, diseñador gráfico especializado en carteles y portadas de libros y discos, convertidos en iconos del diseño del siglo XX.
       Aunque bastaría su diseño estrella, conocido hasta en el último rincón del universo mundo, para presentarlo como lo que es, un gran diseñador gráfico.


       Me refiero a su I love New York, resumido a tres letras y un corazón, genial síntesis no superada, que dice todo con el menor texto posible, haciendo cierto el menos es más de Mies van der Rohe. Lo dice todo, así que, para qué más letras.
       A lo largo de su carrera Glaser ha diseñado más de 300 carteles, entre ellos el famoso de Bob Dylan, que se convirtió en un icono de la cultura musical de los años sesenta, y en un referente del diseño de la época.


       Su obra, tan alejada de la ortodoxia,  reinó en el mundo de los carteles, que la gente llegaba a arrancar de las paredes para colgarlos de sus casas, como si fueran dibujos originales.


       Como en el caso de este cartel de Aretha Franklin, envuelta su imagen en color, con solo su nombre propio, para qué más, dado que en aquel momento todo el mundo conocía a la reina negra del soul.


       O como en el caso de este cartel dedicado al Festival Mozart en el elitista Lincon Center de Nueva York. Los  lapiceros de Glaser diseñaron también encargos de música clásica a los que el diseñador daba su impronta tan sorprendente como moderna. En este heterodoxo caso presenta nueve imágenes de Mozart de perfil antes, en y después de estornudar, hasta tal punto que a este póster se lo conoce como El estornudo de Mozart.


       También diseñó para la Metropolitan Ópera este cartel, más clásico –comparado con el del Lincon Center- de los actos para celebrar el 200 aniversario de la muerte de Mozart.


       También para el Lincon Center diseñó este cartel, promoción de su galería de arte, en el que el arte es, precisamente tema secundario, centrando el dibujo en los visitantes.


Con las portadas de discos que diseñaba pasaba lo mismo que con los carteles, ya que los compradores llegaron a enmarcar las portadas como si realmente fueran dibujos hechos para ese fin. Este trabajo lo dedicó a su amiga, la gran Nina Simone, pianista y cantante de jazz a la vez que activista feminista y de la defensa de los Derechos Civiles, lo que la llevó a exiliarse a Francia. 


       Por último os ofrezco el poster que dibujó para la campaña electoral del presidente Obama. En lugar de poner el nombre del candidato colocó bajo el dibujo la palabra Esperanza... esperanza que, la verdad...
Creo que os habrá gustado esta breve muestra del diseñador. Y recomiendo a los seguidores modernos de este blog, que los tengo, que tengan en cuenta, antes de criticar al diseñador acusándole de desfasado, que toda la obra que presento, excepto el cartel de Obama, se refiere a la ejecutada entre los años sesenta y noventa.

Breverismos

 4550)   MENOS ES MÁS
-¡Menos es más! –exclamó el arquitecto Mies van der Rohe mientras tiraba todos los muebles de su casa por la ventana, seguro de que creaba un innovador concepto y una famosa frase para la Historia de la Arquitectura y el Diseño. A las dos horas reconocía que la situación era revolucionaria pero incomodísima… y transigió colocando una silla en medio de la habitación vacía.

5093)  DIBUJOS GENIALES
Se creía que su hijo era un genio dibujando, sin saber que sus dibujos eran iguales a los de todos los niños de cinco años.

5233)  PARAGUAS
El paraguas de diseño apenas resguardaba de la lluvia, pero era precioso. 


Como no podía ser menos ahí va una canción en directo de la gran Nina Simone, Mississippi Goddam, la mujer que quería ser pianista clásica pero no le dejaron seguir sus estudios porque era negra. Afortunadamente, con su voz, su piano y su inconfundible estilo se vengó de los imbéciles, muchos, que cortaron la que podría haber sido una gran carrera –otra gran carrera- de esta mujer genial... orgullosa de ser mujer y de ser negra.
Todo un espectáculo. Música y solidaridad hacia sus hermanos de Alabama. Os lo recomiendo con toda la vehemencia de que dispongo esta mañana.

        

Mañana más.  

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