Ayer hablábamos de Moby Dick como animal famoso, y hoy lo haremos de otro tan famoso
como la ballena o más gracias al cine: el supergorila King Kong, el Rey Kong.
Estrenada en 1933
y producida por la RKO
de Howard Hugues, la película arrasó en la taquilla gracias al
gorila que pronto se convertiría en un icono de la cultura popular. Con el añadido
entrañable de ver a un enorme gorila de juguete, un muñecón de peluche
pretendidamente fiero, antes de que los efectos especiales nos ofrecieran
gorilas tan perfectos, tan increíbles… que preferimos creer el cuento que nos
cuenta el primer King Kong con sus torpes
movimientos.
Como todos
sabéis, pues todo el mundo ha visto la película, el gran gorila, capturado en
la isla de Teschio, al este de Sumatra, para más señas, es llevado a Nueva York para ser exhibido como atracción de feria de lujo. Pero el pobre gorila se enamora con una intensidad acorde a su envergadura de Ann, la protagonista de la película
dentro de la película, interpretada por una tan bella como chillona Fay Wray.
Aquí lo tenéis subido a lo alto del Empire State -a la derecha podéis ver el Edificio Chrisler- en la escena final, la más espectacular de la película.
Como bien sabéis la cosa acaba fatal, pues el ejército actuó a lo gorila, perdón… a lo
bestia, desplegando a su aviación –de mortífero juguete- para abatir al gorila
enamorado.
Y a pesar de
que se dice que el tamaño no importa, en este caso, yo creo que Ann se libra de una buena, que se dice.
En fin, que
todos sabemos cómo acaba la historia, con moraleja final de que la bestia no era tan
bestia, los humanos no lo eran tanto y la chica, la pobre, se queda desconsolada en brazos de un novio que no sé yo, pero a si, a primera vista, donde vas a
comparar…
Este es el
cartel de la película original. Después se han hecho muchas versiones,
destacando la que protagonizó Jessica
Lange (la inolvidable protagonista de El
cartero siempre llama dos veces, con aquella escena en la que ella y Jack Nicholson están metidos en harina –y
nunca mejor dicho- sobre la mesa de la cocina. En fin, vamos a dejarlo…).
Os ofrezco, a
modo de recordatorio, este trailer de 3 minutos de la película de 1933, que ahí tenéis a Ann, gritando como una loca, que, la verdad, no era para menos...
Pero sí voy a
recomendar una película no tan conocida que se titula Adios al macho. Dirigida por el gran Marco Ferreri y con guión de Rafael
Azcona se estrenó en 1978 y ganó, merecidamente, el Gran Premio del Jurado del Festival de Cannes de ese año.
En este caso
el protagonista es un hombre, Gerard
Depardieu -cuando aún no se había convertido en el gran gorila que es hoy- acompañado nada menos que por Marcello
Mastroiani. Y el gran gorila de verdad no aparece hasta el final, en la
playa, con las Torres Gemelas al fondo.
Muy recomendable.
Breverismos
132) EL GRAN GORILA
King Kong trepó
hasta lo más alto del edificio más alto de la ciudad más grande del país más
poderoso… para comprobar que hasta allí le perseguían la crueldad, la
ignorancia y el miedo de los hombres.
2173) JAULAS
El gran gorila miró a través de los barrotes de su jaula a los que le
contemplaban… y se preguntó: ¿Qué harán todos esos en esa jaula tan grande?
4631) DENUNCIA GORILERA
Tras el parto de la gorila, y
atendiendo a su denuncia, hicieron la prueba del ADN al guardián nocturno del
zoo. Y resultó que…
Para terminar ahí va otro cuadro
de mi amigo Alfonso Galván, que le viene muy bien a la entrada de hoy.
Es un óleo sobre lienzo del año 1997, de 260 X 210, en el que el gran gorila nos mira desde su mundo para recordarnos, quizá, lo
que ya no nos interesa recordar, que es lo que suele transmitir la humana
mirada de los animales.
Mañana, último día de
Breverismos estivales. Recordad que el mes de agosto me tomaré merecidas
vacaciones.