lunes, 14 de julio de 2014

BREVERISMOS. LUNES 14 DE JULIO DE 2014

Lunes de pintura de la mano de un amigo pintor, Alfonso Galván, al que conocí allá por no quiero ni acordarme cuánto tiempo hace cuando, en el mismo bando, hacíamos lo que podíamos (decir luchar sería excesivo) en la universidad para que el mundo cutre en el que vivíamos se transformara en algo mejor (aunque solo fuera algo).
       Y pasados unos cuantos años Alfonso sigue siendo el buen pintor que siempre fue. Y como es un artista de difícil clasificación, lo mejor es no clasificarlo y admirarlo, puesto que sus obras despiertan un sentimiento a caballo entre la sorpresa y la admiración.

       Aquí lo tenemos, entre la luz de la pintura pura y la sombra de la discreción del que se dedica a lo suyo, lejos del ruido. De toda su obra, que mucha tiene ya que es uno de los pintores trabajadores que, a falta de andamio, tiene paleta y pincel, he elegido lo último, una gran obra, cinco pinturas al óleo y seis dibujos de gran tamaño.
Así que, ahí van.

       Este es el primer dibujo de un políptico que mide 146 X 702 centímetros, dibujado entre 2007 y 2011. Son seis espectaculares dibujos de 146 centímetros de alto por 117 de ancho que, unidos entre sí (puestos uno al lado del otro con solución de continuidad, pues la tienen) forman el citado gran políptico… aunque también funcionan en solitario.


       Este es el segundo dibujo en el orden establecido de izquierda a derecha que, como he dicho, funciona independiente pero también forma parte del anterior, el nº 1 y del siguiente, el nº 3.


       Este es el tercer dibujo que, como los anteriores mide 146 X 117 centímetros. La técnica empleada es grafito y tinta china sobre papel. Poco a poco nos vamos adentrando en el mundo de Alfonso, extraño realismo lleno de imágenes simbólicas y misteriosas, con sorpresas en cualquier rincón de su superficie. Cada vez que los miras encuentras puntos nuevos de sorpresa o inquietud, pero siempre llenos de belleza. Algo nada fácil de conseguir, pero que sí consigue Alfonso puesto que sabe lo que se hace, desde que el primer trazo mancha el papel hasta que lo da por terminado (aunque nunca los de por terminados, ya que continuamente añade elementos que multiplican su atractivo). 


       Dibujo nº 4. Como los anteriores 146 x 117 centímetros. Grafito y tinta china sobre papel. Como veréis las formas casan con las del dibujo anterior y el siguiente para dar la sensación de continuidad citada.


       En el dibujo nº 5 la Naturaleza se suaviza y entran en escena las plantas bajas, y la niebla como un elemento tan plástico como misterioso. Siempre en negro sobre el fondo blanco del papel... con apenas unos toque casi imperceptibles de color.


       Y este es el sexto dibujo que remata por la derecha el políptico… de momento, ya que Alfonso nunca da por terminada una obra. Seguro que la selva, el bosque, la montaña y el monte seguirán su imparable camino con un dibujo número siete y ocho y nueve… para suerte nuestra.
      
Ahora contemplemos lo último pintado, la pintura que forma otro políptico esta vez de cinco grandes cuadros que, como en la serie dibujada, forman parte de un todo pero a su vez  tienen vida independiente. Alfonso pinta al óleo sobre lienzo, como los pintores antiguos, como los pintores-pintores, pasando de puntillas pero con caminar firme por el mundo del arte, entre modas y tendencias que le salpican los zapatos, esquivando las flores de un día y los fuegos artificiales que se quedarán en eso.

 
Y vuelve el paisaje, esta vez con todo el esplendor que aporta el color del óleo. Esta es la pintura nº 1, la primera de la izquierda del políptico que, en mi torpeza, no he sabido ofrecer completo. Así que os aconsejo que entréis en su página, ya que en ella podréis disfrutar del políptico dibujado y del pintado en todo su esplendor… así como de dibujos y pinturas de años anteriores.
 La dirección es:

     www.alfonsogalvan.es

        Estos paisajes son orientales en el tema y en el tratamiento –de elaboración lenta, paciente- puro reflejo de la atracción que oriente tiene para el pintor… ¡que le ha empujado a estudiar chino! Y no es broma: su estudio está lleno de bandas verticales en las que se pueden leer con caligrafía impecable –el que pueda-, frases en chino mandarín que Alfonso escribe... y que lee para nosotros que, atónitos, escuchamos. Pero es lo lógico después de un montón de años caminando por los paisajes que su mano reproduce.


       Y todo lo hace sin darle importancia, como si pintar así fuera lo normal. Como si todo aquel mundo no tuviera la abrumadora importancia que se nos echa encima, que no tienes más que plantarte delante de los cuadros para meterte de cabeza en ellos


       Aunque Cuco, su perro, es el protagonista del panel central del cuadro, no tienes más que recorrer atentamente la superficie de los cinco cuadros para encontrar otros animales, personajes secundarios -y a veces hasta casi invisibles- que acompañan al gran protagonista. Cada día que te enfrentas a los cuadros son cuadros nuevos.


       En cualquier rincón, tras una hoja, sobre la superficie de una piedra, entre la hierba, aparece la sorpresa de un ser diminuto que, a su tamaño, tiene ínfulas de grandeza, pues como grande ha sido pintado y él lo sabe. Por eso está ahí, orgulloso de formar parte del cuadro.
       Son cuadros que, en su coherencia, se unen a lo pintado hace veinte, treinta años… ya que Alfonso siempre ha sido fiel a sí mismo y a sus ideas, tan cercanas a las mías, a las tuyas, a las nuestras.


       Este es el cuadro nº 5 que cierra el políptico por la derecha. Como sus cuatro compañeros se trata de un óleo sobre lienzo de 146 X 91 centímetros, pintados entre 2010 y 2012… y que, como en los dibujos, ni el pintor sabe si tendrá final, porque quizá –y ojalá- un día se levante Alfonso y empiece a pintar el cuadro número 6 que enlazara con el anterior, y tras éste el número 7 y el 8 y el…

       Esta ha sido una pequeña muestra de la obra de mi amigo Alfonso, la más reciente, o al menos la última que aparece en su página, que insisto que visitéis.


Breverismos


7496)  INMORTAL     
Inmortal es lo que permanece: y ahí están para siempre los animales y las plantas, el agua y el bosque, los árboles y las nubes, y hasta las montañas, allá lejos, camufladas entre la niebla… que para eso las puso allí el pincel de Alfonso.

        
         7497)  FAUNA ENTRE LA FLORA
        El perro se lo dijo al saltamontes, el saltamontes a la oruga, la oruga a la serpiente, la serpiente a la mosca, la mosca al gorila y el gorila a la mariposa… y todos volvieron corriendo al cuadro después de deambular toda la noche por el estudio, porque ya había amanecido, y Alfonso estaba a punto de llegar.


         7498)  RUMOR DE SELVA
        El clima fresco y húmedo invade el estudio, y la niebla se posa a un palmo del suelo. Y dicen que en cuanto anochece, el rumor constante de la selva que sale del estudio de Alfonso se escucha en todo el vecindario.


¡Qué contento estoy de ser amigo de Alfonso Galván!



Mañana más de otro tema.

1 comentario:

  1. Me he vuelto loco buscando tu novela y no le he encontardo ni en el Corte Inglés ni en la Casa del libro. Me dicen que está agotado. ¿Qué pasa , que has hecho 100 ejemplares<?
    Carlos

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