Lunes de pintura de la mano de un amigo pintor, Alfonso
Galván, al que conocí allá por no quiero ni acordarme cuánto tiempo hace cuando, en el
mismo bando, hacíamos lo que podíamos (decir luchar sería excesivo) en la
universidad para que el mundo cutre en el que vivíamos se transformara en algo
mejor (aunque solo fuera algo).
Y
pasados unos cuantos años Alfonso sigue
siendo el buen pintor que siempre fue. Y como es un artista de difícil
clasificación, lo mejor es no clasificarlo y admirarlo, puesto que sus obras
despiertan un sentimiento a caballo entre la sorpresa y la admiración.
Aquí lo tenemos, entre
la luz de la pintura pura y la sombra de la discreción del que se dedica a lo
suyo, lejos del ruido. De toda su obra, que mucha tiene ya que es uno de los
pintores trabajadores que, a falta de andamio, tiene paleta y pincel, he
elegido lo último, una gran obra, cinco pinturas al óleo y seis dibujos de gran
tamaño.
Así que, ahí van.
Este
es el primer dibujo de un políptico que mide 146 X 702 centímetros ,
dibujado entre 2007 y 2011. Son seis espectaculares dibujos de 146 centímetros de
alto por 117 de ancho que, unidos entre sí (puestos uno al lado del otro con
solución de continuidad, pues la tienen) forman el citado gran políptico…
aunque también funcionan en solitario.
Este
es el segundo dibujo en el orden establecido de izquierda a derecha que, como
he dicho, funciona independiente pero también forma parte del anterior, el nº 1
y del siguiente, el nº 3.
Este
es el tercer dibujo que, como los anteriores mide 146 X 117 centímetros . La
técnica empleada es grafito y tinta china sobre papel. Poco a poco nos vamos
adentrando en el mundo de Alfonso,
extraño realismo lleno de imágenes simbólicas y misteriosas, con sorpresas en
cualquier rincón de su superficie. Cada vez que los miras encuentras puntos
nuevos de sorpresa o inquietud, pero siempre llenos de belleza. Algo nada
fácil de conseguir, pero que sí consigue Alfonso
puesto que sabe lo que se hace, desde que el primer trazo mancha el papel hasta
que lo da por terminado (aunque nunca los de por terminados, ya que
continuamente añade elementos que multiplican su atractivo).
Dibujo
nº 4. Como los anteriores 146 x 117 centímetros . Grafito y tinta china sobre
papel. Como veréis las formas casan con las del dibujo anterior y el siguiente para dar la
sensación de continuidad citada.
En
el dibujo nº 5 la Naturaleza
se suaviza y entran en escena las plantas bajas, y la niebla como un elemento
tan plástico como misterioso. Siempre en negro sobre el fondo blanco del papel... con apenas unos toque casi imperceptibles de color.
Y
este es el sexto dibujo que remata por la derecha el políptico… de momento, ya que Alfonso nunca da por terminada una obra. Seguro
que la selva, el bosque, la montaña y el monte seguirán su imparable camino con
un dibujo número siete y ocho y nueve… para suerte nuestra.
Ahora contemplemos lo
último pintado, la pintura que forma otro políptico esta vez de cinco grandes
cuadros que, como en la serie dibujada, forman parte de un todo pero a su vez tienen vida independiente. Alfonso pinta al óleo sobre lienzo,
como los pintores antiguos, como los pintores-pintores, pasando de puntillas
pero con caminar firme por el mundo del arte, entre modas y tendencias que le
salpican los zapatos, esquivando las flores de un día y los fuegos artificiales
que se quedarán en eso.
Y vuelve el paisaje,
esta vez con todo el esplendor que aporta el color del óleo. Esta es la pintura
nº 1, la primera de la izquierda del políptico que, en mi torpeza, no he sabido
ofrecer completo. Así que os aconsejo que entréis en su página, ya que en ella
podréis disfrutar del políptico dibujado y del pintado en todo su esplendor…
así como de dibujos y pinturas de años anteriores.
La dirección es:
www.alfonsogalvan.es
Estos paisajes son orientales en el tema y
en el tratamiento –de elaboración lenta, paciente- puro reflejo de la atracción
que oriente tiene para el pintor… ¡que le ha empujado a estudiar chino! Y no es broma: su
estudio está lleno de bandas verticales en las que se pueden leer con
caligrafía impecable –el que pueda-, frases en chino mandarín que Alfonso escribe... y que lee para
nosotros que, atónitos, escuchamos. Pero es lo lógico después de un montón de
años caminando por los paisajes que su mano reproduce.
Y
todo lo hace sin darle importancia, como si pintar así fuera lo normal. Como si
todo aquel mundo no tuviera la abrumadora importancia que se nos echa encima,
que no tienes más que plantarte delante de los cuadros para meterte de cabeza
en ellos
Aunque
Cuco, su perro, es el protagonista
del panel central del cuadro, no tienes más que recorrer atentamente la
superficie de los cinco cuadros para encontrar otros animales, personajes
secundarios -y a veces hasta casi invisibles- que acompañan al gran
protagonista. Cada día que te enfrentas a los cuadros son cuadros nuevos.
En
cualquier rincón, tras una hoja, sobre la superficie de una piedra, entre la
hierba, aparece la sorpresa de un ser diminuto que, a su tamaño, tiene ínfulas
de grandeza, pues como grande ha sido pintado y él lo sabe. Por eso está ahí,
orgulloso de formar parte del cuadro.
Son
cuadros que, en su coherencia, se unen a lo pintado hace veinte, treinta años…
ya que Alfonso siempre ha sido fiel a sí mismo y a sus ideas, tan cercanas a
las mías, a las tuyas, a las nuestras.
Este
es el cuadro nº 5 que cierra el políptico por la derecha. Como sus cuatro compañeros
se trata de un óleo sobre lienzo de 146 X 91 centímetros ,
pintados entre 2010 y 2012… y que, como en los dibujos, ni el pintor sabe si
tendrá final, porque quizá –y ojalá- un día se levante Alfonso y empiece a pintar el cuadro número 6 que enlazara con el
anterior, y tras éste el número 7 y el 8 y el…
Esta
ha sido una pequeña muestra de la obra de mi amigo Alfonso, la más reciente, o al menos la última que aparece en su
página, que insisto que visitéis.
Breverismos
7496) INMORTAL
Inmortal es lo que
permanece: y ahí están para siempre los animales y las plantas, el agua y el
bosque, los árboles y las nubes, y hasta las montañas, allá lejos, camufladas
entre la niebla… que para eso las puso allí el pincel de Alfonso.
7497) FAUNA ENTRE LA FLORA
El perro se lo dijo al
saltamontes, el saltamontes a la oruga, la oruga a la serpiente, la serpiente a
la mosca, la mosca al gorila y el gorila a la mariposa… y todos volvieron corriendo
al cuadro después de deambular toda la noche por el estudio, porque ya había
amanecido, y Alfonso estaba a punto
de llegar.
7498) RUMOR DE SELVA
El
clima fresco y húmedo invade el estudio, y la niebla se posa a un palmo del
suelo. Y dicen que en cuanto anochece, el rumor constante de la selva que sale
del estudio de Alfonso se escucha en todo el vecindario.
¡Qué contento estoy de ser amigo de Alfonso Galván!
Mañana más de otro tema.
Me he vuelto loco buscando tu novela y no le he encontardo ni en el Corte Inglés ni en la Casa del libro. Me dicen que está agotado. ¿Qué pasa , que has hecho 100 ejemplares<?
ResponderEliminarCarlos