martes, 15 de julio de 2014

Aquí estamos de nuevo recordando las palabras perdidas entre la niebla del pasado, aquellas que en un no tan lejano pasado utilizábamos en esa época en la que éramos… ¡Rayos y Truenos!... me estaba poniendo literario. En fin, debe ser por culpa de la abstinencia de chocolate y otros placeres menos confesables.
       Así que, vamos allá con otras  25 palabras olvidadas. Recordad que nos quedamos en la B de Birria, palabra en auténtico desuso. Recordando también que la fuente es el entrañable Diccionario de Palabras Olvidadas, editado por la Biblioteca Pública de Burgos y la Junta de Castilla-León.


Boñiga: excremento vacuno.

Borra: parte de la lana de la oveja con la que se rellenaban los colchones baratos.

Botica: farmacia.

Bruces: caer al suelo de cara.

Ahora atacamos la letra C.


Cabás: caja de madera o cartón con asa en la que los niños llevaban las cosas necesarias a la escuela.

Cachimba: pipa para fumar.

Cachivache: trasto, cosa de poco valor.

Caer chuzos de punta: llover, diluviar.

Cafre: bruto, persona obtusa.

Calabobos: lluvia menuda pero continua que te empapa.

Calada: chupadas que se dan al cigarrillo.

Calavera: vividor.

Calceta: hacer calcetines de punto.

Caletre: cabeza, discernimiento.

Cama turca: cama plegable.    

Cancela: puerta de hierro forjado.

Candil: lámpara de mano con un pequeño depósito para aceite y una mecha que, empapada en el aceite, se encendía para iluminar –poco- una estancia.

Canear: pegar.

Canesú: parte superior de un vestido o camisa.

Canica: bola de barro cocido o cristal con la que los niños jugaban.

Canillas: piernas muy delgadas.

Caño: orificio de salida del agua en una fuente.

Carnestolendas: carnaval.

Carricoche: coche viejo y destartalado.

Carromato: carruaje tirado por animales.

Me apuesto 300.000 euros que no tengo que si le preguntáis a estos adolescente el significado de cualquiera de las palabras expuestas, te dirá que no le molestes, que acaba de recibir un WhatsApp, o que ya lo mirará en Wikipedia, o que…


Breverismos


576)   REPONER
Desde que descubrieron que era más barato reponer que reparar todo nos cuesta más caro.

661)  NECESIDADES    
Le crearon tantas necesidades que se dio cuenta de que no necesitaba nada.

676)  MEMORIA SELECTIVA
Dicen que la aplicación de corrientes eléctricas en el cráneo puede mejorar notablemente la memoria… tanto, que quizá prefieras eludir el experimento para no recordar determinados episodios de tu vida pasada, que para eso, afortunadamente, la memoria es selectiva.

Y ahí va una canción de despedida, que para eso estamos.

Actuación en directo de Antonio Carlos Jobim y Frank Sinatra nada menos que en 1967, cantando La chica de Ipanema, esa chica que pasaba camino de la playa y que nos enamoró. 


En fin… Mañana más cosas. 

4 comentarios:

  1. Todo el mundo pensaba que Juan era un gran calavera. La realidad la conocían muy pocos, Juan era un cafre de poco caletre que a lo más que llegaba era a rozar el canesú de algunas mujeres que jamás pasaron por la cama turca que contaba que había traído de Cuenca en uno de sus viajes.
    Disimulaba y por las noches se colocaba en la puerta de la cancela, daba intensas caladas a su cigarrillo así cayeran chuzos de punta o el continuo calabobos que cuentan que fue lo que le dejó trastornado para siempre.
    La realidad fue otra. De niño pisó unas canicas de cristal transparente, cayó de bruces y hundió sus enorme cara dura y áspera en una grandísima boñiga de vaca. No se recuperó nunca de aquel hedor….
    Un beso
    Isabel

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    1. El hedor de la boñiga adherida a la borra del colchón era tal que en la botica nos dieron unas pastillas para no caer de bruces. Menos mal que en el cabás guardaba la cachimba, todo tipo de cachivaches y un paraguas porque empezaban a caer chuzos de punta.
      -¡No ! -dijo el cafre del niño- solamente es un simple calabobos -mientras le daba una calada al cigarrillo, con pose de calavera.
      Mientras tanto, su madre hacía calceta y le daba al caletre pensando que, después de hacer la cama turca, debería bajar a cerrar la cancela candil en mano, pues ya había oscurecido, pensando a su vez en canear al niño por haberle pisado y ensuciado el canesú. Como pensó también, como venganza, quitarle al niño las canicas para que se quedara sin poder jugar al gua.
      Y a pesar de que el nene tenía las canillas como espárragos, no le dio pena a su madre, y le mando a la fuente a por agua, pues tenía fuerza suficiente para sacarla del caño antes de que llegaran las carnestolendas... que, con un poco de suerte, para esa fecha llegaría su padre con el carricoche o el carromato para llevarlo a la feria.

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  2. Estáis locos, los dos

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    1. Pues tienes toda la razón. En mi caso es absoluta Carencia de Caletre.
      Con C de cariño.
      Isabel

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