En esta calurosa mañana de julio me he
encontrado enfrentado a la tesitura de
escribir una entrada sobre un hombre o sobre un animal. Y dado que los hombres,
llegada la ocasión y como todos sabemos se comportan como animales –salvajes,
claro está que no hay más que ver un telediario para comprobarlo- y los
animales, también en ocasiones, se comportan como deberían hacerlo los hombres
de verdad, pues he optado por hablar del escritor estadounidense Herman Melville y de Moby Dick, la ballena creada por él: dos
en uno.
Herman Melville (1819 – 1891) fue un escritor estadounidense
fracasado en vida, que pasaría a la
Historia de la
Literatura de la mano-aleta de su ballena, años después de
muerto.
Después de ejercer diversos
oficios que le amargaron la existencia se embarcó en busca de aventuras,
navegando en cargueros y balleneros, adquiriendo así la experiencia que
vertería en sus escritos.
Tras
varias intentonas para embarcar lo consiguió en un ballenero hacia las Islas Marquesas, donde desertó… para
caer en manos de una tribu caníbal. Sufrió una herida grave en una pierna
durante su huída y permaneció un mes prisionero. Y si bien los caníbales no se
lo comieron, fue vendido a otro
ballenero que arribó por aquellos parajes y andaba escaso de tripulación. De
escala en Tahiti fue detenido por amotinamiento
y encarcelado durante unos meses, tras los cuales embarcó en un tercer
ballenero… del que se despidió al llegar a Hawai.
Finalmente
embarcó en una fragata de la marina de los Estados Unidos en la que sirvió
durante un año, hasta desembarcar en Boston,
después de tres años y medio de ausencia de su país.
Con
los recuerdos adquiridos escribió una historia titulada Typee sobre su experiencia en el primer ballenero, su deserción y
su estancia entre los caníbales, que tuvo un inesperado y moderado éxito que le
animó a seguir escribiendo. Publicó cinco novelas más sobre el mismo tema… pero
el interés del público empezó a decaer. Escritor irregular abordó distintos
géneros literarios: cuentos, novelas poesía y ensayo, pero sin la suerte que
esperaba. Sería en 1849 cuando le llegaría la gloria definitiva como una de los
escritores clave del siglo XIX. Pero no en vida, ya que la historia de la
ballena blanca tampoco tuvo aceptación en su inicio.
Las
obras de Melville eran complejas,
pesimistas, difíciles de leer, razones por las que no fueron populares. En
España Moby Dick se publicó por
primera vez en 1949.
Los
lectores ya se habían cansado de libros de aventuras y viajes, pero Melville, obsesionado con la temporada
pasada en los balleneros, siguió escribiendo sobre el mismo tema, hasta que en
1849, tras un viaje a Europa, comenzó la novela con la que alcanzaría la gloria
póstuma.
Moby Dick, la historia de la cacería de
la ballena blanca (al ser la ballena un mamífero su captura se denomina así:
caza, no pesca, puesto que pescado no es) sería su obra maestra y uno de los
libros fundamentales de la literatura universal. Pero esta obra tampoco tuvo
aceptación, y su estrepitoso fracaso comercial influiría psicológicamente en el
autor, ya que, convencido en que era una obra excepcional, había puesto todas
sus energías y esperanzas en ella.
Acosado
por las deudas aceptó un modesto trabajo en la aduana de Nueva York, que
acabaría por amargar el resto de su vida. Aún siguió escribiendo, especialmente
poesía, como el poema místico Clarel,
compuesto por 16.000 versos, en el que narraba su experiencia en un viaje a
Tierra Santa.
Falleció
en 1891, completamente olvidado, con su obra reconocida apenas por unos pocos
amigos y lectores. Sería a partir de la mitad del siglo XX cuando sus libros encontrarían
el lugar que les correspondían en la Historia de la Literatura , especialmente
Moby Dick.
Moby
Dick ha sido y sigue siendo personaje no solo de la literatura para la que
fue creada, sino también de cómic, cine, música, series de televisión y cuentos
infantiles.
En el cine destaca la
película que John Houston rodó en 1954
en Canarias, con las impresionantes escenas en las que el capitán Ahab-Gregory Peck, con su pata de palo, lucha a muerte con la ballena blanca, enredado en las cuerdas de
sus arpones.
Y
ya sé, ya sé que se han hecho algunas más, y que Ron Howard ha
rodado 2013 otra película dedicada a Moby
Dick con el nombre de En el corazón
del mar… pero como no me fío de la trampa de los efectos especiales. Así
que me quedo con la de John Houston…
y seguro que Howard también, aunque
lo disimule.
Melville
escribió otra novela, esta vez corta, que también se mantiene fresca y jugosa
en el tiempo: Bartlebly el escribiente,
con la famosa frase de su protagonista: Preferiría
no hacerlo, que es lo que respondía, muy educado, cuando en el trabajo le
encomendaban alguna tarea que no le agradaba. Frase que he encontrado en
inglés, idioma en el que fue escrita.
Mi
amigo Enrique Vila-Matas escribió
una novela genial que titula Bartebly y
compañía y que aprovecho para recomendar, pues está entre las mejores del
escritor catalán.
Por
su parte, mi querido amigo Alfonso
Galván tiene un cuadro titulado Ballena.
Es de gran tamaño, óleo sobre
lienzo de 190 X 320, espectacular, y nos presenta al hombre y la ballena. Y
aquí os lo muestro ya que no lo hice en el monográfico que le dediqué hace un
par de semanas.
En
cuanto a las publicaciones infantiles, fragmentadas en sus partes más
importantes ya que la obra original tiene –creo recordar- cerca de 900 páginas,
no recomiendo ninguna puesto que las editoriales las han publicado a cientos,
dado lo atractivo del tema.
En cuanto a la música,
hay un tal Richard Melville Hall que
ha adoptado el seudónimo de Moby, ya
que Herman Melville fue su tío
bisabuelo. Es un compositor estadounidense de música electrónica pop, de 48
años
Pues
bien, para mi sorpresa y hasta estupor, vi una entrevista que le hacían en
televisión en el que confesó lo evidente, que había adoptado el seudónimo por
la novela de su antepasado… ¡pero que no la había leído, porque tenía otros
intereses! Ante tal estupidez no publico ninguna canción suya… y ya me estoy
arrepintiendo de haber hablado de semejante cretino. En fin…
Breverismos
7399) PREFERIRÍA NO HACERLO 3
-Preferiría no
hacerlo –dijo Melville, imitando al protagonista de su novela Bartlevy el Escribiente… cuando su
editor le dijo que tenía que corregir las 900 páginas de las pruebas de
imprenta de su novela Moby Dick.
7577) MELVILLE ODIA EL PESCADO
Tras el fracaso de su novela Moby
Dick Herman Melville se negó a comer pescado… por mucho que su mujer insistiera
que la merluza que ella cocinaba era pescado, y no mamífero, como la ballena.
7578)
VECINO GORDO
Tras el fracaso de su novela Moby Dick Herman
Melville no volvió a acercarse al mar, es más, empezó a odiar a los gordos,
especialmente a un vecino suyo que estaba como una foca, bueno, como una
ballena... en este caso.
Nota: Por cierto, habréis
observado que no he comentado nada del asunto de Jordi Pujol, pero es que supongo que ya estaréis suficientemente
informados. Además, las cosas de chorizos las dejo para las charcuterías.
Como hoy la entrada me
ha salido un poco larga, mañana procuraré que sea corta, para no agobiar… y eso
que hoy empiezo a avisar que el mes de agosto me lo tomo de vacaciones
blogueras, como el año pasado.
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