jueves, 5 de septiembre de 2013

BREVERISMOS. JUEVES 5 DE SEPTIEMBRE DE 2013

El pasado 28 de agosto se cumplieron cincuenta años del famoso "I have a dream": Tengo un sueño.
     El 28 de agosto de 1963, un iluso bienintencionado, honrado y luchador infatigable por los derechos civiles en los Estados Unidos de América cuyo nombre era Martin Luther King, pronunció un discurso que comenzaba con estas palabras: I have a dream... y que seguía diciendo: "Sueño que un día, en las rojas colinas de Georgia, los hijos de los antiguos esclavos y los hijos de los antiguos amos serán capaces de sentarse juntos en la mesa de la hermandad".
     ¡Y un cuerno! -le dije entonces. ¡Y un cuerno! -le digo ahora.


Y si he dicho que Luther King era bienintencionado es porque los hombres llenos de buenas intenciones raramente pueden llevarlas a cabo. Sí, ya sé que puede reunir a 200.000 manifestantes que abarrotaron el National Mall de Washington DC.

   
Pero en el fondo todos sabemos que si lo llenó es porque le dejaron que lo llenara. ¿Quienes? Los de siempre: esa masa anónima y siniestra que afortunadamente todos conocemos y que atiende por el nombre de El Poder. El reverendo, pues reverendo era, Luther King fue asesinado el 4 de abril de 1968 sin que llegara a ver cumplido su sueño pues, como dijo nuestro Calderón de la Barca : Y los sueños sueños son.
     Hace tan solo 50 años en el sur de los Estados Unidos -ese país que se preocupa por arreglar los, a su juicio, problemas de los demás, en lugar de intentar arreglar los suyos, que los tiene y muchos- la segregación racial arrasaba en escuelas y universidades, hospitales, transporte y hasta aseos públicos. Y, lo peor, los negros eran linchados en el sur del país por la banda de fascistas blancos, el Ku Klux Klan, que se ocultaban -¡qué valientes!- bajo capirotes blancos como nuestros nazarenos de Semana Santa.



 
Por supuesto, estos caballeros del sur, eran y son admiradores de Hitler y sus métodos para emplearlos contra los negros... y también contra los judíos.
     Me imagino que habréis reparado en que escribo "negros", en lugar de "afroamericanos". Tengo un buen amigo negro que me dice: qué hipocresía creer que cambiando las palabras cambian las actitudes. Yo soy negro, lo mismo que tú eres blanco... y dejémonos de sutilezas.
     ¿Ha cambiado algo en estos 50 años? Sí, pero de cara a la galería. Estados Unidos tiene un presidente negro porque, por primera vez los votantes negros superaron a los votantes blancos... y porque El Poder pensó: vamos a permitir que se crean que las cosas están cambiando, como decía el iluso de Bob Dylan
     El año que viene la mayoría de los niños por debajo de los cinco años será negro, hispano o perteneciente a una etnia no blanca, con lo cual la mayoría anglosajona blanca desaparecerá en 2045.
     Sin embargo el paro entre negros es el doble que entre blancos, el 40% de los niños negros crece en la pobreza y el 37% de los reclusos son negros. Así que, señor Obama, procure limpiar su casa antes de meterse en las de los demás... y disfrute mientras le dejen.

Breverismos

434)  AFROAMERICANO
-Ya no se dice Negro, ahora se dice Afroamericano –concretó, orgulloso, el negro norteamericano… aunque siguiera siendo considerado negro por los blancos.

497)  MULATO
El mulato llevaba todas las de perder: los blancos le consideraban negro y los negros, blanco.

1233)  REYES DE OCCIDENTE
Cada Navidad, el miembro del Ku Klux Klan ponía en su Belén los Reyes Magos de Occidente: Melchor era alemán, Gaspar austriaco y Baltasar sueco… los tres blancos, rubios y con los ojos azules.

Comentario:
Por cierto, no nos olvidemos que aquí también tenemos racistas que tapan su rostro con capuchitas, ¿o no? 


Mañana, a otra cosa...



4 comentarios:

  1. Si no tenéis prejuicios a la hora de curiosear libros, os recomiendo que en cualquier librería busquéis en la sección de infantil (estas bellezas suelen estar en la sección de infantil aunque no les corresponda por el contenido) un álbum ilustrado que se llama:
    ¡¡Hombre de color!!!
    En cuanto a los ilusos y los sueños y las expectativas… Es que no dejas descansar en paz al pobre Schopenhauer, que debe de estar removiéndose en su tumba día sí y día también con este blog.
    Yo creo que los científicos más ilustres, a los que más debemos, antes que científicos fueron soñadores, (por mucho que aún nos empeñemos en seguir separando lo uno de lo otro).Sin ilusión y sin lucha y sin sueños ¿dónde vamos? No os cuento dónde creo que yo que vamos, que no me apetece desbarrar hoy.
    Así que hoy: vivan los soñadores, los luchadores infatigables, los que persiguen sueños que parecen imposibles, los honrados. Sin ellos qué sería de todos nosotros aunque sea de a poquitos.
    Isabel

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  2. He olvidado un apunte que quería hacerte. La primera frase de "El hombre sentimental" de tu querido Javier Marías es la que sigue:
    "No sé si contaros mis sueños. Son sueños viejos........." He vuelto por tu culpa a intentarlo con Marías, ayer justamente y mira por dónde sale tu blog de hoy...por los sueños

    Isabel

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    1. Nada es casual, Isabel... o eso dicen. Y lo de los sueños está muy bien porque soñador he sido, soy y seré, que así me ha ido, me va y me irá... y eso porque no hay más tiempos del verbo Ir.
      En fin, que tampoco viene mal que el personal tenga en persona un poco de pies en la tierra, porque los que volamos a lomos de la Fantasía a veces nos estrellamos. Y aunque las estrellas son bellísimas a veces duelen si las ves demasiado cercanas a tus ojos.
      Quino

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    2. Pues mira Quino, no te digo ni que sí ni que no. Lo único que te digo es que he pensado que desde el pobre Ícaro hasta el comandante Petroni Romalinsky, que fue quién me trajo a Argentina a los brazos de mi amado Ricardo, en avión, dónde habrán tenido los pies todos aquellos que han hecho posible que volemos, por ejemplo.
      En resumen, ¿qué está reñido con qué? ¿Es que los soñadores no pisamos tierra? ¿Es que los que pisan tierra no sueñan?
      No se yo.....
      Y lo de las estrellas, peor es el que mira para otro lado y no las ve nunca, ni las bellas ni las otras.
      No se yo...
      No te me empieces a parecer a Schopenhauer, ni en lo blanco de los ojos, por dios.
      Isabel

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