Heme aquí de nuevo (o como lo escribiría un adolescente en whatsapp: M aki d nuevo). O lo que es lo mismo: Tempus Fugit, que es lo que pone en las esferas de los relojes de pared para recordarnos -como si las manecillas no tuvieran su protagonismo- que el Tiempo Pasa, el tiempo huye, el tiempo vuela que se las pela. Que no lo digo yo, que lo dicen los relojes y el poeta Virgilio:
Sed fugit interea, fugit irreparabile tempus.
(Pero huye entretanto, huye irreparablemente el tiempo).
Y a la frase de mi amigo Virgilio yo le añado, ya puestos a latinizar, Carpe Diem. Así que ya sabéis, que empiezo el mes de septiembre aconsejador:
Tempus fugit, carpe diem
(El tiempo vuela, aprovecha el momento).
Así ha pasado agosto. Al menos yo lo he pasado en agradable compañía y espero que vosotros también que el verano está para eso, que decía ya no recuerdo quien.
Quiero dar las gracias a mis seguidores, fieles hasta tocarme la fibra sensible, la que está en el corazón, a la izquierda, por supuesto. Durante el mes que he echado el cierre el blog ha tenido la friolera de ¡¡2.470 entradas!!, un nuevo seguidor y... 30 comentarios (está visto que funciona mejor en mi ausencia que en mi presencia).
Así que desde aquí quiero dar las gracias, por haber mantenido vivo y entretenido y peleón el blog a Santiago, Antonio, Martín, Ramón, Rosa, Anónimo y José Luis. Y sobre todo a mi querida seguidora (qué haría yo sin ella) Isabel. Gracias a su adicción al teclado este blog ha respirado y vivido y plantado cara al tempus fugit. Lo malo para mí -y lo bueno para ella- es que se ha fugado con Ricardo Darín. Espero que recapacite y vuelva, pues está claro que este blog sin sus vehementes teclas no es lo mismo. Así que, por favor (no me ves pero estoy escribiendo de rodillas que, por cierto, es incomodísimo) vuelve hoy mismo, a ser posible... en el caso de que puedas desprenderte del abrazo de Ricardo, cosa que dudo.
Anteanoche, Diana y yo, gin-tonic en mano -y la otra mano donde imagináis- vimos, en la Sexta 3, que se coge muy bien aquí, en Groenlandia, arropaditos en nuestro igloo, Amelie, la deliciosa película de Jean-Pierre Jeunet, el director francés que no tiene término medio: o te entusiasma o le odias. Por mi parte os aconsejo que volváis a verla.
No la habíamos vuelto a ver desde que la estrenaron, allá por 2001 (tempus fugit). Y la sorpresa fue tremenda: como si la viéramos por primera vez. Fresca, gamberra, tremendamente original en el tratamiento del color y de la acción, con sus locos y entrañables personajes, sorprendente en sus pocos y agradables efectos especiales, espectacular movimiento de cámara.
Una pura delicia para ver relajados, olvidándonos durante dos horas de lo inteligentes y profundos y pedantes y tontos e insoportables que somos para reírnos y emocionarnos con una actriz, Audrie Tatou, en estado de gracia. Actriz que repetiría con el mismo director en otra película, muy distinta, de la que hablaré despacio otro día, pues se merece blog aparte. Como especial punto y aparte merece la música de Yann Tiersen, de quien también hablaremos en su momento.
En fin, que este es el comienzo de blogerías septiembreras, con los inevitables Breverismos que vienen a continuación.
214) EL ALQUIMISTA LENTO
El anciano alquimista tardó tanto tiempo en
encontrar el Elixir de la
Juventud que cuando al fin lo tuvo hirviendo en la redoma
sintió que las fuerzas no le respondían… y que la vida lo abandonaba justo
cuando las primeras gotas del deseado elixir llegaban a sus labios.
648) LA PRIMERA CANA
Estaba tan encantado de ser joven que no se dio
cuenta de que se hacía viejo. Y cuando se vio la primera cana, en vez de
teñirla o arrancarla, cayó en una
profunda depresión.
1074) CANAS
La primera cana en el cabello fue un drama, la
primera en el vello
púbico una tragedia.
Mañana lunes, más de algo y de todo, o sea: como siempre
¡¡¡¡¡¡¡Feliz……Regre……so, Qui…..no, de mis entrete….las!!!!!!!!. (Amor mío, tranquilo, si es solo un momentito, deja de besarme, mmmmmmm, vale, vale….un saludito a la mucha……..chada y ya estoy lista otra vez)
ResponderEliminarAy, chicos, todas las expectativas que no tenía Schopenhauer se ve que las había acumulado yo y se me han cumplido toditas y alguna más que no se me había ocurrido. Espera amor mío, ya, ya… se lo digo a él, a Ricardo, que nada más verme dijo lo mismito que José Luis “¿De dónde ha salido esta mujer?” (En castellano) impresionado por lo compacto de mi magra y aun así estupenda y apretada envergadura.
He hecho la prueba del termómetro y oye, sí, explota. ¡¡¡¡Ay cariño, ya, ya…voy, voy…. sí, yo también a ti!!!!!!!!!
Bueno Quino, a escribir, que yo ahora estoy ocupada. Pero si llamas……..me hago visible. Una promesa es lo que tiene.
Isabel
No hinques la rodilla insensato, que te vas a hacer daño. Si yo soy una chica muy fácil…de convencer. Va una de pedantes.
ResponderEliminarComo he dejado exhausto a mi amado Ricardo, que no puedo evitar hacer todo con la misma vehemencia con la que escribo en el blog de mi querido Quino, mientras espero que se recupere he visto una peli, de la que leí lo siguiente. (Boyero no había dicho nada y claro ahora lo entiendo)
"Inclasificable y asombrosa película (...) Frammartino conmueve y narra en cada uno de sus planos (...) Puntuación: ★★★½ (sobre 5)"
"Una bella -aunque algo lenta- y conmovedora celebración de la vida, bellamente fotografiada. (...) Puntuación: ★★★★ (sobre 5)"
Yo nací en un pueblo (dicho así…qué bonito) y una mierda… de cabra. Recuerdo perfectamente “el corral de Nino”, (¿ves que fácil es encontrar un título prometedor?). Deja tu imaginación libre y visualiza a Nino….
Seguro, seguro que nada más lejos de la realidad. ¿Edad que has imaginado?… La real: unos sesenta y tantos cuando yo le conocí, pero podían ser 40, que el contacto con los rebaños y con la cruda naturaleza día tras día y año tras año no es precisamente generoso.
Aquel corral era la pestilencia en tres o cuatro calles aledañas. Al irte acercando era insoportable. Mi madre me mandaba a comprar a una tienda próxima a la que yo, hija obediente, iba pero rodeando casi el pueblo entero para no pisar la inacabable masa de cagarrutas y orines hediondos que sembraban estos bichos. Y sobre todo para no encontrarme con el cabrón de la manada. (Esto lo he intentado también en la vida real con más o menos éxito)
Total, la película, que me desvío: Una hora y media de cabras, que se dice pronto. Un rebaño de cabras, en el monte y en el aprisco, arriba, abajo, dentro, fuera, beeee, beee. Fin. Ni una palabra. Eso sí tú mientras tanto de puro hastío y en mi caso hastío y con el recuerdo de aquel olor y aquellas cagarrutas, puedes primero: sentirte imbécil porque no ves lo que los chicos estos de las críticas de arriba dicen que se ve (celebración de la vida, asombrosa película), y ellos entienden. Segundo: llegar a la conclusión de que estos chicos tendrán estudios pero lo que no tienen es pueblo ni han visto de cerca varias cabras juntas. Y tercero: lo que es para mí peor aún, verlo
"Experimento que sin ser una ficción tampoco es un documental, poesía en imágenes despojada de cualquier aderezo formal, suicida en el apartado comercial (...) un suplicio si no se entra en su dinámica"
Javier Ocaña: Diario El País
Ay!!! mira como la Cospedal. Las cabras tiran al monte…público o privado????. ¡Ay que ver qué comparaciones me traicionan!!!!
Isabel
Isabel, qué haría yo sin ti, eres la reina de corazones de este blog y sus alrededores pues tus palabras se expanden por el universo mundo gracias a la tecnología tecnológica de internet. Qué inmenso valor tiene que te hayas semidesprendido del abrazo de Darín para, al menos con una mano, escribirme.
EliminarLo de la peli te está bien empleado por fiarte de reputados críticos de cine que no solo no saben de cine sino tampoco de cabras, ni siquiera de las que tiran al monte, como mi amiga Marianna.
En fin, que muchas veces es mejor releer lo leído y rever lo ya visto que así, al menos no te llevas sorpresas. A ver si mañana hablo de la novela del año, la revelación del siglo, etcétera, que así me la vendieron y así la compré... para mi decepción, como tú con las cabras: el libraco, seiscientas y muchas página se intitula La verdad sobre el caso de Harry Quebert que, por supuesto, no te recomiendo. Mientras tanto volveré a releer a Baricco, para desintoxicarme.
Abrazos compartido con Ricardo, querida amiga, que algo es algo y uno se conforma.
Quino
Querido mío, gracias, pero tampoco fue tanto el mérito. Tengo que confesar que vertí en el mate de Ricardo dos o tres gotitas de una pócima que llevo siempre en el bolso para rebajar las pasiones que despierto y darme a mí misma un descansito.
EliminarSe me olvidó escribir el nombre de mi peli desfavorita "Le quattro volte".
De todas maneras ya te dije, cuando vengamos de promoción me debes un gin-tonic o dos.
Isabel