Este verano cometí el error de comprar el periódico "Groenlandian Artic News". Y en qué hora (pues a las doce y cuarto). Porque leyendo leyendo leí que unos imbéciles (supuestamente imbéciles, por consejo de mi abogado) han inventado ¡¡¡Tachán!!! la HAMBURGUESA DE LABORATORIO.
Si queridos seguidores de este blog, habéis leído bien: una hamburguesa creada en un laboratorio por científicos holandeses de la Universidad de Maastricht, para más señas y para mi decepción. Yo tenía, y digo tenía, un gran cariño a ese país al que me proponía exiliarme ante la vulgaridad y cicatería cultural que me han impuesto. ¡¡Pues ya no me voy!! Que me quedo aquí comiendo huevos fritos con patatas y paella y cocido madrileño... o sea, comida de verdad, al menos de momento.
Y si ya era sospechoso comer una hamburguesa digamos "normal", más o menos como la que aparece en la foto de arriba, imaginaos lo que puede pasar si tienes que comer una hamburguesa creada en laboratorio por un científico como el que aparece en la foto de abajo.
Verdad que este señor se parece a los que en las puertas de los colegios ofrecen caramelos a los niños... o a los curas que les pasan la mano a los monaguillos, digamos que por el pelo, diciéndoles ¡Ay, qué diablillo!
El susodicho científico, para más señas, se llama Mark Post y ahí lo tenéis ofreciéndoos la hamburguesa cultivada en laboratorio. Además de ser una asquerosidad ha costado la friolera de 248.000 euros y cinco años de trabajo. Pero vamos a ver: ¿quiénes somos, de dónde venimos, adónde vamos?... para cometer tales dislates.
Pero los holandeses se defienden asegurando que la energía utilizada para crear una hamburguesa es un 45% menor que con la normal, que las emisiones de gases de efecto invernadero son un 96% menores y que la superficie de terreno utilizada es un 99% menor. ¿Y qué?
Si la tecnología de las células madre se presentó como una revolución con fines médicos, que lo es, vamos a dejarla ahí, que con las cosas de comer no se juega, que dice mi tía Hortensia.
La prueba de fuego la soportaron reputados críticos gastronómicos que se zamparon media hamburguesa y dijeron que su sabor era "como de carne" (¡cielos!) y que en la boca la sensación era como la de "estar comiendo, más o menos, carne" (otra vez ¡cielos!).
Aquí tenemos una foto de los atildados y sofisticados críticos después de ingerir medio engendro.
En fin, ahí van los Breverismos hamburgueseros de hoy
70) HAMBURGUESA XXL
2804) HAMBURGUESAS
4501) KILOS
PERDIDOS
Se puso a régimen y perdió 20 kilos. Pero para su
desgracia volvió a encontrarlos en una hamburguesería.
Mañana más de algo más agradable.
¡Qué bien te han sentado Groenlandia, el verano y los achuchones de Diana! Genial.
ResponderEliminarMira dónde vamos a comer hoy para reponer fuerzas. El cartel reza así:
LOS TALAS DEL ENTRERRIANO
Esta parrilla de José León Suárez se convirtió en un templo gastronómico por la calidad de su carne, sus porciones abundantes y los precios amables. No es una parrilla de lujo sino un gigantesco galpón repleto de mesas y asadores. Los cortes vacunos son seleccionados especialmente por su dueño. Los chorizos -especialidad del lugar-, el matambre y el lechón son caseros. Durante la semana abre sólo al mediodía y es muy tranquilo, los viernes y sábado a la noche hay que esperar porque siempre está lleno.
Vivan las vacas con sus gases ¿no? Una suegra que tenía yo decía que un buen filete te arreglaba el cuerpo y si me apuras todo lo demás.
Ricardo te suplica que dejes de hacer nada con sus fotos que tiene conjuntivitis y cree que es culpa tuya.
Isabel