Siempre que estoy triste, melancólico, deprimido, alegre, contento, con resaca o sin ella, viajando o sentado en mi sillón de orejas, o en esa silla tan incómoda pero que es de superdiseño y no puedo criticarla; en fin, siempre que canto o lloro o me emociono ante una obra de arte, o ante un amanecer espectacular, o ante la solidaridad humana, que existe, os lo puedo asegurar... en una palabra siempre que siento deseos de seguir sintiéndome vivo leo a W.G.Sebald y escucho a Zbigniew Pevsner.
Mi amigo alemán-inglés Sebald, de quien ya he hablado y del que seguiré hablando, medita en sus obras sobre la vida interior, la Historia y el recuerdo con tal maestría que provoca que tales meditaciones nos pertenezcan, ya que a través de sus palabras, nos las regala.
Y aquí, una vez más, publico su foto, para que sepáis con quien vais a caminar de la mano al abrir un libro suyo... como por ejemplo Austerlitz, su obra maestra, el libro que yo, tú, él quisiera, quisieras, quisiera haber escrito.
Que sí, que sí, que ya sé que he recomendado este libro otras dos veces, pero que queréis que haga. ¿Acaso no habéis sentido pasión por alguien o por algo? Por mi parte pasión por alguien la he sentido, afortunadamente, unas cuantas veces. Y también unas cuantas veces por algo, como es el caso de este libro, pidiéndole disculpas por calificarle de algo. Y recuerdo una vez más que es un libro extraño, para leer despacio, masticando cada palabra, retrocediendo y avanzando, despacio, despacito, lejos del traqueteo y la prisa por llegar al final propia del bestseller.
También hablé en otros blogs de mi amigo, el polaco Zbigniew Preisner, que es este señor de físico y químico tan rotundo.
Y seguiré hablando de él por ser otro raro, un músico que escapa a cualquier calificación y hasta calificativo, en una palabra: un genio de esos que nos hacen más felices, sobre todo al compararlos con la estupidez que nos rodea. Así que os ofrezco su canción Marionnettes, sencilla y mínima como solamente pueden ser las cosas grandes.
Que sí, que sí, que ya sé que os la ofrecí en otro blog, pero qué le voy a hacer si me gusta y quiero compartirla, una vez más, con vosotros. Así que, egain, disfrutadla, que lo merece y os lo merecéis.
Y esta es una canción especial de Preisner, extraña y alejada de su estilo habitual... pero que encaja con los gustos de mi querida seguidora Isabel: se titula Tango. ¿Podéis imaginar a un polaco componiendo un tango? Pues sí, y aquí está para demostrarlo.
Isabel, querida amiga, te lo dedico para que lo bailes con tu querido Ricardo Darín. Y ya me contará, que la pasión tiene unas cosas que...
Breverismos (como el Breverismo de hoy es muy largo solo publicaré uno, para no agobiaros)
634) EL AMANTE Y EL POETA
-A ver, a ver... Pero, hombre, por Dios, esto no es una carta de
amor.
-Pero...
-Pero, nada, eso lo arreglo yo ahora mismo; hágame sitio, déjeme a
mí, que soy poeta.
Y el poeta, quitándole el lapicero al amante que escribía a su
amada, se sentó a su lado diciendo:
-Mire; mire... y aprenda, que para eso soy laureado poeta… –y
escribió de corrido y sin pensar un soneto que hablaba de atardeceres frente al
mar y de lagos con cisnes y de verdes praderas y de flores cubiertas de rocío y
de suspiros en noches de luna llena…
Terminado el soneto, el poeta, satisfecho, se lo entregó sonriente
al que a su lado, perplejo, se sentaba.
-Aquí está. Esto sí que es una carta de amor. ¿Qué le parece?
Y sin darle tiempo a contestar, el poeta se levantó y sin
despedirse, se alejó prado abajo cogiendo margaritas.
El que escribía a su amada leyó el soneto un par de veces y sin
dudarlo, lo tiró a la papelera. Cogió de nuevo el lapicero, afiló la mina con
un sacapuntas, volvió a tomar el folio que a medio escribir estaba aún sobre la
mesa y continuó con la carta interrumpida:
Como te decía, amor mío,
esta tarde te deseo más que nunca...
El lunes más de otro tema. Que paséis un buen fin de semana... y procurad ser malos, que es de lo que se trata.
Lo bueno de la gente que escribe, escritores o no,da igual, es la capacidad de usar, en ocasiones, tan certeramente las palabras. Si tuviera que definir el rostro de Preisner no podría encontrar otra palabra distinta de rotundidad que defiera mejor lo que yo veo en esa fotografía. Ni te imaginas cómo se lo ha trabajado Ricardo con el tango para que no me vaya a Polonia a buscar solidez. (No pensaba hacerlo, que mi Darín ya es bastante compacto y yo con mis vaqueros de raspa de lubina también)
ResponderEliminarY ahora al grano, que tú pides y yo doy. El tango.
He despertado a mi amor, que en cuanto me acerco palpita, y eso ya es mucho. Le he dicho: “Vamos amor, a bailar, que Quino nos ha mandado un tango” Y él, que tiene el ritmo del mundo y la vida más vital dentro de sí, (y ya lleva mejor que yo esté entregada a estos menesteres de escribir a desconocidos) se ha tirado de la cama y…. En mi vida me ha poseído tanto este ritmo tan intenso y tan sensual. Acabo de recobrar la respiración. Y voy a omitir hoy detalles que es temprano.
Gracias por el regalo y por dejarnos exhaustos con tanto meneo. Así me gusta a mí llamar a las pequeñas cosas, enormes regalos, porque esos son los buenos, una palabra, un gesto, un roce, una caricia, esta canción que envías, un recuerdito… y quien no lo vea y necesite muchos aspavientos peor para él. Muy sencillo, muy de estar por casa. Qué cosa fea es la impostura.
Me ha escrito un correo mi vecina del 2º en cuanto te ha leído, dice que cada día te quiere más porque se ve que reconoces el mérito que tiene haber hecho un curso de un año de duración sobre “Cómo ser malas y estupendas a la vez o cómo dejar de ser gilipollas, que es lo mismo” Oye, y nos ha ido bien. Nos certificaron y tú y pocos más te das cuenta de que así somos aún más mejores. Así que sí, no procuramos ser malas, lo somos con todas nuestras fuerzas.
Por cierto, me he hecho seguidora sin foto, que ya me jode, porque tenía preparada la foto de cuando era negra y bailaba en los años 20 en los cabarets de mi pueblo,(dudé si poner la foto de los minivestidos cardenalicios) pero no hay manera de subirla en estos ordenadores argentinos.
Si alguien tiene alguna sugerencia o instrucciones para “dejar de ser inútiles con la tecnología tecnológica” y tiene a bien decirme algo, pues nada yo subo la foto.
Buen fin de semana. Un beso
Isabel
El tango me parece impresionante.
ResponderEliminarEl poeta de tu brevisimo puede que escribiera una buena carta de amor a su propia esposa,pero no a la del otro...
ResponderEliminar