-¿Qué, cómo va la cossa?
-Pues aquí, con mi circunstancia.
-Anda, como yo.
-¿Quién es usted?
-Yo ssoy yo y mi circunsstancia.
-¿Es usted…?
-El missmo.
-Podía haber avisado de su llegada, señor
filósofo, porque me coge usted en unas circunstancias…
-Puess de esso ess de lo que sse trata: vengo a
indicarle cómo hacer frente a las circunsstanciass.
-¿Hasta a las desfavorables?
-Precissamente a essass con máss dedicación.
Mire, le he traído mi libro Meditacioness
del Quijote, en el que explico todo esso de YO SSOY YO Y MI CIRCUNSSTANCIA. Cada uno tiene ssu circunsstancia: familia,
amigoss, cultura, possición ssocial… y esstamos en un mundo concreto, en una época
hisstórica determinada, con un carácter, desstrezas físsicas e intelectuales
que determinarán nuesstro carácter y perssonalidad. Assí que para sser
realmente tú tieness que aceptar tu sser, tu entorno, tuss proyectoss, tuss
deseoss… en una palabra: tu circunsstancia. La frasse completa ess: Yo ssoy yo y mi circunsstancia, y ssi no la ssalvo
a ella no me ssalvo yo.
-Ya veo, ya…
-Este ejemplar está un poco manoseado.
-Ess que lo publiqué en 1914, precissamente
hoy hace 100 añoss.
-Por cierto, ¿por qué arrastra las eses?, es
que parece que las pronuncia dos veces.
-Ess por la circunsstancia de mi ssegundo
apellido.
-Ah…
-Pero también le he traído otro libro, a lo
mejor un poco profundo para ussted, aunque en ssuss actualess circunsstanciass
puess a lo mejor, ssi sse concentra, le puede hacer bien. Es La ciénaga definitiva, del italiano Giorgio Manganelli, un escritor inclasificable.
-¿Comida para el espíritu?
-Esso ess, ya veo que me ssigue.
-Me han dicho que es usted amigo de hacer
frases lapidarias, ¿por qué no me hace una?
-Bueno, que ssea como desspedida, que tengo un
poco de prissa, ¿tiene amigoss profesoress?
-Pues sí, unos cuantos, que ya sabe que
pertenecen a una especie que, para bien o para mal, no se extingue.
-Muy bien, puess ahí va.
-Y así, ¿otra frase más para todos…?
-¿Tiene ussted amigoss inmovilistass, de essoss
que no hacen máss que recordar el passado diciendo essa esstupidez de que
cualquier tiempo passado fue mejor?
-Pues sí, de esos también tengo unos cuantos.
-Puess venga, ahí va essta frasse para elloss.
-Vaya, pues muchas gracias, don José.
-De nada, don Dessgarramantass.
Breverismos filosóficos
28) LA
VIDA HUMANA
-La de las
vacas, no sé, pero la vida humana es un misterio insondable –dijo el eminente
filósofo, mientras bebía un vaso de leche.
197) KILOS
-Me pesa el alma
–dijo el filósofo, deprimido.
-Pues yo creo
que, además, le sobran diez kilos –insinuó el endocrino.
1126) ESGRIMIR
ARGUMENTOS
El filósofo
esgrimió sus argumentos con todos sus recursos dialécticos… y con un bate de
beisbol, por si fallaba la palabrería.
Mañana
ya veremos cómo está mi circunstancia.
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