-¡Huy, lo que me ha
dicho!
-Pues la verdad.
-¡No digas disparates!
-Que sí, que es cierto,
señora: usted es negra,
-¿Negra yo?
-Si, como todos
nosotros. Y ahí está la
Historia para demostrarlo.
-Pero mírame bien,
desgarramantas: ¿cómo puedes decir que soy negra?
-Pues lo sigo diciendo.
¡¡Será
posible!!
En ese momento, alertado por la
exclamación de su jefa, entró el secretario personal de Marine le Pen, un caballero elegante, educado y brillante, abogado y
economista además de cultivado políglota, un cerebro, vamos, que, agarrándome
por la nuca, preguntó:
-¿L´atizo, jefa?
-Espera… de momento.
-T´as livrao, tío, que pol mí te
dava asín…
De nuevo solos en el despacho de
la líder del Frente Nacional y sin
que, afortunadamente, su secretario me diera asín, la numero uno en las listas de su partido en las elecciones
europeas del 25 de mayo, Marine Le Pen, como si adivinara mi pensamiento, dijo:
-Por si no lo sabías, somos la fuerza más
votada en Francia. Tenemos una intención de voto del 25%. Y te recuerdo que
tenemos 11 alcaldías desde las municipales de marzo. Más que vosotros en
España, que mucho salir a las calles con la banderita del aguilucho y luego no
os coméis una rosca en las urnas.
-Bueno, es que para eso está el
PP.
-Claro, claro. ¿Sabías,
impresentable desgarramantas, que en España se sigue con mucho interés mi
irresistible ascensión. Mira, mira el cartel que me han enviado.
-Pero no nos distraigamos: a ver,
explícame eso de que soy negra.
-Pues mire, señora, mire este
mapa.
-Mire, la
especie humana nació, hace unos 100.000 años en África. Y desde África
se dispersó por el resto del mundo hace ya unos 50.000 años. Luego las fisonomías
fueron cambiando adecuándose a los lugares de asentamiento, aunque mantuvieron
algunos de sus restos genéticos en determinados grupos humanos que
permanecieron más aislados, como es el caso de Oceanía.
-¿Y qué tiene
que ver…?
-Pues que el
Homo Sapiens, nuestro tatarabuelo, nació en África y, por lo tanto, era negro.
Así que nosotros, sus tataranietos, somos negros… un poco desteñidos, eso sí,
pero negros de origen. Así que ojito, doña Marine, con sus medidas contra los inmigrantes,
que a lo mejor entre ellos viene algún primo suyo. Mire, aquí tengo una foto de
su tatarabuelo.
Ante los
aullidos de la señora Le Pen entraron sus tres más íntimos colaboradores, los encargados de los departamentos de Cultura, Ciencia y Emigración.
Así que, pretextando el compromiso de tener que explicarle mi teoría a don
Mariano Rajoy, salí de la sede del Frente Nacional lo más deprisa posible, no
sin antes hacer esta pintada en la fachada.
Breverismos
1809) 18 DE JULIO
Mi vecino el fascista me sonreía
todos los días en el ascensor… menos el 18 de julio de cada año, que me
enseñaba los dientes.
2567) HITLER Y FREUD
Hitler fue al
psiquiatra por consejo de su médico de cabecera, pero no entró en la consulta
al enterarse de que Freud era judío.
3142) ALTO A LA EMIGRACIÓN
El fascista que
escribía en las paredes Inmigrantes no,
borró las pintadas al enterarse de que acababa de heredar unos prósperos
invernaderos en Almería.
Para terminar aconsejo ver una
película entretenida, divertida a ratos y muy bien llevada que se titula Amor a quemarropa. Una bonita y
especial historia de amor enloquecido que se estrenó en 1993. Está dirigida por
el excesivo Tony Scott con guión
–para rematar el exceso- de Quentin
Tarantino. Y cuenta con un grupo de excelentes actores en papelitos secundarios,
los mejores: Dennis Hooper, Gary Oldman,
Brad Pitt, Val Kilmer, Christophen
Walken y James Gandolfini… casi
nada.
Atención a la escena de Dennis Hooper y Christophen Walken cuando el primero intenta convencer al segundo,
gangster siciliano, de que es negro. Y atención al breve pero increíble
papelito del camaleónico Gary Oldman,
que no lo reconocí hasta que leí su nombre en los títulos de crédito.
Mañana seguro que otro
tema.
Entre este post y "El oro de Newton" te vas a tener que entrenar para correr los 100 m en 10 segundos.... ¡Muy acertado!
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