miércoles, 23 de abril de 2014

BREVERISMOS. MIÉRCOLES 23 DE ABRIL DE 2014

Escribir sobre un personaje muy conocido es muy difícil puesto que ya se ha dicho todo sobre él y su obra. Que es lo que pasa con El Greco. Así que he decidido resaltar solamente aquellos aspectos menos conocidos del pintor, sin centrarnos tanto en su vida y obra, que, como he dicho, son sobradamente conocidas.
       Y coincidiendo que hoy es el Día del Libro os hablaré de El Greco lector y de su biblioteca.


        El Museo del Prado acoge hasta el 29 de junio la exposición La Biblioteca de El Greco, formando parte en paralelo de los actos que celebran el Cuarto Centenario de la muerte del pintor griego en Toledo. Y dentro de la exposición el museo ofrece hoy, miércoles 23 de abril, Día del Libro, un homenaje bibliográfico y musical. A las 20 y a las 21 horas se ofrecerá a los visitantes, fuera de horario del museo, un conferencia sobre los libros preferidos por el pintor y un concierto de música de cámara por parte de Camerata Iberia con piezas de la época en Venecia y Roma –lugares en los que residió el pintor antes de instalarse en Toledo- y piezas de música del siglo XVI que se escuchaban en el Toledo de aquella época.

        

       Doménikos Theotokópoulos era un artista cultivado, lejos del artista vehemente e impulsivo, y generalmente iletrado, que creaba su obra por impulsos emocionales. Era un intelectual refinado amante de la Ciencia, la Literatura, la Historia y la Música. Culto y elegante era también un hombre arrogante consciente de su valía como artista, que apenas se relacionó con nadie que no entrara dentro de su círculo de intereses –aristócratas, poderosos y hombres de la Iglesia- y que apenas si aprendió a hablar español en los 36 años que vivió en Toledo, lo suficiente para mantener sus interesadas relaciones.


       Este es el supuesto autorretrato del pintor.

       Cuando El Greco falleció, el 7 de abril de 1614, dejó tras de sí no solo una gran obra pictórica, sino una escogida biblioteca. Gracias al inventario realizado en 1616 de los bienes dejados a su muerte se sabe, a través de su hijo, Jorge Manuel Theotokópoulos, que tenía una biblioteca formada por 130 libros, cifra nada desdeñable para la época. 27 libros en griego, 67 en italiano, 17 en castellano y 19 ejemplares dedicados a la arquitectura, su otra gran pasión. Su afición a los libros se refleja también en sus cuadros, puesto que en muchas ocasiones añade a los personajes retratados un libro abierto.

      

Como en este retrato de don Rodrigo de la Fuente. Óleo sobre lienzo ejecutado en 1585 que se conserva en el Museo del Prado.

      

La mano del caballero se posa sobre las páginas abiertas de un libro, como se puede apreciar mejor en este detalle del cuadro. Y sobre el libro la firma del pintor.  

 

O también en este detalle del cuadro de San Ildefonso, pintado años después, en 1603.

       A pesar de que su pintura es en gran parte de temática religiosa –es de suponer que debido a su principal clientela- su biblioteca no lo era, ya que apenas contaba con 10 libros sobre religión… que consultaba tan solo para adecuar su pintura a los estrictos cánones de la Iglesia. Era un apasionado de Aristóteles, Dante, Petrarca y Jenofonte, pero sobre todo de los libros científicos y de arquitectura,  protagonistas de la exposición de El Prado.

 

       De entre todos los libros expuestos destaca el Tratado de Arquitectura, de Vitruvio. Esta joya bibliográfica, escrito en el año 15 d.C. está anotada profusamente, con la letra menuda y precisa de El Greco, lo que demuestra que estudió el libro con gran interés. Esta edición es de 1567. (otro día hablaremos del famoso Hombre de Vitruvio dibujado por Leonardo da Vinci).


       Lo mismo que el libro Vidas de los más excelentes pintores, escultores y arquitectos, de Vasari. Este libro, publicado en 1556, también está muy anotado en los márgenes, con inteligentes comentarios escritos con su pulcra caligrafía.
       Cuatro de los libros que se exponen, así como cartas y documentos fueron de propiedad del pintor, y el resto son  ediciones de la época como los que poseyó, datos que se conocen gracias al inventario de su testamento. Todos son propiedad de la Biblioteca Nacional.
       Así que, os recomiendo la expo de El Prado y la de Toledo que, además, puede ser el pretexto para pasar una jornada en esa bella ciudad.
       En fin, espero que os haya gustado este breve recorrido por la faceta lectora y por la biblioteca del El Greco. En próximos blogs abordaremos su arte pictórico, aunque tranquilos, que la expo de Toledo estará abierta hasta finales de junio.

Breverismos griegos


7198)  PÁGINAS AMARILLAS
Qué cosas… El Greco tenía 130 libros en el año 1660 y yo, en 2014, solo tengo en casa los dos tomos de las Páginas Amarillas.

7199)  RETRATO DELGADO
La única posibilidad que tengo de adelgazar es que me retrate El Greco –pensó el obeso, acomplejado, ante El Caballero de la mano en el pecho… pero con un bocadillo de chorizo en sus manos.

7200)  LECTURAS DE AYER Y DE HOY
El Greco leía a Petrarca, Jenofonte, Dante, Aristóteles y Vitruvio… y yo, 400 años después aquí estoy, leyendo a Harry Potter.


Mañana ya veremos… pero seguro que algo caerá.

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