Ayer iba en el autobús
cuando de pronto sonó un móvil. Hasta aquí nada extraordinario, pues hasta en
el metro, el único medio de transporte –aviones aparte- en el que te veías
libre de los molestos timbres (la mayor parte canciones horteras) ya suenan,
amargándote el viaje. Pues bien, la pasajera que iba sentada delante sacó su
móvil de su bolso y entonces… comenzó el espectáculo: una pelea de enamorados
tirándose a la cabeza trastos virtuales. El móvil nos ha hecho perder la
intimidad empujándonos a hablar delante de todo el mundo como la cosa más
natural, incluso conversaciones íntimas… como en el caso que cuento.
Que si tú me dijiste;
que si yo me callé; que eres un egoísta que solo piensas en ti; que si tu
madre; ¿Yo?, yo soy una santa por soportarte; ¿dónde vas a encontrar a otra que
te aguante lo que yo te he aguantado?; ¡¡Déjame en paz!! ¡¡Que me olvides!!... y así
durante todo el trayecto.
En fin, todo un
entretenido espectáculo que me sacó de mis casillas (siempre me he preguntado
dónde se ubicarán en mi cuerpo las casillas) y me impidió seguir leyendo Más por Menos, el libro con título de
rebajas de El Corte Inglés, de mi amigo Antonio
Pérez, un libro que lo explica todo con gran claridad (lo he entendido hasta yo) y que recomiendo
para amantes de la Ciencia
en general y de las Matemáticas en particular.
En fin, que al
terminar la pelea con un rotundo ¡¡¡ Que te zurzan!!! (en realidad dijo “Que te
follen” pero prefiero no escribir tal palabra) y guardar el móvil empecé a
aplaudir el espectáculo animando a unos cuantos viajeros a hacer lo mismo. Oye,
pues nada, que se levantó la protagonista del espectáculo para saludar y todo.
Qué cosas…
Breverismos de parejas cariñosas
173) SOBRE LA VÍA
-¡Túmbate en la
vía y que te mate el tren! – le espetó su mujer, al abandonarlo. Y él,
obediente, se tumbó a dormir, partiéndose de risa, sobre los raíles de una vía
muerta.
264) RAYO MALDITO
-¡Anda y que te
parta un rayo!
Desde que lanzó
esta premonitoria maldición contra su marido se convirtió en experta en maldiciones
ya que aquella tarde de tormenta, después de discutir una vez más, aunque más,
con su marido, y al ver que éste se iba de casa, le lanzó el anatema como quien
tira una piedra. Y en la misma puerta de la casa un rayo partió en dos al
malaventurado, pero en dos partes exactas, por el mismo eje de simetría.
A partir de entonces la nada desconsolada viuda ganó
muchísimo dinero lanzando maldiciones, por encargo, contra los maridos de las
demás.
280) QUE NO QUIERO
VERLO
Inspirándose en
las fotografías manipuladas para borrar
la presencia de Trotsky junto a Lenin, manipuló su foto de boda para que su
marido desapareciera definitivamente -como había desaparecido de su vida- ya
que no quería verlo ni en fotografía. Terminado el trabajo lo contempló satisfecha: a la derecha aparecía ella y a la
izquierda, el vacío de él.
Por último recomiendo
la película La Guerra de los Roses. La historia de una
pareja que se ama, discute, se pelea, se desprecia y acaba odiándose, es decir,
real como la vida misma, que se dice, que ya sabéis que la realidad imita al
cine.
Mañana atacaremos un
tema más intelectual.
Me alegro mucho Quino. Al final te has decidido a leerlo.
ResponderEliminarGracias por la publicidad
Antonio
Y ¿por qué no escribís unas líneas del libro y nos hacéis abrir boca o en su defecto hacer filosofía de la oscuridad ?
ResponderEliminarAnda, que seguro que tenéis un ratito para encontrar un extracto sugerente sin que el autor nos demande por reproducción ilegal. ¿A que no?
Un beso
Isabel