Alan
Rusbridger (1953), director del prestigioso periódico inglés The Guardian es un claro ejemplo de lo
que una persona ordenada puede hacer con su tiempo. Es de la opinión de que las
24 horas del día dan para mucho… si no las pierdes viendo los estúpidos
programas y tertulias de Tele 5.
Este señor es el
citado Alan Rusbridger. Y su pasión,
después del periodismo, es la música
clásica y el piano. El piano no solo como instrumento para escuchar, sino
también para tocar, aunque solo sea como divertimento para hacer descansar el
cerebro ante el trabajo agobiante. Así, no solo trabajó para informar en su
periódico sobre el caso Wikileaks, el tsunami de Asia, la llamada “primavera
árabe”, la crisis financiera en el mundo, la muerte de Bin Laden y las
revelaciones del caso Snowden… además de otras muchas informaciones, sino que,
a pesar de todo ese trabajo, todos los días dedicaba 20 minutos, como mínimo, a
tocar el piano. Eso sí, no estaba ni un solo minuto sentado ante el televisor
embruteciéndose con programas basura.
Y este señor es Chopin.
Alan Decidió
retomar sus estudios de piano, un tanto abandonados por el periodismo, y se
empeñó, para empezar, en tocar a la perfección la Balada nº 1 en G menor, opus 23, de Chopin, dedicándole los citados 20 minutos diarios durante un año
como mínimo.
Y lo consiguió.
¿Cómo es posible que
lo hayas conseguido -le preguntaron- si estás todo el día trabajando en el
periódico?
Y la respuesta fue
bien sencilla:
-No perdiendo el
tiempo viendo Tele 5 (o equivalentes, que hay muchas).
Su amigo, el pianista Alfred Brendel, le recomendó que
eligiera una pieza más sencilla, ya que la Balada
era una de las piezas más difíciles del repertorio de Chopin. Pero nuestro amigo, cabezón como él solo, atacó la
partitura y al cabo de un año dio un concierto privado para sus amigos -entre
los que se encontraban muchos pertenecientes al grupo de No tengo tiempo, no tengo tiempo- para demostrarles que las 24
horas del día, bien graduadas, dan para mucho.
Aquí tenéis la Balada , esta vez a manos
del gran pianista Lang Lang, 9
minutos que os recomiendo escuchar.
Mi
querido Alan Rusbridger no solo ha
conseguido convertir a The Guardian
en un periódico respetado por prestigio y veracidad, sino también en un
referente internacional de periodismo comprometido y de calidad… lo que le ha
llevado a conseguir el Premio Pulitzer
y el Ortega y Gasset de periodismo.
Alan recomienda que, ante el agobio de
estar continuamente conectado a una pantalla, busquemos refugio en la realidad:
en hablar con los amigos, tomar una copa con ellos, cocinar, dibujar, escribir
historias, hacer punto, jugar al parchís… lo que sea con tal de que sea lento,
gratificante y real.
Así que ya sabéis lo
que tenéis que hacer. Y digo tenéis porque yo procuro hacerlo desde hace ya
unos cuantos años.
Os recomiendo esta
película, El Quinto Poder, estrenada
en 2013 y dirigida por Bill Condom. Cuenta
los comienzos y desarrollo de Wikileaks.
Y atención: sale la redacción de The
Guardian y el citado director, el tipo delgado y con gafas que lo controla
todo… aunque no salga tocando el piano. Interesante e instructiva.
Breverismos periodísticos
1502) COMUNICACIÓN
INCOMUNICADA
Cuantos más
medios de comunicación tenían a su alcance menos se comunicaban entre ellos.
4628) INSULTOS
Es un periodista del corazón muy listo: ¡Insulta en cinco
idiomas!
6359) BUENAS NOTICIAS
El periódico que
solo publicaba buenas noticias no lo compraba nadie.
Mañana más noticias. La Quinopedia sigue en marcha…
hasta para mis amigos del grupo No tengo
tiempo, no tengo tiempo, que dicen que no tienen tiempo para leerlo.