La pintora mexicana Frida Kahlo (1907-1954) pintó en el año 1939 un cuadro extraño que
actualmente se conserva en el Museo de Arte de Phoenix, en Estados Unidos. Así
que, dado que es un cuadro muy conocido por los admiradores de la obra de Frida Kahlo (entre los que me
encuentro… pero con ciertas reservas) pero no tanto por los no muy aficionados
a la pintura, contaré hoy la historia del cuadro y de su protagonista.
El cuadro, a modo de
exvoto, cuenta una historia real.
El 21 de octubre de
1938 una mujer de 33 años, Dorothy Hale,
se suicidó en la ciudad de Nueva York arrojándose al vacío desde una
ventana de su domicilio, en el edificio Hampshire
House, situado en el número 150 de Central Park South.
Fachada del Edificio Hampshire
House
Hasta aquí la nota que
apareció al día siguiente en los periódicos de la ciudad. La noticia no habría
trascendido de no ser porque Clare
Boothe, propietaria de la influyente revista Vanity Fair y amiga de la fallecida, impresionada por la noticia,
le encargó a Frida Kahlo, un cuadro
en recuerdo de la actriz, con la idea de regalárselo a la madre de Dorothy.
Dorothy Hale era una actriz y bailarina que nunca llegó a
disfrutar de un pleno éxito artístico, si bien triunfó entre la alta sociedad
neoyorquina gracias a su exquisita educación, su elegancia, su belleza… y la
fortuna de su marido, Gardiner Hale.
Pero al morir él prematuramente, Dorothy se encontró no solo con que había
desaparecido su anclaje a la alta sociedad, sino con deudas.
Incapaz de hacer
frente a su nueva situación y después de unas cuantas desafortunadas relaciones
con una serie de amantes –entre ellos el famoso escultor Isamo Noguchi, del que hablaremos en otro blog- pidió ayuda a sus
influyentes amigos, llevándose la desagradable sorpresa de que, el que más la
ayudó, se limitó a extenderle un cheque por mil dólares.
Desesperada y
deprimida, al ver como se esfumaba su despreocupada vida de lujo, decidió
suicidarse. Con los mil dólares que le dio su amigo se compró el vestido más
caro que encontró en Nueva York, y la noche del 21 de octubre invitó a sus
amigos a una fiesta para informarles que tenía previsto emprender un largo
viaje. De vuelta a su casa se maquilló, se puso sus mejores joyas, el vestido
recién comprado… y saltó al vacío.
Frida pintó el cuadro
y lo expuso en París, antes de entregárselo a Clare Boothe… que lo recibió horrorizada. No solo no le gustó, sino
que se negó a regalárselo a la madre de la fallecida, incluso pensó destruirlo.
Finalmente se libró de él donándolo al Museo de Arte de Phoenix… sin
imaginar que años después el cuadro sería una de las estrellas del museo.
En la pintura aparece
la suicida en tres fases: en la ventana del edificio, en su trayecto hacia la
muerte entre nubes, y finalmente ya en el suelo con su elegante vestido. A modo
de los exvotos que se exponen en las iglesias un texto aparece en la parte
inferior del cuadro, que parece escrito con sangre. Dice lo siguiente:
En la
ciudad de Nueva York el día 21 del mes de octubre de 1938, a las seis de la
mañana, se suicidó la señora Dorothy Hale tirándose desde una ventana muy alta
del edificio Hampshire House. En su recuerdo (aquí
aparece una mancha) este retablo, habiéndolo
ejecutado Frida Kahlo.
Clare Boothe, ya como propietaria del cuadro, no quiso que
su nombre apareciera en él. Así, encargó que borraran su nombre, ya que aparecía en el texto
escrito. Y la pintora lo ocultó con una mancha que imita sangre chorreando,
claro ejemplo del dicho: no quieres café, pues toma dos tazas. Además, para
añadir dramatismo a la escena -como si lo necesitara- prolongó las nubes sobre
el marco del cuadro y la sangre en la parte inferior del mismo.
Exótico retrato de la exótica Frida Kahlo en la portada de la revista Vogue.
Os ofrezco la canción
La llorona de la película Frida, ya
citada en este blog. La canta mi querida abuelita Chavela Vargas sirviendo tequila a la actriz Salma
Hayek. Y por si fuera poco al final sale es asesinato de Trotsky... demasiado para 2 minutos.
Y esta es una extraña
biografía-ensayo de Frida Kahlo y Diego Rivera escrita
en 1993, antes de que le dieran el Premio Nobel en 2008 al también extraño escritor francés J.M.G. Le Clézio (1940).
En fin, Frida kahlo se despide de nosotros,
diciéndonos que quizá vuelva en un blog para ella sola. Ya veremos...
Breverismos suicidas
1205) SUICIDAS 1
COLA
-¿Da usted la
vez? –preguntó el suicida al suicida que estaba al final de la cola, a la
espera de que le tocara su turno para arrojarse desde el Puente de los
Suicidas.
1218) SUICIDAS 2
VÉRTIGO
El suicida, subido
a la barandilla del Puente de los Suicidas, se bajo rápidamente al comprobar
que tenía vértigo.
1239) SUICIDAS 5
INDECISIÓN
-¡Ya está bien!
Vamos, que no tenemos toda la noche –le espetaron los suicidas que esperaban su
turno en la cola del Puente de los Suicidas, al ver que el suicida indeciso no
se atrevía a saltar al vacío.
Mañana
ya veremos qué se me ocurre.
Conocía el cuadro pero no la historia. Menos mal que siempre tengo la Quinopedia a mano.
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