jueves, 27 de marzo de 2014

BREVERISMOS. JUEVES 27 DE MARZO DE 2014

Se llamaba Joseph Merrick, pero fue conocido como El Hombre Elefante. Famoso en el Londres de la época victoriana volvió a resucitar de la mano del director de cine  David Linch gracias a su película El Hombre Elefante, estrenada en 1980.


       Joseph Merrick (1862-1890) se hizo famoso debido a las malformaciones sufridas desde su nacimiento, al padecer el Síndrome de Proteus. El síndrome es una enfermedad congénita así llamada por el dios griego Proteo, que podía cambiar de forma. Causa un desarrollo descontrolado de los huesos, músculos, tejido adiposo y de la piel que afecta a diferentes partes del cuerpo, de las cuales unas crecen más que otras. Es, afortunadamente, muy raro, y solo se han confirmado 200 casos en todo el mundo desde que hay estudios científicos fiables. 


       El primer caso documentado fue el del citado Joseph Merrick. Esta fotografía y la anterior fueron tomadas en 1886, en la última y más tranquila etapa de su vida. 

 

       A pesar de su terrible deformación Merrick tenía un carácter sosegado y dulce, y una inteligencia por encima de la media. Asimilaba rápidamente gestos y palabras de cortesía y buena educación, lo que le llevó a relacionarse con la alta sociedad londinense en la etapa final de su vida, ya que la mayor parte de su vida fue muy dura.


      Cuando salía a la calle se cubría con una capucha que le daba un aspecto inquietante y que provocaba sorpresa y temor en quienes se cruzaban en su camino. Las continuas humillaciones, a medida que se hacían más patentes los síntomas de su enfermedad, lo fueron aislando del mundo. Sus padres y sus dos hermanos eran completamente normales y lentamente Joseph empezó a notar el rechazo que su presencia provocaba en el hogar. A la edad de quince años se escapó de casa convirtiéndose en vendedor ambulante y durmiendo en la calle, hasta que fue recogido por un tío suyo, más comprensivo que su familia directa. Pero finalmente también se fue de su casa para internarse voluntariamente en distintos asilos para no depender así de la caridad de familiares.
      
      

        Esta es la fotografía de su cráneo y del esqueleto completo que la Ciencia ha conservado en el Royal London Hospital.
       Los médicos intentaron varias operaciones para tratar de aminorar los signos del síndrome, sin éxito, con lo cual Merrick desistió y decidió ganarse la vida como atracción de feria. A los veinte años fue contratado y así recorrió Inglaterra de feria en feria, ya como El Hombre Elefante que, en su barraca, se exhibía ante el público que pagaba por ello.


       En Londres conoció al médico Frederick Trevis, experto en enfermedades deformantes, que se interesó por su situación, ofreciéndole ayuda. Pero Merrick siguió exhibiéndose y se trasladó al continente para realizar una gira de dos años. En Bélgica rompió con su promotor, que lo abandonó a su suerte, con lo cual regresó a Inglaterra para acudir de nuevo al doctor Trevis, que lo acogió en su hospital. Para su mantenimiento se organizó una colecta pública que fue un éxito. Merrick, arropado por el doctor y una sociedad que encontró en él el desahogo de su mala conciencia, pasó sus últimos años de vida tranquilo, protegido y en paz, dedicándose a la lectura de novelas románticas, sus preferidas, y a la escritura de sus aventuras.
       Alentado por el doctor Trevis consintió en recibir visitas de quienes lo protegían con su influencia y su dinero, las cuales se quedaban sorprendidas de su sensibilidad y su exquisita educación. De entre las personalidades que lo visitaban hizo especial amistad con la Princesa de Gales.
Merrick murió el 11 de abril de 1890, a la edad de 27 años. Fue encontrado muerto en su lecho, tumbado boca arriba, lo que provocó su asfixia, ya que por el tamaño de su cabeza y la poca capacidad respiratoria tenía que dormir sentado. Este dato llevó a  sospechar que quizá tumbarse boca arriba fuese un acto deliberado de suicidio. 


       En 1980 se estrenó la película El Hombre Elefante, del director David Linch, que rescató así su figura después de tantos años de olvido. John Hurt fue el protagonista en el papel más difícil de su vida, según declaró, algo que tras ver la película no nos extraña. Y Anthony Hopkins dio vida el médico que lo rescató.
       La recomiendo vivamente, si es que no la habéis visto, ya que es una obra de arte.


 Breverismos médicos

364)  MÍNIMA INVASIÓN
A pesar del avanzado grado de perfección de las revolucionarias técnicas quirúrgicas denominadas de Mínima Invasión, la invasión fue tan mínima que la operación no sirvió de nada.

490)  CIRUGÍAS
La cirugía de Mínima Invasión lo invadió todo de tal manera que tuvieron que utilizar cirugía de Máxima Invasión para arreglar el desaguisado.

678)  NUEVA ENFERMEDAD      
Los laboratorios se apresuraron en crear una nueva enfermedad en cuanto se descubrió la eficaz vacuna que protegía de la enfermedad anterior.


Mañana atacaremos otro tema, el que sea, que no sé.

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