Despido la semana con dos de los iconos más
conocidos y reconocibles del siglo XX: SMILEY y I LOVE NY.
SMILEY (sonriente, al que en España
bautizamos con el cursi nombre de Carita
Feliz) surge en 1963 como resultado de la unión de dos compañías
estadounidenses de seguros, cuyos nombres no vienen a cuento. Al fusionarse, se
creó un mal ambiente entre los empleados de ambas compañías por temor a
reestructuraciones que les afectaran, con la lógica de las estructuras
capitalistas. Entonces, los directivos de la nueva empresa decidieron crear una
campaña de marketing para fomentar la amistad y buenas relaciones entre los empleados, aconsejando
que sonrieran todo lo que pudieran entre ellos y a los clientes, creando así el
buen ambiente que la fusión necesitaba.
Como importante
complemento a la campaña contrataron los servicios del diseñador gráfico Harvey Ball, que diseño el logo de la
fusión en tan solo diez minutos,
cobrando por su trabajo 45 dólares… y no patentándolo, con lo cual pronto fue
de dominio público. El dibujo comenzó a popularizarse cuando en 1970 los
hermanos Murray y Bernard Spain
utilizaron el logo reproduciéndolo en chapas de botón unido al eslogan Have a nice day (que tengas un buen
día) que pronto se haría famoso. Después la cara sonriente empezó a aparecer en
camisetas, pegatinas, tazas, ceniceros… es decir, cayó en manos del consumismo
absoluto. Dos años después se estimaba que solamente en Estados Unidos se había
vendido más de 50 millones de chapas de Smailey... sin contar el resto de productos de una publicidad abrumadora, como suelen ser todas.
El
segundo icono, pero no por eso menos conocido que el primero, es el logotipo I LOVE NY, sustituyendo la palabra LOVE
(amor) por un corazón.
En
1977 el Departamento de Comercio del estado de Nueva York decidió emprender una
campaña de mercadotecnia para promocionar el turismo de Nueva York, un tanto
decaído en aquellas fechas. Y encargó al famoso diseñador Milton Glaser un logotipo impactante. Y el diseñador logró el
impacto buscado precisamente en la sencillez del dibujo: tres letras y un
corazón.
El
innovador logo se convirtió en un icono pop que ha mantenido su fama hasta hoy,
siendo el logo más conocido en todo el mundo. Los bocetos y el dibujo original
de Milton Glaser se conservan en la colección permanente del Museo de Arte Moderno de Nueva York
(MoMA).
Después
surgieron copias en todo el mundo, que todos hemos podido ver pegatinas y
camisetas con I Love Logroño, I Love morcilla y disparates por el estilo.
Pero
el original I Love New York se ha
convertido en parte de la cultura popular estadounidense. Y las tres letras y
el corazón han inundado camisetas, pegatinas, letreros, publicidad… en fin, que
han ordeñado bien la vaca. Con Internet siguió la divulgación a través de los
llamados emoticonos, que no son sino
copia del Smailey original.
No sé si conoceríais estas dos historias,
pero en fin, ahí quedan.
Breverismos publicitarios
376) PUBLICIDAD
Dale alas a tu voz –dice la publicidad
de la compañía de teléfonos móviles… aunque no añade: Que nosotros te las desplumaremos.
1080) INSISTENCIA
PUBLICITARIA
Tanto me
insistió la publicidad (radio, prensa, televisión) en que veraneara en la Playa de Moda, que procure
no acercarme ni a doscientos kilómetros.
2400) INMUNIDADES
Se declaró inmune a la publicidad… eso sí, entre anuncio y
anuncio.
Como despedida os
ofrezco un clásico, la canción más conocida de la ciudad New York, New York cantada por el cantante
estadounidense que mejor la interpretó: Frank Sinatra
(que nunca un gangster ha cantado tan bien).
El
lunes hablaremos de otro tema.
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