Ayer me llamaron por teléfono Las Tres Parcas.
Y hablando las tres a la vez y además en griego, me dijeron que no me preocupe,
que aún me queda hilo para rato… o al menos eso es lo que yo he preferido
imaginarme, ya que no tengo ni idea de griego y no entendí absolutamente nada.
Las
Tres Parcas, en la mitología griega (lo explico, que ya sabéis que soy muy
pesadito cuando me pongo) controlaban la vida de los hombres, desde su
nacimiento hasta su muerte. Aunque también se las conocía como las
Moiras.
En este tapiz francés del siglo XVI, conocido como el Tapiz mille-fleurs, están representadas
con sus nombres: Clotho, Lachesis y Atropos, sobre una mujer a la que han cortado el hilo de la vida.
La primera de
ellas, Cloto, portaba una rueca de
hilandera en la que preparaba el hilo de la vida, que era de lana blanca
entremezclado con hilos de oro y de lanas negra. El oro representaba los
momentos dichosos que habría en la vida del mortal cuya vida estaban hilando, y
el color negro los momentos de desdicha y tristeza.
La segunda se
llamaba Láquesis, y se dedicaba a
hilar el hilo de la vida que le iba pasando su hermana desde la rueca. Y la
tercera era Átropos, que era la
dedicada a, tijeras en mano, poner fin a la vida representada por el hilo de la
lana. La longitud del hilo representaba los años de vida de cada mortal… hasta
que Átropos lo cortaba con su tijera (de ahí el dicho tu vida pende de un
hilo).
Y por mucho
que ahora nos las quieran vender así, la verdad es que hay que tenerles mucho
respeto. Se las representaba siempre como tres mujeres de aspecto severo,
vestidas con túnicas. Shakespeare se
inspiró en ellas en Macbeth, apareciendo como tres brujas que rigen la vida del
protagonista… aunque ya se hablara de ellas en la Iliada
y la Odisea.
La iconografía cristiana adoptó,
es decir, copió, como tantos otros ritos, ceremonias y leyendas la leyenda de
las Tres Parcas, bautizándolas como Las
Tres Marías.
En esta imagen, obra de Nikolaus
Haberschrack, pintada en 1470, aparecen Las Tres Marías portando ungüentos para
perfumar el cadáver de Cristo.
La iconografía
cristiana las presenta como las tres mujeres cercanas a Cristo: María, su madre,
María Magdalena, la arrepentida, y María de Betania, la hermana de Lázaro
que representa el amor puro y la fidelidad. Y como tema para el arte dio mucho
de sí, pues plástico tenemos que reconocer que era.
Aquí están representadas
sobre mármol por el Maestro de la Crucifixión , de Rímini, en 1430.
En su
representación en el arte aparecen siempre cercanas a Cristo, preferentemente
en los momentos más dramáticos: su Crucifixión, en el Descendimiento de la cruz
o en el Santo Sepulcro.
Aquí aparecen ante Cristo resucitado, obra de Bartolomeo
Schedoni, de 1613.
A veces se representa como tercera María a San Juan, por aquello de que era joven,
imberbe y el discípulo preferido de Cristo... lo cual no deja de ser un tanto extraño.
Como en el Políptico de la catedral de Ascoli,
pintado por Carlo Crivelli en 1430.
En él aparece María, María Magdalena y el imberbe San Juan en el entierro de Cristo.
El tema se siguió pintando a lo largo de los siglos, y como
muestra ofrezco este cuadro de Ludwig
Schnor von Carolsfeld, pintado en el gusto relamido del siglo XIX, y en
concreto en 1835.
En España, la
representación más espectacular la tenemos gracias al pincel de Francisco de Goya. El pintor representó
a Las tTes Parcas como protagonistas de un mural sombrío pintado en los muros
de su propiedad a orillas del río manzanares, en la llamada Quinta del Sordo, entre 1830 y 1833.
Las pinturas
murales de La Quinta
del Sordo, también conocidas como Pinturas
Negras, las ejecutó Goya al final de su vida, cubriendo las paredes de su
vivienda. Afortunadamente los murales fueron trasladados sobre lienzo gracias a
la iniciativa de un francés, pues sin esta decisión probablemente se hubieran
perdido.
El pintor legó
su casa a su nieto en 1823, poco antes de partir hacia su exilio en Francia.
Después de ser vendida y comprada varias veces compró la casa el
francés Emile d´Erlanger que,
admirador del pintor, las trasladó a lienzo en 1873. En el año 1881 las donó al
Estado español y desde 1889 se pueden admirar en el Museo del Prado.
En fin, un
poco largo me ha salido el paseo con Las Parcas, pero espero que os haya
interesado.
Breverismos
90) LA CITA
A pesar de tener
una cita con la Muerte ,
decidió no acudir… y Ella, desdeñada, se fue sin él.
165) EL JUGADOR Y LA MUERTE
-¿Cómo dijiste? Es
que no lo entendí bien: ¿que si gano yo, me quedo, y si ganas tú…? –preguntó el
jugador.
-Calla y baraja
–contestó la Muerte.
480) ADIÓS
Eligió abandonar
este mundo al ver que el mundo lo había abandonado a él.
Mañana algo más alegre.
No dejas de sorprenderme Quino
ResponderEliminarNunca mejor dicho " No te acostaras sin saber una cosa mas "
Gracias Quino
Gracias Santiago, es un placer intentar, y solo intentar, sorprender a los amigos.
ResponderEliminarY que las tres Parcas o Moiras o Marías o como se llamen ahora tarden en llegar lo más posible, que así las coja un embotellamiento perpetuo que las impida acercarse. Por cierto, acabo de recordar que en el colegio decíamos: las Tres Marías: la Mierda, la Caca y la Porquería.
Qué cosas, ¿verdad?
Quino