Como os adelantaba ayer, durante una dilatada
etapa de mi vida fui sastre en Barcelona. Y en concreto desde 1891 hasta 1925. Residí encantado en la bellísima ciudad catalana hasta que una novia alemana me convenció -craso error- para que la siguiera a Viena, ciudad en la que, al menos, tuve la suerte de conocer a Sigmund Freud.
El psicoanalista me convenció de que mi profesión de sastre era un deseo sublimado hacia mi madre, que era modista. Pero que en realidad yo era Carl Gustav Jung, o sea: la competencia, y que había ido a su consulta para espiarle.
En esta foto estoy a la derecha de Freud. Y fue tan persuasivo en afirmar que yo era Jung que llegué hasta a parecerme a él. Pero de eso ya hablaremos más adelante.
De momento, bajo este texto, os enseño una foto fechada en 1920 de mi sastrería en la mismísima Plaza de Cataluña. Yo
soy el del pantalón blanco, insisto, cuando era sastre.
Y aquí estoy, unos cuantos años después, de vuelta a mi antigua profesión, convertido no ya en sastre, sino en modisto... lo que me lleva a pensar que quizá Freud tenía razón con lo del rollo de la sublimación y todo eso.
Estoy saludando tras un desfile con una de mis modelos. A pesar de pasarme toda la
vida poniendo ropa a la gente, a la vejez he empezado a quitársela. Y he
llegado a la conclusión de que es mucho más divertido quitar que poner… aunque
ya tenga la libido un tanto cuarteada.
Así pues, los Breverismos de hoy tendrán que
ver con mi antigua profesión, que de las demás ya iremos hablando más adelante.
Breverismos:
2236) SOY LA ROPA
QUE VISTO
-Soy la ropa que
visto –aseguró el famoso modisto.
Y era cierto: en cuanto se la quitaba se
quedaba en nada.
4633) MUERTE DE DISEÑO
-Qué siniestra, oyeeee,
hija, por favor, siempre de negro y con esa horrible, horrible, horrible
guadaña a cuestas –le espetó el frívolo modisto moribundo a la Muerte que venía a buscarlo.
Así que, desconcertada, la
Muerte salió de la habitación… para volver peinada y
maquillada, vestida de Chanel, con un bolso de Vuiton al brazo y calzado con
unos impecables zapatos de afilado tacón de Manolo Blahnik.
-Lo ves, hija, esto ya es otra cosa –dijo
el que esperaba… y se fue con ella del brazo, tan contento, el muy imbécil.
5135) ABRIGO DE ARMANI
-Me han robado el
abrigo de Armani –declaró el frívolo en la comisaría.
Y el
comisario contestó:
-Pues si el abrigo era de Armani que sea él quien denuncie el robo, no usted.
Recomendación
de hoy:
Dirigida por John Boorman en 2001 El
sastre de Panamá cuenta la historia de un gran fraude de espionaje a cargo
de un sastre de oscuro pasado con tanta imaginación como buen oficio.
Sus
protagonistas son el disecado y supuestamente elegante Pierce
Brosnan y el actorazo Geoffrey Rush, un genio que ilumina la pantalla y eclipsa a quien se atreva a salir a su lado. Solo por ver a este actor en acción merece la pena ver la película.
Muy
entretenida. Si la he recomendado es porque casa con el tema del blog. Se ve
con agrado.
En cuanto al libro de John
le Carré digo lo mismo. Entretenido y bien escrito… para quien le
interesa la novela negra no tan negra, ya que es más de espionaje e intriga.
Literatura de entretenimiento para tardes lluviosas o de verano. Pero ahí está Le Carré, uno de los reyes del Best Seller, con todo lo que eso implica. Y a ver quién le tose… Aunque a lo mejor hoy me atrevería a hacerlo, ya que estoy empezando a incubar un resfriado.
Palíndromos:
Ahí va un Palíndromo cervecero y dos más, como tapa…
Arriba la birra
La moral, claro, mal
Anita lava la tina
Mañana, más de todo.
El libro lo dejé a la mitad y la película tampoco me interesó tanto, pero bueno, no está mal que recomiendes un poco de todo. Pero a ver si mañana te superas.
ResponderEliminarPues yo creía que era Carl Gustav Jung hasta que Freud me convenció de que en realidad era el agente 007. Y desde entonces ligo mucho más.
ResponderEliminarPues la peli no está mal, entretenida y de acuerdo contigo en la interpretación de Geoffrey Rush,todo lo que hace lo hace muy bien.
ResponderEliminarUNA BUENA NOTICIA
ResponderEliminarQuerido Quinocho y queridos amigos, la buena noticia es que publico un nuevo libro, esta vez de relatos. Se titula “Ligeramente a la izquierda” (allá cada cual con la polisemia) y ayer me comunicaron que ha recibido el premio Tiflos. El jurado estaba formado por José Manuel Caballero Bonald, Fanny Rubio y Santos Sanz Villanueva: las quejas, a ellos.
Lo editará Castalia/Edhasa y estará en la calle a mediados del mes de mayo.
Son relatos irreverentes, algo bestias y creo que divertidos. En tiempos de cochambre como estos, al menos que nadie pueda decir que no nos reímos. Espero que os interesen. Ya iré dando más noticias.
http://www.prnoticias.com/index.php/salud/sala-de-prensa-prsalud/1123-otras-noticias/20119904-premios-tiflos-literatura-once-escritores-
Doble alegría, ahora que vivimos días extraños, que diría Franco Battiato. Espero "Ligeramente a la izquierda" para que se una, en mi corazón y mi estantería, a Adiós dijo el duende, Omnia y Hacia el viaje.
ResponderEliminarGracias por ser como eres, Juan Manuel, amigo