El Blogdiario de hoy viernes, influido por el
dolor de estómago, quijada y bajo vientre de tanto reírme con un libro que
recomendaré en el apartado Recomendación de hoy, está dedicado a mis
amigos los psiquiatras, que tanto me quieren y a quienes tanto debo.
Mi
relación con tal profesión se remonta, como ya dije en el blog de ayer, a mi
visita a Viena en 1925, arrastrado por mi pasión hacia fräulein Gerta, mi amante alemana de aquella época.
Estuve acudiendo regularmente a la consulta del doctor Sigmund Freud bajo mi personalidad de Carl Gustav Jung hasta 1928. Y en una
de esas vivitas a mi psiquiatra de cabecera me llevé una sorpresa: aunque aún
faltaban cinco años para que ganara las elecciones que le llevaron al poder en
Alemania, me crucé en la escalera con un tal Adolf Hitler y otro estrafalario paciente, para
mí desconocido.
Una vez en la consulta, me encontré con que mi psiquiatra estaba
haciendo las maletas a toda prisa. Y antes de que le preguntara, me respondió:
-No
tiene remedio, está como una cabra. Y se lo digo yo que entiendo mucho de
cabras.
-¿A
quién se refiere?
-Al
del bigotito.
-¿Y
el otro?
-El
otro es un inmigrante italiano, un histérico que ha venido a trabajar en una
pizzería.
-¿Y por
qué van vestidos así?
-Bueno,
se ve que usted no conoce a los locos: hacen cualquier cosa por destacar. En
fin, pero yo, por si acaso, voy a abrir consulta en Inglaterra, que de locos
así no me fío, que lo mismo la lían un día de estos.
-¿Y
qué pasa con mi tratamiento?
-De
momento siga tomando este cóctel de pastillas tres veces al día.
-¿Todas?
-Bueno, es que lo suyo también es grave.
Así
que, obediente, hice caso a mi psiquiatra. Y lo cierto es que me encuentro mucho
más tranquilo, pero evito mirarme al espejo para no verme así.
Breverismos
1140) ATAQUE DE NERVIOS
Al psiquiatra, experto en equilibrio emocional, técnicas de relajación y control de estrés, le dio un ataque de
nervios al ver que el hospital en el que trabajaba no le había renovado su contrato anual. La
señora de la limpieza intentó tranquilizarle, sin éxito.
1618) PERDER 1.000 EUROS
Para impresionar
a la impresionante señorita encendió un cigarrillo con un billete de 500 euros.
Pero ella ni lo miró. Con lo cual no sólo perdió 500 euros, sino también a la
mujer que deseaba y además su propia autoestima… aunque de esta última pérdida le
informó su psiquiatra que, además, le cobró otros 500 euros.
3755) SERES QUERIDOS
El psiquiatra le
convenció de que soñar con seres queridos ya desaparecidos era en
realidad sublimar agradables encuentros con ellos. Así que aquella noche se duchó y se
afeitó, se perfumó y se puso su mejor pijama… y se durmió abrazado a una
botella de champán y dos copas, convencido de que volvería a soñar con Marilyn
Monroe.
Recomendación
de hoy:
Hoy recomiendo con todo el entusiasmo que me
permite el catarro que me atenaza la nariz un libro tan extraño como
excepcional. Se titula Manual del
Perfecto Descerebrado y su autor es Juan
José Isac.
El
Manual del Perfecto Descerebrado es, sobre todo, un libro increíblemente
divertido. Pero, además, es inteligente, ingenioso, profundo, brillante,
alegre, ingenioso, agudo, cerebral, sagaz y lúcido (lo siento, se me han
acabado los adjetivos laudatorios). Un libro que os hará llorar de risa, que
para eso se han hecho las lágrimas.
En este libro su autor nos habla, con un lenguaje al
alcance de nuestros cerebros embotados por culpa de de Telecinco, de cuestiones que tanto
la psiquiatría como la neurociencia más avanzadas dejan a medias: el
funcionamiento del cerebro (capítulo importante para aquellos a quienes aún les
funcione), sus trastornos más raros y los más habituales, así como de las grandes
cuestiones de la psiquiatría moderna, entre otras muchas cosa.
A mi amigo Antonio Pérez y a mí su lectura, en
distintos bares y ante unas cuantas cervezas, nos ha salvado de la depresión
que amenaza y agobia a gran parte del género humano. Aunque ante nuestro ataque
de risa el resto de la clientela nos miraba como si los locos fuéramos
nosotros.
De momento, y
mientras os hacéis con el libro, os adelanto el test que aparece al comienzo
para ver si, en efecto, sois unos perfectos descerebrados, como yo sospecho.
Y ya que hablamos de gente normal también recomiendo una
película que navega por los intrincados vericuetos de la mente: Shutter Islad, otra gran película del
grandísimo Scorsese estrenada en el
año 2010. Angustiosa y claustrofóbica pero inteligente hasta la médula y con un
inesperado final. Os la recomiendo vivamente… incluso volver a verla, puesto que
mejora con el tiempo.
El doctor Freud me dijo en multitud de ocasiones que si
volviera a nacer debería evitar hacerlo como soy ahora, o sea, como un tipo
totalmente desaprovechable (la verdad es que esa palabra me hirió). Así que he
decidido que la próxima vez que vuelva a nacer seré Martin Scorsese, un gran
tipo al que admiro.
Comentario musical: Para calmar los ánimos
desquiciados ante la visión del mundo que nos rodea os aconsejo que cerréis los ojos para escuchar cuatro minutos de
música que os lavará y centrifugará el cerebro, a la vez que os tocará el
corazón.
El Canon y Giga en
Re Mayor para tres violines y bajo continuo es la obra más conocida del compositor barroco Johann Pachelbel. Compuesto en 1680
esta pieza se utiliza actualmente mucho en las bodas… pero puedo asegurar sin temor a equivocarme que
el compositor no tiene ninguna culpa de semejante estupidez.
Y aquí
tenéis la partitura del Canon de Pachelbel para todos aquellos que se atrevan a
interpretarla. Yo, de momento, estoy preparando una versión a la zambomba, a
ver que le parece al doctor Freud.
Mañana, más.
Larguito te ha salido hoy, pero espectacular. Muy bueno el dialogo con el doctor Freud. Vales mucho, pequeño y espero que los que te rodean lo aprecien. Por cierto, a ver si nos conocemos algún día.
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