Rebuscando entre mis papelotes, buscando tema para el Blogdiario de hoy, me he encontrado con este sello de la Sociedad de Nueva York para la Supresión del Vicio. Una sociedad que por el grabado es de suponer que alentaba a la Ley a encarcelar a los considerados viciosos (por los puritanos) y a quemar libros sobre temas tan escabrosos como interesantes, supongo.
El Bienpensante del sombrero de copa arroja a
la hoguera libros considerados dañinos para los espíritus puros -¿cómo él?- en
un gesto conocido por repetido tantas veces y en tantos países a lo largo de la Historia … con las
consecuencias que todos conocemos.
Como muestra bien vale un botón, que dicen, aunque
el botón sea este cuadro de Pedro
Berruguete (1450-1504) titulado Santo
Domingo y los albigenses. En él se aprecia una quema de libros considerados
heréticos por la
Inquisición … demostración de que la ignorancia viene de
antiguo. Con el añadido milagroso de que una Biblia, arrojada al fuego por
error, se salva de las llamas flotando sobre el fuego.
Detalle del cuadro con los libros arrojados a
la hoguera. Siempre me felicito de todo lo que aún queda, a pesar de todo lo
que con ahínco hemos perseguido y destruido durante tantos siglos. Imaginaos el
patrimonio mundial de haber sido realmente civilizados.
El poeta alemán Heinrich Heine (1797-1856) dijo, en 1820: Donde se queman libros se acaba quemando personas. Premonición que
se cumplió en su propio país 113 años después.
El
10 de mayo de 1933, en la
Opernplatz de Berlín, ante la Universidad y en
presencia del ministro de propaganda Joseph Goebbels, se quemaron 25.000 libros
de autores calificados como indeseables: judíos, comunistas, socialistas,
homosexuales o simplemente contrarios al ideario de III Reich.
Imagen de la quema de libros por los nazis.
Aquí os ofrezco un vídeo de dicha barbaridad con el ministro Joseph Goebbels arengando a los vándalos. Y demostrando que, a pesar de ser considerado el ministro más culto del III Reich, era el más ignorante de todos al ser el más fanático. Decían de él que era más hitleriano que Hitler.
Breverismos:
2210)
RECORDATORIO
El activo exmiembro de la Gestapo fingió Alzhaimer
durante el juicio de Nürenberg para camuflar su pasado imperfecto. Afortunadamente
sus víctimas, amablemente, se ofrecieron a recordárselo.
2917) PERROS
Al comandante de Auschwitz, en
el fondo, le gustaban los caniches llenos de lacitos de colores… pero tenía un doberman, por
eso de cuidar la imagen.
1819) NOSTALGIA NAZI
Don Fulgencio Fernández,
natural de Logroño, soñó con tanto realismo que los nazis habían ganado la Segunda Guerra Mundial que se
arrancó la mascarilla de oxigeno, se levantó precipitadamente de la cama, se
prendió todas sus condecoraciones ya oxidadas en la chaqueta del pijama,
enarboló apasionadamente la bandera preconstitucional, levantó el brazo
haciendo el saludo fascista… y cayó desplomado sobre la alfombra convertido en
un ridículo cadáver de cien años recién cumplidos.
Recomendación de
hoy:
Hoy, metidos de lleno en el tema, os recomiendo una gran
película del no menos grande Costa-Gavras. Se titula Amen y se
estrenó en 2002. La película narra la conocida complicidad del Vaticano con los
nazis durante la II Guerra
Mundial, y el mirar hacia otro lado del Papa Pío XII ante el exterminio de los
judíos.
Os recomiendo esta película ya que es la
primera que trata claramente, no solo el mirar hacia otro lado del Vaticano,
sino su implicación en la ayuda a destacados nazis para que pudieran escapar de
Europa hacia destinos alejados de la Justicia de Nürenberg. Espectacular la denuncia presente en los último cinco minutos de la película.
Comentario: He aquí algunas frases del ministro de
Propaganda nazi, el ya citado Joseph
Goebbels. Son perlas que bien puedes ajustarse a situaciones actuales, ya
que en política los ciclos y las intenciones, desgraciadamente, se repiten. Yo
no insinúo nada, pero a ver si os suenan…
Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que les distraigan.
Si una mentira se repite las suficientes veces, acaba convirtiéndose en
verdad.
Cuanto más grande es la mentira, más fácil es que la gente se la trague.
¿Qué, os suenan de algo? A mí sí. Pues
eso…
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