miércoles, 20 de febrero de 2013

BREVERISMOS. MIÉRCOLES 20 DE FEBRERO DE 2013.


Hoy vamos a volver al Vaticano, que hay mucha tela que cortar, que decía yo cuando era sastre. Porque sastre fui en Barcelona a principios del siglo XX… pero ese es tema para otro día.
     Pero ya está bien de hablar de mi movido pasado y volvamos al Vaticano recordando al gran Miguel Gila cuando decía: Menudo negocio el Vaticano… y pensar que empezó en un pesebre.

     
Y es cierto, así empezó…


Y a esto ha llegado… como decía Gila ¡Qué negocio!

Breverismos vaticanos:

164)  EL PAPA DE ROMA
Cuando el Papa llegó al Infierno, sorprendido, preguntó:
-Pero, yo ¿qué he hecho?
Y el Diablo contestó:
-Nada.

208) EL TRONO DE SAN PEDRO
Los cardenales, reunidos en cónclave, eligieron a un cardenal para que sustituyera al desaparecido Papa.
-Y yo, ¿no puedo ser Papa?
-¡No, por Dios! Imposible –contestó el Colegio Cardenalicio en pleno- Tú sólo eres un pobre pescador.
Y San Pedro, al ver vetada la posibilidad de sentarse en el trono de San Pedro, volvió al lago Tiberíades para seguir ejerciendo su primera profesión.

349)  ESPÍRITU SANTO
Al retrasar su vuelo con destino a Roma, el Espíritu Santo llegó tarde al Cónclave. Cuando sobrevolaba la Plaza de San Pedro vio, sorprendido, la Fumatta Bianca. Y más que se sorprendió al escuchar que el Portavoz del Vaticano decía a la Prensa que la elección del nuevo Papa había sido una decisión del Espíritu Santo.

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Como ya os dije que soy vecino del Vaticano –está justo al final de mi calle- pues tengo mucha confianza con mi amigo Benedicto. Que sí, que ya sé que debería tratarle con más respeto en público, pero él, en su sencillez, odia el boato vaticano. Por eso le encanta hablar conmigo, porque no le miento como los untuosos cardenales que le rodean navaja en mano… o tacita de poleo envenenada. 



Y como muestra de su confianza el Papa me ha dado las llaves de su casa: La gris es la del portal y la dorada la de su apartamento. ¿Qué os parece? Eso sí que es confianza. Aunque siempre que entro no las tengo todas conmigo, que es terreno peligroso y hay que andar con cuidado. 
     Benedicto me ha dicho que me vista de cardenal, pero de traje de calle, para pasar desapercibido. Y aquí estoy entrando en el Vaticano a horas en que está el portal abierto.



Por cierto, los que me saludan son los soldados de la Guardia Suiza. Y ahí donde los veis tan amables, debajo de los bombachos llevan una pistola semiautomática Sig-Sauer de doble acción, aparte de ser expertos en artes marciales.
     Y no es que estén preparados para ir a un baile de disfraces, sino que llevan el uniforme cuyo diseño se atribuye al gran Miguel Ángel Buonarroti. Dicen que diseñó tal disparate en 1506, por encargo de la familia Medici. Y lo que tiene más mérito: lo diseñó sin haber bebido vino en exceso ni haber fumado nada sospechoso.


En este vídeo tenéis todas las explicaciones concernientes a tan absurdo ejército, aún más absurdo que todos los demás que, desgraciadamente, pueblan nuestro planeta.

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Y ahora, para finalizar, os ofrezco el epigrama que le enseñé a Benedicto. Se partía de risa y me dijo (en italiano, claro, pero lo traduzco para vosotros):
     -Ay, Amato amico mio, che sarebbe del mio ánimo di non essere per i tuoti visiti (Ay, querido amigo mío, que sería de mi ánimo de no ser por tus visitas).
     Y añadió:
     -Tacito di menta? (¿Una tacita de poleo?)
     Pero ante mi cara de terror, añadió:
     -É scherzo, amato amico, é scherzo, non metta questa faccia. (Es broma, querido amigo, es broma, no pongas esa cara).

     En fin, ahí va el epigrama:

Antón declara que el vicio
de fumar ha desechado,
pero siempre que lo encuentro
me dice: -Dame un cigarro.
De lo que yo he deducido
que lo que Antón ha dejado,
no es el vicio de fumar,
sino el de comprar tabaco.








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